El olvido de la N-550, ese sí que es un peaje caro

Juan María Capeáns Garrido
juan capeáns SANTIAGO / LA VOZ

GALICIA

M.MORALEJO

El vial entre A Coruña y Tui tiene el efecto vertebrador de la AP-9, pero con baches en vez de barreras

03 nov 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Galicia ha librado con gran dignidad y paciencia dos largas batallas con el Ministerio de Fomento: la finalización de las autovías del Noroeste y de las Rías Baixas y la llegada del AVE, que será realidad dentro de poco más de un año. Ambas infraestructuras son de máximo interés general, porque su funcionamiento tiene un innegable impacto social, además de satisfacer múltiples necesidades territoriales.

Pero al margen de los puertos y aeropuertos, solo la autopista del Atlántico alcanza un rango estratégico similar para los gallegos, si cabe mayor, porque un 60 % de la población vive cerca de ella y hace un uso más o menos intensivo o incluso diario. En los últimos meses, al hilo de las subidas de los peajes y de la reclamación de su titularidad por parte de la Xunta, se ha insistido en la trascendencia de esta arteria, que es capaz de poner a un ferrolano en Valença do Minho en dos horas, eso sí, después de pagar 20,40 euros de peajes y 17,50 de combustible en un coche de gasolina normalito. Una desproporción de gastos que denunciaba esta semana el presidente Feijoo y que solo se da en la autopista del Mediterráneo (AP-7) y en alguna vía de alta capacidad del entorno del País Vasco. Carísima, claro que sí.

La alternativa es la nacional 550, con un trazado igual de estratégico -va desde A Coruña hasta Tui-, pero con tiempos de recorrido del siglo XX que cada año van a peor, con los recortes de velocidad que aplica Tráfico y los atascos metropolitanos, que se convierten en un suplicio para los conductores en algunas localidades en las que se malvive con el paso de miles de camiones y de coches cada día. No pagar peajes tiene otros costes: esquivar baches, ciclistas, tractores y radares, por no hablar de los cinco puntos de elevada y gravísima siniestralidad que hay localizados en sus 180 kilómetros.

Hace exactamente diez años, cuando todavía negaba la crisis, la ministra Magdalena Álvarez encargó un estudio para construir una nueva N-550 con formato de autovía gratuita que utilizaría mayormente la plataforma de la actual carretera, planteando un trazado alternativo entre Santiago y Caldas de Reis que pasaría por A Estrada. «El proyecto no está tan verde como pudiera parecer», le dijeron en Fomento al entonces presidente Touriño.

En la última década solo se pusieron parches y se movieron los papeles de los proyectos para periféricos, que cada año circunvalan unos presupuestos que, terminado el AVE, se van a desplomar en Galicia. Ahí tenemos la percha para sostenerlos. El dibujo está hecho y perdido en algún cajón ministerial, a no ser que fuera una moto de las buenas, de las que siguen pagando peaje en la AP-9 como vehículo ligero.

El conselleiro con sueldo menguante

El nuevo conselleiro de Medio Rural, José González, sigue cobrando como parlamentario, pero si entrega su acta es posible que pierda una pequeñísima parte de su sueldo. En todo caso, seguirá muy lejos de sus ingresos anteriores a meterse en política.

La actualización de Gómez-Reino

El 18 de octubre, el mismo día que comenzaban las elecciones de Podemos Galicia, el ganador, Antón Gómez-Reino, actualizó su declaración de bienes en el Congreso para incluir un piso adquirido en A Coruña en diciembre del 2017. Conlleva un crédito de 57.619 euros en Kutxabank.