A Gudiña planta cara a la estadística demográfica: «Aquí sí nacen niños»

Carlos Punzón
carlos punzón VIGO / LA VOZ

GALICIA

El alcalde de A Gudiña, José María Lago, con su mujer y su hija de año y medio
El alcalde de A Gudiña, José María Lago, con su mujer y su hija de año y medio MIGUEL VILLAR

El alcalde protesta ante el INE por no contar dos años seguidos a los bebés del pueblo, que ya no caben en la casa nido

10 nov 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

A Gudiña no tiene bebés. No los tiene estadísticamente, pero sí de carne y hueso. El Instituto Nacional de Estadística (INE) no consignó en el pueblo ourensano ningún alumbramiento en el 2016, ni tampoco en el 2017. Una pequeña de año y medio en la misma casa del alcalde rebate, con sus juegos, voces y su presencia, la plena certeza de las estadísticas. «A Gudiña está a vivir un bum demográfico desde hai tres anos», asegura el regidor, José María Lago, mientras vigila a su hija, una de las nueve que nacieron el año pasado en el municipio y que no refleja el INE en sus cuentas. Y en este año han nacido ya otros siete, avisa el alcalde, molesto con ser cargado con la cruz del desierto demográfico, que insiste no merece su pueblo.

«Xa nos pasou no 2016, e agora outra vez co 2017», dice sobre el casillero a cero que la institución pública estadística adjudicó a A Gudiña en el capítulo de nacimientos. El primero se corrigió y se consignaron cinco nacimientos al pueblo. Pero el cero se mantiene aún en las estadísticas del año pasado, y el alcalde no quiere que su municipio figure entre los nueve de Galicia que ya no suman nuevos efectivos humanos. «Vou presentar reclamacións ao INE e ao Instituto Galego de Estatística, porque no noso caso os datos están sen actualizar ou comprobar», anuncia Lago, que no comprende cómo puede producirse un error como el que señala, «se todo é automático. Nós introducimos as altas no programa informático estatístico e ten que saírlles a eles no momento», argumenta.

Sin plazas

Y como prueba de que los pequeños han vuelto a un pueblo que en 1975 registraba 33 nacimientos y en los últimos diez años sumados solo hay constancia estadística de 39, el alcalde señala que ahora mismo tienen un problema de falta de plazas en la casa nido que ha abierto la Xunta. «Ten máis demanda ca prazas», dice el alcalde, al referirse a que el centro de atención a los pequeños cuenta con cinco plazas, lo que la hace insuficiente para atender a los nacidos este año, a los que se suman los de los dos ejercicios anteriores.

Negueira de Muñiz (Lugo), Baños de Molgas, O Irixo, Beariz, Calvos de Randín, Gomesende, Verea y San Xoán de Río (todos de Ourense) tienen también un cero su sus estadísticas natalicias del año pasado, pero A Gudiña mantiene que su repunte demográfico tiene explicación, además de poder ser contabilizado, aunque sea con los dedos de las dos manos.

Nati, una bilbaína que regenta el restaurante El Relojero, da cuenta del bum que ella certifica desde que llegó hace dos años al pueblo. «Yo sé de cuatro niños que han nacido este año, y no conozco a la gente de las parroquias, por lo que seguro que hay más», dice, para atestiguar el repunte económico y poblacional de una localidad que cerró su censo el año pasado con 1.360 vecinos, quince más que el ejercicio anterior.

«Hay mucho peregrino, y, junto al personal de las eólicas y de mantenimiento de los molinos y la autovía, están haciendo posible que haya más dinero y se muevan los negocios del pueblo», argumenta al pie de su restaurante, uno de los siete que se pueden contar en los 300 metros de la calle principal de A Gudiña. «Y nos da para vivir a todos», reitera, como señal de que la economía local se ha reactivado.

Constata en todo caso que en los últimos meses hubo cierta bajada en la demanda de alquiler de viviendas, al encararse la recta final de las obras del AVE. «Ahora vuelve a subir, quizás por las obras de la nueva estación». La primera parada del tren rápido al llegar a la comunidad se llamará Puerta de Galicia.

«No sabemos cómo va a ser, pero tiene buena pinta», manifiestan desde la farmacia de A Gudiña. «Se quedaron un par de familias de las obras del AVE y con las de la estación volverán más», adelanta el responsable del negocio, que señala que se notan en sus ventas la demanda de productos infantiles, «pero en su justa medida. Esto no es una ciudad, hablamos de seis o siete nacimientos al año», puntualiza.

José Francisco Gago, director desde hace diez años del colegio público Laureano Prieto, muestra las mismas esperanzas sobre las posibilidades que la estación del AVE puede dar a A Gudiña. «Esta será la única estación desde la entrada en Galicia hasta Ourense, con lo que se convierte en referencia para toda la comarca y sus vecinos de Portugal».

Su colegio tiene 78 niños, aunque de 12 a 16 años hay unos 11 del concello de A Mezquita. El aula de 3 a 6 años tiene siete pequeños del pueblo, y 38 de 6 a 12 años. «Aquí aún no se percibe ese repunte de la natalidad que se apunta de los dos últimos años, pero lo que sí se ve en A Gudiña es más vida, más gente en los negocios», dice Gago, aunque desde el mostrador de la farmacia advierten: «La vida aquí es difícil».