«Estaba "sembrado" de picaduras de velutinas, moi apurado me vin»

Dolores Vázquez COIRÓS / LA VOZ

GALICIA

CESAR DELGADO

Un vecino de Coirós presenta 20 picotazos tras tropezar con un nido al limpiar una captación de agua

16 oct 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Con hinchazón de la cara y en las manos, José Luis Boado, un vecino de Figueiras, en Coirós, explica, todavía impactado, cómo escapó, no sin dificultad, de un ataque de velutinas el pasado sábado. «Moi apurado me vin», reconoce. Aunque tenía pensado ir con la familia a A Coruña esa mañana, optó por quedarse en casa y aprovechar para ir a limpiar una traída vecinal situada a medio kilómetro de su vivienda.

La canalización está protegida por una verja y, por no molestar al vecino que tiene la llave, optó por aprovechar una zona donde el cierre está algo levantado para acceder al recinto. «Coeime por abaixo e arrastreinas, o peor é que despois tiven que saír polo mesmo sitio», explica sobre un pequeño espacio por el que entró gracias a su constitución delgada. Asegura que no se percató de que en ese lugar estaba el nido y que la primera avispa que le atacó la despachó con rapidez, sin darle más importancia, hasta que llegaron el resto y no le quedó más alternativa que la huida.

«Tiña moitísimo medo: carallo, calquera non o ten! Fun a correr ata a casa, estaba sembrado de picaduras», asegura este jubilado, que con el apuro ni llegó a ver el nido, que fue retirado el domingo por el experto Lolo Andrade. Este especialista explicaba que no era de un gran porte, pero que José Luis tuvo suerte al no ser alérgico.

«Na man esquerda teño sete, na outra tres e na cara unhas dez», comenta sobre las picaduras. Lo hace delante de la trampa casera que tenían colocada los vecinos en la puerta del recinto, cuya efectividad contra la plaga no fue suficiente.

«Eu saín correndo e ata o poste, uns cinco metros, e estaban enriba miña. Son unhas devoradoras», apostillaba, y miraba con recelo la captación, donde ayer aún había dos ejemplares revoloteando. «Sempre tes que ir con outro, pero que corra menos ca ti», le comenta con retranca un vecino de la zona tras saber lo sucedido, al mismo tiempo que denuncia que faltan medios para atajar la plaga.

«Un veciño viunas e díxomo hai como un mes, dous días despois vin e non as vin, cando as vin xa foi cando me picaron», relata Boado, quien añade que su premura era por llegar al coche. «Levaríame un cuarto de hora chegar dende a casa ao ambulatorio, fun tan lanzado no coche que quero informe médico por se me colleu a policía e poder xustificalo», explica.

La paradoja hizo que el suceso ocurriese en O Catorce, delante del centro de salud de Coirós, pero el auxilio tuvo que ir a buscarlo a Betanzos, ya que no tiene profesionales el fin de semana. Allí le pusieron una vía y oxígeno y no lo dejaron marchar hasta tres horas después, cuando normalizó sus constantes. «O doutor deume medicamentos para cinco días polos efectos retardados e díxome que tiña sorte porque non era asmático, porque se o fose..., ou alérxico...», dice sin atreverse a completar la frase.