Cae en Santiago una red que obligaba a sus víctimas a prostituirse y a mendigar

La Voz SANTIAGO / LA VOZ

GALICIA

La organización elegía a personas con discapacidades físicas a las que traían de Rumanía

29 oct 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Dos hombres de nacionalidad rumana y una mujer colombiana han sido detenidos por la Policía Nacional en Santiago, e ingresaron en prisión preventiva como presuntos integrantes de una red internacional de trata de seres humanos con fines de explotación para la mendicidad y para prostitución. Se ha liberado asimismo a diez personas, cuatro varones y seis mujeres, víctimas de esa actividad delictiva. También se han cursado tres órdenes europeas de detención y extradición para otros miembros residentes fuera de España.

La investigación comprobó cómo la organización captaba a sus víctimas en Rumanía. Elegían personas preferentemente con discapacidades físicas y psíquicas y las trasladaban con falsas promesas de vivienda y de trabajo en actividades hosteleras.

Algunas de esas personas se desplazaron a España acompañadas incluso de familias, y las trasladaban hasta la ciudad de A Coruña, donde las alojaban en infraviviendas que controlaba la organización. Los inmuebles a los que los llevaban tenían unas condiciones de salubridad, higiene y seguridad deplorables. Allí, las víctimas permanecían hacinadas, señala la policía.

Pidiendo limosna de rodillas

Después, los obligaban a mendigar por las calles de Santiago «pidiendo limosna de rodillas durante jornadas que duraban todo el día y sin importar las condiciones meteorológicas. También ejercían como mimos o estatuas humanas, recaudando dinero sin tiempo para descansar ni comer. Todo el dinero recaudado era entregado inmediatamente a los cabecillas», destacan los investigadores que consiguieron desmantelar la organización.

Además, los agentes verificaron cómo algunas de las víctimas femeninas fueron obligadas a ejercer la prostitución en un club de Santiago, «donde eran amenazadas y controladas en todo momento por la dueña del local. Una de las víctimas sufrió agresiones sexuales de forma continuada por el líder de la organización y fue obligada a tomar píldoras abortivas», resalta la policía.