Educación busca una solución para la niña de Laxe que se quedó sin transporte adaptado

La Voz REDACCIÓN / CARBALLO

GALICIA

Teresa Álvarez, con su madre Claudia Bajo, en el paseo de Laxe
Teresa Álvarez, con su madre Claudia Bajo, en el paseo de Laxe ANA GARCÍA

Aasegura que se le ofreció a la madre «a posibilidade de retomar a axuda individualizada, mentres intenta novamente a contratación dun taxi adaptado»

10 nov 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

El caso de Teresa Álvarez, la niña con una discapacidad severa que se quedó sin transporte escolar en cuanto acabó el pasado curso, la Consellería de Educación asegura en una nota que se le ofreció a la madre «a posibilidade de retomar a axuda individualizada, mentres intenta novamente a contratación dun taxi adaptado».

El curso pasado fue el primero y el último que a Teresa no tuvieron que subirla o bajarla de la silla de ruedas para ir o volver del colegio Cabo da Area de Laxe. Entonces «puido encaixarse o seu desprazamento nunha ruta de transporte adaptado na zona, a pesar de que representaba que o autobús sumase 90 quilómetros baleiro ao seu percorrido para ir a recollela», según Educación.

La solución es posible porque en un radio de 10 o 12 kilómetros a la redonda de donde vive y estudia la niña hay dos taxis adaptados, uno en Ponteceso y otro en Baio. Juan Varela es el profesional zasense que está dispuesto a hacerse cargo del servicio. «O noso servizo está subvencionado pola Xunta, saben que existe e está para iso».

En caso de llegarse a esta solución, el transporte aún saldría mucho más barato. A Claudia Bajo Educación le ha ofrecido 51 euros diarios por llevar a su hija al centro, en tanto que un taxi desde Baio costaría solo unos 15 euros por viaje.

Claudia considera que le ofrecen la cantidad de 50 euros semanales para que deje de reclamar sobre su situación, algo a lo que, dice, no estar dispuesta a aceptar. En el 2013, apunta, la Xunta aportó 50 euros diarios como solución a sus problemas de transporte, pero luego la aportación se redujo a 20. El curso pasado ya no aceptó y no lo hará este.

En la Consellería de Educación sostienen que este organismo defiende el derecho de los niños al transporte adecuado y busca «unha solución para cada familia». La niña vive a dos kilómetros del colegio, al que va tres días a la semana.