Aena admite el inminente impacto del AVE, pero aún no dispone de un plan B

Juan María Capeáns Garrido
juan capeáns SANTIAGO / LA VOZ

GALICIA

AENA

El presidente del ente contesta a la Xunta por carta que aún no calculó los efectos de la conexión ferroviaria

11 nov 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

La entrada en funcionamiento del AVE entre Madrid y Galicia va a repercutir en el tráfico de Alvedro, Lavacolla y Peinador. Lo sospechan con buen criterio en la Xunta, lo saben de antemano las aerolíneas y lo certifica Aena, que ha respondido con generalidades y sin ninguna concreción a las inquietudes expuestas vía postal por la conselleira de Infraestruturas e Mobilidade, Ethel Vázquez.

La relación epistolar entre la Administración gallega y el ente que gestiona las infraestructuras aeroportuarias se remonta a comienzos de octubre, cuando el ministro de Fomento, José Luis Ábalos, accedió durante la cumbre con Feijoo a que la Xunta abriese un hilo directo con el presidente de Aena para cerrar el estudio técnico que permita anticiparse y generar alternativas que garanticen una conexión ferroviaria y aérea completa entre Galicia y la capital de España.

El presidente de Aena, Maurici Lucena, tardó 22 días en contestar y lo hizo con tres cordiales párrafos en los que admite el efecto «muy positivo» que tendrá la llegada de la alta velocidad para la conectividad de Galicia, al tiempo que reconoce el «lógico impacto en el sistema aeroportuario actual». Pero se limita a avanzar que se trata de un trabajo que están realizando «internamente» y se presta a compartir las conclusiones cuando tenga «información relevante», ignorando la urgencia que le imprimió en su misiva la conselleira Vázquez, que le recordó que se trataba de un compromiso «con carácter inmediato» de los anteriores gestores.

Posible desplome

La intuición autonómica de que habrá un desplome tiene bases sólidas. En el 2013, la Axencia de Turismo de Galicia contrató con una consultora un estudio que concluyó que la puesta en marcha del AVE significaría una merma del tráfico aéreo del 47 % en Alvedro; del 42 % en Peinador; y del 33 % en Lavacolla, menos dependiente de Barajas por los destinos internacionales. La empresa se basó en el impacto previo que había tenido el tren de altas prestaciones en ciudades como Sevilla, Málaga, Valencia o Barcelona, donde el puente aéreo tuvo unos descensos drásticos.

Hay algunos cambios respecto a aquellos años de profunda crisis, porque desde el 2013 se produjo una remontada de pasajeros en España y en las terminales gallegas. Lo que no ha cambiado en Galicia es la descoordinación entre los tres aeropuertos, que han seguido haciendo la guerra por su cuenta, y tampoco está en manos de Aena las decisiones comerciales que puedan tomar las aerolíneas, a pesar de que su repliegue puede afectar a su cuenta de resultados.

La Xunta confía en que la llegada del tren y la puesta en marcha de las estaciones intermodales no suponga un desplome de los enlaces aéreos a través de Barajas, que podría suponer un daño irreparable en la estrategia para batir récords turísticos en el Xacobeo 2021.