Vanguardia al borde de la ruina

Juan Ventura Lado Alvela
j. v. lado CEE / LA VOZ

GALICIA

Descuidada vegetación en la zona y deterioros visibles desde el exterior
Descuidada vegetación en la zona y deterioros visibles desde el exterior Ana Garcia

Aldea Madeira, un centro turístico pionero en la Costa da Morte, sigue inservible y necesita cientos de miles de euros más

07 oct 2018 . Actualizado a las 08:38 h.

Cuando fue proyectado, en el año 1997, en la Costa da Morte no había nada parecido. Un complejo turístico de carácter público de 72.000 metros cuadrados con 10 bungalós y un centro social en medio de la exuberante naturaleza de Brañas Verdes (Camariñas) y con un estilo constructivo respetuoso con ese medio era pura vanguardia para la zona. No llegó a lo inicialmente pretendido, con una granja escuela, piscina descubierta, centro de equitación y de agricultura ecológica, para lo que entonces se precisaban unos 80 millones de pesetas, pero Aldea Madeira todavía era una idea ilusionante cuando se inauguró el 29 de enero del 2002. De hecho, en los sueños más optimistas del gobierno municipal todavía genera alguna ilusión de futuro.

Pero la realidad actual es bastante más dura: es el panorama de unos edificios desvencijados, que nunca llegaron a abrirse como tales y en los que los ocasionales ladrones ya solo hacen daño, porque no queda nada que robar. Parte de los materiales desaparecieron y el grueso de lo más valioso, incluidas carpinterías en maderas nobles, lo tiene el Concello guardado en un almacén municipal.

El complejo cogió los buenos tiempos de los obradoiros de empleo, cuando se le concedían a un solo ayuntamiento y por tiempo prolongado. Así fue como logró algunas mejoras, por ejemplo a efectos de jardinería, y también sirvió para que se formasen profesionales de la hostelería. Sin embargo, a partir de ahí poco más. Solo se realizaron actividades puntuales como conciertos, que también han decaído, de una asociación cultural que precisamente reclamaba su utilidad y su puesta en marcha.

Las grandes novedades en Aldea Madeira a lo largo de los últimos años fueron los distintos robos, algunos de ellos sonados, como los de marzo del 2016, en los que operarios municipales tuvieron que recuperar mesas y otros bienes que habían sido sustraídos supuestamente por una pareja de indigentes que se refugiaban en una casa en ruinas próxima al lugar. Pero hubo más casos y parte del material se ha perdido.

El exalcalde Manuel Valeriano Alonso, que acaba de dejar su puesto en favor de Sandra Insua, tenía este asunto, probablemente, como la peor espina clavada de su gestión, porque en ningún momento logró sacarlo adelante. Aunque en el centro social llegó a haber servicio de luz y agua, el principal talón de Aquiles del complejo era la falta de estas dotaciones en las cabañas, algo complejo y caro de resolver. El Concello nunca tuvo a su disposición el dinero necesario -llegó a cifrarse la inversión para acabar todo en más de 440.000 euros- y la opción de Alonso era encontrar un inversor privado y sacarlo a concurso. Todo el mundo daba por hecho que el Ayuntamiento no iba a ganar dinero, pero si lograba abrir Aldea Madeira, sería todo un hito para un bien que ahora lleva 16 años inservible.

Llegó a anunciarse el interés de varias firmas hoteleras por hacerse con la gestión, pero nada de eso llegó a concretarse. Nunca se supo hasta qué punto eran sólidas las propuestas, aunque lo que se desprende de los resultados es que nadie vio ahí la opción de hacer negocio después de poner todo el dinero que hace falta para arrancar la actividad.

El deterioro es aún más evidente en el interior, debido a la caída de losetas y la falta total de cuidados
El deterioro es aún más evidente en el interior, debido a la caída de losetas y la falta total de cuidados Ana García

Y la situación a día de hoy sigue siendo más o menos esa. Como explica el concejal de Obras de la localidad, Juan Carlos Canosa, los bienes muebles principales están a buen recaudo en un almacén municipal, pero, aun así, «de vez en cando aparece algunha porta ou ventá rota», signo de que sigue habiendo quien cree que puede encontrar dentro algo de valor o de que se producen actos de simple vandalismo, ya que las instalaciones tampoco se han visto libres de ellos.

Canosa reconoce que pocas novedades ha habido en los últimos tiempos respecto a Aldea Madeira, fundamentalmente porque el Concello no puede disponer de los fondos necesarios para ponerla en marcha y porque también «é moito diñeiro para que apareza un particular que o poña».

Aunque fue objeto de mucha polémica política, sobre todo en forma de críticas del PP hacia el gobierno socialista de Camariñas, tampoco dio lugar a una respuesta social en la propia localidad y en el conjunto de la Costa da Morte que forzase a la Administración a encontrar una viabilidad.

Así, ante todo ese panorama, a no ser que aparezca, y pronto, una idea original que muestre la luz al final de este callejón sin salida, el destino más probable de lo que todavía queda es el abandono para seguir languideciendo entre la naturaleza que sirvió de razón de ser para su ubicación.