Administradores de fincas y dueños de pisos critican que los vecinos decidan si aceptan alquileres turísticos

s. c. REDACCIÓN / LA VOZ

GALICIA

ALBERTO LÓPEZ

Airbnb apuesta por una regulación que «reconozca la posibilidad de compartir el propio hogar»

26 sep 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Ni los administradores de fincas ni los dueños de los pisos turísticos en Galicia ni las plataformas que los comercializan respaldan la propuesta que dejó caer el lunes Isabel María Oliver, secretaria de Estado de Turismo, de que sean las comunidades de vecinos las que en última instancia aprueben o no la instalación de pisos turísticos en sus edificios.

Los primeros, que están integrados en el colegio profesional (Coafga), afirman que tomar este tipo de decisiones en el seno de una comunidad de vecinos solo ocasionaría problemas. Carmela Lavandeira, vicepresidenta de la entidad, explica: «Es muy difícil que una comunidad de propietarios se ponga de acuerdo, y en este caso más porque los intereses de unos pueden ser contrarios a los de otros». Frente a una situación que no llegará nunca a buen puerto, Lavandeira cree que la mejor solución es «regular este tipo de alquiler a partir de las aportaciones de los técnicos». ¿Cómo? Ahí ya no entra la especialista, aunque propone medidas como «que se destinen los pisos más bajos o los que tengan entradas diferentes», opciones que protegen al vecindario.

La asociación de propietarios de pisos turísticos, Aviturga, tampoco ve bien la propuesta de Oliver, pero sus razones son diferentes. Dulcinea Aguín, su portavoz, cree que «un turista no tiene por qué hacer más ruido o ser más molesto que cualquier otro vecino». Recalca que en general se trata de gente que apenas está en casa y se pregunta: «¿Por qué tengo que pedir permiso para alquilar mi piso a unos turistas y mi vecino no tiene que pedirlo para tener un perro?». Por no hablar de un alquiler anual tradicional o la existencia de propietarios de viviendas que son molestos y ruidosos.

Finalmente, la plataforma Airbnb apuesta por una regulación que «reconozca la posibilidad de compartir el propio hogar, que no elimine vivienda disponible del mercado de alquiler y que respete la esencia de la economía colaborativa». Entienden desde la empresa virtual que no es lo mismo una empresa que tenga pisos turísticos que una persona que ponga en el mercado su propia vivienda.