Carolina Bescansa capitula tras la derrota y volverá a la universidad

GALICIA

Lavandeira jr | Efe

«Nunca dejaré Podemos», asegura la diputada, que dimitirá al cerrar las comisiones en las que trabaja

27 oct 2018 . Actualizado a las 00:14 h.

«Carolina Bescansa no tiene un problema con Pablo Iglesias, tiene un problema con Podemos». Así se expresó hace unos días un dirigente del partido morado que no había visto con buenos ojos el desembarco de Bescansa en Galicia. «Es una paracaidista -dijo otro militante-; llega para ganar o para nada». Con el anuncio de que abandonará en breve su acta de diputada y de que dejará la primera línea política para regresar a su plaza de profesora en la Universidad Complutense de Madrid, muchos creerán que acertaron estas voces críticas.

Es verdad que a Carolina Bescansa se le habían cerrado todas las puertas en el partido morado desde que se supo que amagaba un plan para desbancar a Pablo Iglesias, y que nada perdía dejándose convencer por el equipo de Carmen Santos para quemar su último cartucho en la política autonómica en la que, es verdad, solo aspiraba a secretaria xeral, porque no se presentó en las listas para el consello cidadán autonómico. Sin embargo, en el discurso en el que anunció su marcha no dejó de insistir en que quedaba a disposición de Gómez-Reino y de la nueva dirección de Podemos Galicia, a la que brindaba su «capacidade de traballo e todo o apoio que poida achegar». Pero, aunque el nuevo líder de Podemos Galicia la conminó a quedarse y hacerle un hueco en el equipo, ella por ahora no recogió el guante.

Se despidió con un discurso en el que no solo resumió su trayectoria política desde que se fundó Podemos, sino que lo hizo desde la independencia de la que siempre hizo gala y que le valió que, a lo largo del día de ayer, muchos lamentasen la pérdida de su valía política. Y no solo lo hicieron dentro de Podemos; más bien, fuera de Podemos. En castellano, «a la vista de la cantidad de medios estatales que están hoy aquí», dijo que Podemos había logrado en este tiempo «cosas asombrosas», y recalcó que, cuatro años después, sigue pensando que «el futuro de España está escrito en el futuro de Podemos».

Aseguró que había aportado lo mejor de sí misma para trasladar a la política «la gran alianza entre las clases medias y las populares» que, a su entender, ya existe en la sociedad. «Y no me equivoqué». Que había elaborado «junto a un magnífico equipo» una ruta política para el cambio constitucional en España, con la vista puesta en la agenda social, en la igualdad y en el feminismo. «No me equivoqué», insistió. Y que había apostado «por facilitar el cambio político en España cuando podía producirse a pesar de que eso pudo suponer un gran riesgo». «Sigo pensando que no me equivoqué». Y que lo había hecho a su manera, como de todos era sabido: «Opté siempre por decir lo que pensaba [...] y opté siempre por hacerme a un lado cuando no estaba de acuerdo». 

En marzo

Y dentro de unos meses se hará a un lado. Dejará el acta de diputada en cuanto finalice su trabajo en las comisiones de las que forma parte: en la de la financiación irregular del PP y en la subcomisión para la reforma del sistema electoral. Calcula que a finales de febrero estarán listos los dictámenes y que en marzo volverá a la Complutense, allí donde se gestó todo. Lo dijo en A Nave de Vidán, en el mismo espacio en el que hace solo cuatro semanas -un mes de vértigo- anunció su candidatura.

Dice que deja solo la política activa, que seguirá dedicándose a ella como ya lo hacía antes. «La política también se hace en la calle y en los puestos de trabajo. Yo he hecho política en muchos sitios». Y asegura que lo seguirá haciendo y que, además, «nunca» dejará Podemos. Quizás sea Podemos el que tiene un problema con Carolina Bescansa.