La inspectora que llevó el caso del parricida de Oza: «Cuando vi al padre supe que el niño estaba muerto»

José Manuel Pan
josé manuel pan REDACCIÓN / LA VOZ

GALICIA

J. M. PAN

Marta García explica que su grupo buscó «las debilidades» del padre para dar con el cadáver de Javier

03 oct 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Ella y su grupo se enfrentan a diario con conflictos familiares, con problemas entre padres y madres «en los que casi siempre, desgraciadamente, la moneda de cambio es el niño». Y también se enfrentan a las agresiones, al crimen, a lo peor del ser humano. A Marta García Martínez, inspectora de la Policía Nacional en A Coruña, le tocó esa peor parte cuando investigó el caso del parricida de Oza, cuando encontró en poco más de 24 horas el cadáver de Javier, de 11 años, al que su padre, Marcos Mirás, había asesinado en un monte de Oza-Cesuras el Día de la Madre del 2017. La inspectora jefa García dirige el grupo UFAM (Unidad de Familia y Mujer), en el que hay mayoría de mujeres, y ayer fue condecorada en A Coruña en el acto central del Día de la Policía.

-Su grupo esclareció el crimen en muy poco tiempo. ¿Cómo pudieron dar tan pronto con el niño?

-En nuestro grupo estamos acostumbrados a tratar conflictos de pareja y esa experiencia que tenemos nos sirvió para convencer al padre, para saber cuáles eran sus debilidades y para que nos dijera dónde estaba el niño, porque a pesar de todo siempre teníamos una mínima esperanza de que Javier pudiera estar vivo. Toda esa experiencia nos permite saber cómo afrontar esta situación, y tuvimos la suerte de encontrar rápido al niño.

-¿Pero llegaron a pensar que Javier podía estar vivo?

-Mire, cuando vi la denuncia de la madre tuve una corazonada que me decía que el niño podría estar muerto. Era solo una corazonada mía, pero cuando vi al padre, cuando lo localizamos en el hostal, y sin que él hubiera dicho nada porque en principio lo negó todo, supe que el niño estaba muerto. Pero siempre quedaba la esperanza de que estuviera malherido.

-Todo fue muy rápido.

-Sí, fue muy rápido porque en poco más de 24 horas encontramos el cadáver. Al padre lo localizamos en el hostal y al niño en un bosque de eucaliptos en Oza.

-¿Cómo lograron convencer al padre para los llevase hasta el cadáver del niño?

-Es muy difícil, hay que afrontar el caso y buscar el punto débil del sospechoso, y cuando lo encuentras atacar por ahí. Nos ha servido muchísimo toda la experiencia que tenemos. Llevo 13 años en el grupo y, básicamente, los casos se repiten. Estamos tratando a diario con conflictos entre familias, entre hombres y mujeres, en los que casi siempre la moneda de cambio son los niños. Son los que más sufren y los que se llevan la peor parte.

-Otro de los cometidos de su unidad es la protección de mujeres que son víctimas de la violencia machista. ¿Cómo las protegen?

-Nos basamos en los análisis de riesgo en función de unos estudios estadísticos que nos indican el grado de riesgo de cada caso. Cada nivel tiene unas pautas a las que nos tenemos que ajustar y en función de eso le damos un nivel de protección, que va desde el contacto telefónico permanente con la víctima hasta una escolta de 24 horas al día, que se aplica en los casos de riesgo extremo.

-¿Hay algún caso de nivel extremo en Galicia?

-Hubo algunos casos. Pueden prolongarse hasta que se detiene al agresor. Es una situación complicada en la que hay que estar 24 horas con la víctima, y es también una situación incómoda para ella. Pero lo que prima siempre es su protección.

-¿Cómo es ese primer contacto con una mujer que necesita protección policial porque es víctima de violencia machista?

-Cuando una mujer viene por primera vez a denunciar malos tratos suele llegar muy nerviosa. Lo primero que hacemos es recoger la denuncia y procuramos que se calme para que nos pueda ofrecer el máximo de datos de lo que ha pasado. Después, una vez tramitada la denuncia, se activa la protección y en muchos casos se detiene al supuesto agresor. Es el momento entonces de hacerle ver a la víctima que está atravesando una situación de riesgo y ya le presentamos a un policía con el que va a tener una comunicación directa durante las 24 horas. Pero, claro, todo depende del nivel de riesgo, que puede subir o bajar desde que se realiza esa primera denuncia. En medio de eso hay contactos con el entorno de la víctima, con el entorno del agresor, con todas las personas que nos puedan facilitar alguna información sobre el caso para ofrecer la mejor protección posible a la mujer.

1.600 víctimas de violencia machista, bajo protección de la Policía Nacional

La lucha contra la violencia machista centró buena parte del Día de la Policía. El jefe superior de Galicia, Manuel Vázquez, hizo un repaso a las operaciones policiales realizadas este año en Galicia en la lucha contra el narcotráfico y contra la delincuencia organizada. Sobre la violencia machista, dijo: «Estamos ante una lacra social y la Policía Nacional dedica muchos recursos a la protección de las víctimas, y tenemos bajo protección en torno a 1.600 mujeres con diferentes niveles de riesgo». También habló de esa lacra el delegado del Gobierno, Javier Losada. Recordó la necesidad de luchar con todas nuestras fuerzas «contra el terrorismo machista que sigue matando». Pidió a los policías «la máxima implicación», que garanticen la «sociedad paritaria e igualitaria que deseamos».