Juana Otero: «La rivalidad entre la escuela pública y la privada solo es desconocimiento»

Sara Carreira Piñeiro
sara carreira A CORUÑA / LA VOZ

GALICIA

ANGEL MANSO

Considera los colegios religiosos un complemento imprescindible para que haya verdadera libertad de elección

16 ene 2020 . Actualizado a las 18:57 h.

La coruñesa Juana Otero es la nueva secretaria autonómica de Escolas Católicas, una entidad que agrupa a unos 120 colegios concertados en la comunidad. Es la primera mujer que alcanza este puesto, en lo que cree que es una tendencia al alza, la llegada de las mujeres a los puestos de responsabilidad, porque ellas asumen su propia visibilidad, su propia importancia.

-Fue directora de las jesuitinas de A Coruña, un centro que lleva años usando la tableta como alternativa al libro. ¿Quiere exportar este aprendizaje a Escolas Católicas?

-En Escolas ya se está haciendo. Hay un equipo TAC [tecnologías del aprendizaje y el conocimiento] formado por personas que han sido pioneras en sus colegios y ahora se trata de llevar todo eso a los demás, que los colegios que todavía no se han animado vean que es posible. Hicimos la semana pasada una jornada sobre eso precisamente.

-¿Les piden ayuda los centros ante el reto de la tecnología?

-Sí, de hecho hay muchos que visitan los colegios pioneros. Si tú quieres que tu colegio conecte con la realidad, tienes que contar con las tecnologías, y no las vamos a llamar nuevas: no lo son.

-¿Qué opina de la nueva conselleira, a la que conoce? ¿Qué espera de ella?

-Me parece una persona cercana, muy competente y que conoce bien la realidad de los centros; eso es muy importante. ¿Qué espero? Que sea sensible a la libertad de enseñanza y que sepa gestionar bien esa competencia entre concertados y públicos.

-¿Hay una lucha escuela concertada-escuela publica?

-Creo que hay una especie de rivalidad que no tendría que existir y que es solo desconocimiento. Tenemos que ser complementarios, pero para eso hay mitos que tenemos que ir rompiendo.

-Hablando de la concertada y la pública, ¿las referencias que hizo la ministra Isabel Celaá sobre el abuso de algunos colegios le afectan, tiene miedo? ¿O se consideran dentro del grupo que la ministra calificó como escuela que hace bien su trabajo?

-Tenemos claro lo que somos. Tenemos un ideario y es lo que aportamos de distinto a un colegio publico. Hay que ir viendo las actuaciones, claro, estamos a la expectativa, pero no pensamos que vaya contra nosotros. Nosotros queremos que se nos vea como lo que somos, complementarios. Si no hay colegios diferentes, no se puede elegir, y si no se puede elegir, no hay libertad.

-La gente ¿por qué va a la escuela concertada: por el ideario, por un claustro estable...?

-Por el ideario. Si uno elige un colegio católico, sabe que a la educación en valores se le va a dar mucha importancia, que les van a transmitir a sus hijos valores con los que está de acuerdo. Es verdad que después alguna familia lo elige por el horario y que no todo el mundo que está en un colegio religioso coincide totalmente con las ideas, pero si entras, sabes lo que va a ocurrir.

-La selección de profesores siempre está en la polémica concertada. Si el ministerio les animase a elegir a sus trabajadores de entre los que aprueban una oposición, ¿lo harían?

-Nunca me lo he planteado. Creo que la selección de profesores es parte de nuestra libertad. Poder elegir. Nuestros procesos de selección tampoco son sencillos: exigimos que estén muy bien formados. Y no todos tienen por qué sacar una oposición, eso será quienes así lo deciden; si yo tengo claro que quiero otra cosa, también me preparo, pero de forma diferente, porque nuestros centros son muy exigentes: tengo que tener inglés o un idioma, el Celga y formación de la DECA [Declaración Eclesiástica de Competencia Académica], porque voy a entrar en un colegio de estas características.

-En Cataluña, Madrid y Murcia se subvenciona el bachillerato. ¿Están los colegios concertados gallegos discriminados?

-Sí, sí que lo estamos, porque hay mucha gente que no se puede permitir pagar el bachillerato. También nos gustaría que se subvencionase el transporte y el comedor en primaria y secundaria.

«Los profesores tenemos que habituarnos a trabajar de forma colaborativa»

Defensora de las metodologías más participativas, tiene claro cuál es la fundamental:

-Sin duda, el trabajo cooperativo. Creo que con él se puede hacer cualquier tipo de aprendizaje. Me parece que es la mejor manera de educar: los niños tienen que trabajar unos con otros, ver otros puntos de vista. Este tipo de trabajo es el que les va a dar las herramientas para la vida real. Además, es la mejor forma de conseguir la inclusión. Claro que aplicarlo bien es complicado, muy complicado, pero es una maravilla cómo cambia el ambiente de la clase, en todos los aspectos. El profesor está ahí y vela por los alumnos, pero son los niños los que se autogestionan.

-No se puede confundir colaborativo con sentar a los niños de cuatro en cuatro, y listo.

-No, no puedes poner a cuatro niños y decirles: «Ahora vais a trabajar en cooperativo». Tienen que trabajar antes las habilidades sociales. Es un proceso para que desarrollen de forma eficaz su tarea. Les tienes que enseñar, y para eso hay que tener muy claro cómo se trabaja. A veces creemos que podemos aplicarlo, pero para hacerlo con éxito tenemos que conocerlo muy bien. Por eso nosotros hicimos un curso, con los hermanos Johnson, precursores de esta metodología, y era media parte presencial, media en línea, y en el curso trabajamos todos los aspectos: teníamos un equipo y todo lo que íbamos a desarrollar en el aula lo hacíamos en grupo. Está claro que para aplicarlo en clase tienes que vivirlo tú.

-Si cambia las relaciones en el aula, también las cambiará en la sala de profesores.

-Los profesores nos tenemos que acostumbrar. En eso somos bastante isla. No estamos acostumbrados a que nos miren, y nos cuesta a veces. Te metes en un aula y ahí te quedas, no te reflejas en nadie, nadie te dice nada. Hay que cambiar esa visión: llevamos años en este proceso de innovación, por decirlo de alguna forma, y ha venido mucha gente a vernos y se ha ido rompiendo ese aislamiento.

«Si pides currículos, en infantil llegan los de ocho mujeres y los de dos hombres»

La presencia de mujeres disminuye conforme las etapas avanzan (y ganan en prestigio social).

-¿Por qué no hay hombres en infantil?

-Estaría muy bien, pero supongo que es un reflejo de la sociedad, porque, si pides currículos, te vienen, no sé, los de ocho mujeres y los de dos hombres. Nosotros en las jesuitinas tenemos un hombre en infantil, pero no hemos tenido más opciones. Aunque creo que las cosas están evolucionando, y la implicación de los hombres en el cuidado de los hijos aumenta: a las reuniones con profesores suelen ir padre y madre.

«A los docentes les pedimos que tengan la DECA porque queremos compromiso»

Cree que el gran reto de Escolas Católicas es hacer una escuela competente que eduque a los alumnos para una sociedad plural.

-¿No es difícil ser plural cuando no se deja a las familias elegir una alternativa a la asignatura de Religión Católica?

-La clase de Religión no es una catequesis. En nuestros centros, la persona se educa de una manera integral, y la religión es parte de esa educación. Es educar en la trascendencia, en unos conocimientos que también son culturales. No es adoctrinar. La clase de Religión tiene que ser vista como parte de nuestra cultura, de nuestros pasado, de nuestras raíces.

-Es cultura, sin duda, pero la ley dice que el colegio tiene que dar a las familias una opción alternativa y eso no siempre ocurre.

-Creo que no se deja un caso sin dar solución. Si alguien cree que no se atiende sus derechos, tiene que reclamar ante el colegio.

-La actividad religiosa llega a los profesores. En primaria sobre todo se les pide la DECA, una declaración de la Conferencia Episcopal obtenida tras un curso [que cuesta entre 800 y 1.700 euros], y en secundaria se quejan de que se les presiona para hacer cierta actividad pastoral.

-Lo que se exige es compromiso. No se puede enseñar lo que tú no dominas o no vives. Si tú quieres que en tu colegio haya una serie de profesores que eduquen bien, que transmitan los valores que tú crees importantes, necesitas personas que los vivan de verdad. Si crees en lo que haces, eres más capaz.