El juez archiva la causa por el incendio que provocó dos muertes en Chandebrito

e. v. pita VIGO / LA VOZ

GALICIA

XOAN CARLOS GIL

El magistrado de Vigo intenta evitar que prescriba el caso mientras espera los informes periciales

23 oct 2018 . Actualizado a las 13:41 h.

Las causas por la cadena de incendios forestales que el 15 de octubre del 2017 cercó las parroquias rurales de Vigo y que provocó dos muertes en Chandebrito y otra en Vigo han sido archivadas. El juez que investigaba tres de estos fuegos ha sobreseído las respectivas investigaciones abiertas por diversas razones. Además, exculpa a dos hermanos de Gondomar, los únicos detenidos como sospechosos de quemar un monte en ese día de alto riesgo.

Tras los incendios del 15-0, el Juzgado de Instrucción número 8 de Vigo incoó tres procedimientos diferentes para esclarecer el origen y las causas de los fuegos forestales que carbonizaron la comarca de O Val Miñor, que agrupa a Gondomar, Nigrán y Baiona. A mayores, otros juzgados distintos se ocupan de los que devastaron ese mismo día el municipio de As Neves.

El siniestro más trágico del entorno de Vigo asoló Chandebrito, en Gondomar. Murieron Maximina Iglesias y Angelina Otero, de 86 y 78 años, atrapadas en una furgoneta durante la evacuación. El magistrado de Vigo está a la espera de recibir el resultado de unas diligencias (pruebas periciales técnicas) que solicitó sobre este tema. Optó por archivar este procedimiento por una cuestión de técnica procesal. Quiere evitar que corran plazos y prescriba la causa si transcurre demasiado tiempo sin avances. Si surgen novedades relevantes, la reabrirá.

En dicha causa, el juez investiga el siniestro con víctimas mortales que asoló la parroquia de Chandebrito. Unos patrulleros de la Policía Nacional que evacuaban la zona por la noche cruzaron un túnel de fuego seguidos por una caravana de vehículos de vecinos, pero todos retrocedieron en medio del caos para salvar sus vidas. Durante esa evacuación, una furgoneta en la que viajaban dos vecinas de avanzada edad se salieron de la vía por la falta de visibilidad y entraron en un bosque en llamas.

La segunda causa que el juez ha archivado se refiere al fuego que cercó los montes próximos a la villa de Baiona, también el 15-O. Las fotos de las llamas rodeando el pueblo que enviaron los testigos esa tarde concienciaron a la población de la gravedad de la situación.

El tercer incendio investigado se centró en diversos fuegos en Gondomar en la misma fecha. El Seprona detuvo a dos hermanos que tenían una explotación agropecuaria. Después de haberles tomado declaración y tras el estudio de otras pruebas, el juez sobreseyó provisionalmente la causa, pues no vio indicios suficientes con respecto a los sospechosos. Los implicaban en varios incendios. El juzgado llegó a pedir un informe forense psiquiátrico de uno de ellos para valorar su capacidad.

Un vendaval cálido arrastró la lengua de fuego desde Portugal y luego confluyó con el Ofelia

El principal sospechoso del 15-0 es la tormenta meteorológica perfecta que abrasó el sur de la provincia de Pontevedra. Al verano cálido le siguió un otoño sin lluvias que secó los pastos y la maleza. Los eucaliptos hicieron de gasolina. El día del incendio se anunciaron 34 grados de temperatura. A ello se sumó una racha de viento cálido que subía a 100 por hora desde 600 kilómetros al sur. Al atravesar el centro de Portugal, en llamas, arrastró consigo una lengua de fuego que cruzó el río Miño. En horas, esa espada térmica carbonizó As Neves y O Val Miñor.

Por la noche, los vigueses que residían en las parroquias semirrurales de Valadares y Coruxo hacían cadenas con cubos de agua para defender sus casas. Las cenizas arrastradas por el viento caían en los patios del barrio de Teis o en la céntrica plaza de España. La fortuna hizo que esa noche entrase en la costa gallega la cola del huracán Ofelia, desde las Azores. En una hora, la lluvia barrió y apagó todos los incendios.

La Policía Nacional abrió una investigación para esclarecer si los fuegos registrados simultáneamente en varios barrios urbanos de Vigo habían sido intencionados. La policía científica no halló indicios de delito. Todo apunta a que los causaron las brasas que caían arrastradas por el viento. Por WhatsApp se culpó a dos motoristas de circular con un garrafón de gasoil quemándolo todo. Era una noticia falsa.

Desde el 15-0, Vigo ensaya una muralla verde de árboles autóctonos para proteger la ciudad.