Francisco Infante: «El verano gallego le está comiendo terreno a la primavera y al otoño»

GALICIA

MARCOS MÍGUEZ

El delegado de la Aemet en Galicia asegura que «en las provincias atlánticas hay un ligero déficit de lluvia. Estamos mejor pero tampoco para relajarnos»

03 oct 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

El lunes arrancó el nuevo año hidrológico y la temporada oficial de borrascas. Estamos ante un excelente momento para hacer balance del tiempo que hemos dejado atrás y preguntar por el que aún está por llegar. Hablamos con una de las voces más autorizadas en Galicia en lo que se refiere a la ciencia de la atmósfera.

-¿Está siendo un año muy entretenido?

-Desde luego, sobre todo si tenemos en cuenta de dónde venimos. El año pasado fue muy estable por la sequía tan prolongada.

-Y de repente en diciembre se puso a llover y tardó en parar

-Sí, hemos tenido unos meses muy húmedos, sobre todo los de primavera que además fue una estación gélida.

-Solo hace falta recordar que en Pedrafita hizo más frío que en el Ártico

-En marzo hubo un calentamiento súbito de la estratosfera en el Ártico. Este fenómeno generó un bloqueo anticiclónico en el extremo norte de Europa que se mantuvo hasta bien entrado el verano.

-¿Notó a los gallegos más nerviosos que otros años?

-Sí, porque el mal tiempo se prolongó durante junio y julio. Muchos creyeron que nos quedaríamos sin verano.

-Pero al final ha sido muy bueno.

-Pues sí. Tanto agosto como septiembre han ido de los más calurosos y secos de toda la serie histórica. Septiembre por ejemplo terminó como el más cálido en Pontevedra, Vigo, Lugo y Ourense y el segundo en Santiago. En cuanto a las precipitaciones, en la mitad occidental de Galicia las acumulaciones han estado por debajo del veinte por ciento de los valores normales.

-¿Cómo será el otoño?

-Si tomamos como referencia la previsión estacional no se aprecia una señal clara en cuanto a las precipitaciones pero sí de temperatura. Esperamos que sean unos meses más cálidos.

-¿Le sorprende?

-No. Viendo las tendencias de los últimos años lo raro sería que fuese más frío de lo habitual.

-¿Nos estamos quedando sin las cuatro estaciones propias de estas latitudes?

-Las estaciones intermedias se están diluyendo e incluso acortando. El verano le está comiendo terreno a la primavera y al otoño. Es sin duda la estación que más está notando el proceso de calentamiento. Hace cuarenta años que no se registra un verano más frío de lo normal.

-¿Qué va a pasar con El Niño?

-Se desarrollará a finales de este año. La comunidad científica predice que será una fase débil. Veremos.

-Si este fenómeno se alimenta de aguas cálidas y el océano está aumentando su temperatura. ¿Qué se puede esperar?

-Esa es una cuestión que se plantean muchos científicos ahora mismo. La mayor parte del calentamiento de origen humano lo están asumiendo los océanos. Todo parece indicar que el evento de El Niño será cada vez más frecuente e intenso.

-¿Galicia tiene suficientes embalses para afrontar eventos extremos de sequía?

-En Galicia siempre ha llovido, sobre todo en invierno. Esto significa que tenemos una disponibilidad de agua adecuada. Pero en el contexto de cambio climático se van a producir cambios en la distribución de la precipitación. Esto afectará a una infraestructura que está preparada para otro tipo de situaciones. No soy experto en hidrología pero es lógico que tenga repercusiones. Este es un aspecto que entra dentro de lo que supone la adaptación al cambio climático, como también puede ser la subida del nivel del mar.

-¿Puede volverse a una situación de prealerta por sequía?

-No hay nada que nos indique que eso no puede volver a pasar. Si en los próximos meses la precipitación se comporta normal no habrá problema aunque si fallan las previsiones lógicamente se notará.

-Pero ahora podemos afrontar mejor un posible período sin lluvias, ¿no?

-En el conjunto de Galicia estamos en una situación normal pero si vemos como ha sido el año hidrológico, se aprecia que en A Coruña y Pontevedra hay un ligero déficit de precipitación como consecuencia de la sequía que hemos sufrido el año pasado. Estamos mejor pero la situación tampoco es como para relajarnos.

-¿Qué utilidad tiene poner nombre a las borrascas?

-Favorece que la comunicación sea más efectiva ante un episodio adverso de viento, que también suele llevar asociados fenómenos costeros y en muchas ocasiones problemas relacionados con la nieve y la lluvia. Las encuestas en Reino Unido e Irlanda demostraron que la población estaba más atenta a los avisos previstos de fenómenos meteorológicos adversos.

-Llevamos varios días con temperaturas altas para la época del año pero las mínimas ya son muy bajas, incluso con valores negativos

-El aumento de la duración de la noche y un menor calentamiento diurno hacen que las mínimas desciendan. Los cielos despejados amplifican además este descenso por pérdida de radiación del suelo durante la noche.

-Muchos gallegos tiene la impresión de que lo que marcan los termómetros a menudo no se corresponde con lo que sienten

-La sensación térmica depende de la temperatura, la humedad y el viento. Aquí intervienen los tres factores de forma determinante. En la costa norte por ejemplo la temperatura del aire puede ser elevada pero el nordés provoca que la sensación sea de frío.

-¿El abandono del rural puede afectar al clima?

-Sí, y de varias formas además. Por un lado produce un calentamiento ya que las ciudades son grandes generadores de gases de efecto invernadero. Pero también puede provocar un enfriamiento ya que otro de los principales emisores es el ganado, que libera metano, un gas todavía más intenso que el propio dióxido de carbono. Si hubiese un abandono masivo del rural habría menos metano en la atmósfera y en consecuencia descendería la temperatura.