La previsión a corto plazo señala precisamente que Galicia estará en una situación intermedia entre altas y bajas presiones
17 sep 2018 . Actualizado a las 11:16 h.A falta de siete días para que arranque el otoño, Galicia encara una semana con una meteorología propia de esta época. La nueva estación que comienza el 23 actúa de transición entre el verano y el invierno. Desde el punto de vista climatológico este período del año en realidad solo existe en las latitudes medias. En las zonas ecuatoriales y tropicales hay dos etapas bien diferenciadas, una húmeda y otra seca. Mientras tanto, en las regiones polares las únicas estaciones tienen que ver con la presencia o no de la luz. En los extremos norte y sur de la Tierra hay seis meses de claridad y seis de oscuridad total.
Galicia se encuentra entre la latitud 410 y 430 norte. Aquí confluye el aire cálido que sube desde el Ecuador con el frío que desciende desde el polo. En verano, debido a la intensa radiación solar, domina el aire caliente que da de comer al anticiclón y en consecuencia hay buen tiempo. En invierno la situación se invierte. La escasa energía solar en el hemisferio boreal permite que sea el aire gélido quien tome el control de la atmósfera, principal sustento de las borrascas. En primavera y otoño se produce un encuentro entre el aire cálido y frío. Uno siempre está de retirada mientras el otro aparece en escena.
En el caso concreto del otoño, es el aire cálido el que desaparece poco a poco de los mapas mientras el frío asoma. Durante los próximos días, las condiciones meteorológicas se comportarán de acorde a la teoría, coincidiendo anticiclones y borrascas. La previsión a corto plazo señala precisamente que Galicia estará en una situación intermedia entre altas y bajas presiones. Hoy se percibirá el paso de la tormenta tropical Helene y la influencia de un anticiclón situado en Centroeuropa. El viento soplará del sur, habrá nubes y claros y las temperaturas serán elevadas, sobre todo en el interior, con máximas por encima de los 30 grados. Mañana la comunidad gallega seguirá recibiendo la efectos de Helene, convertida ya en una profunda borrasca al norte de Escocia pero sin dejar de notar la influencia del anticiclón. Los vientos del oeste dejarán nubes e incluso lluvias débiles en las provincias atlánticas y un descenso térmico. A partir del miércoles las altas presiones se refuerzan y por tanto el cielo volverá a quedar más despejado, especialmente en el sur de Lugo y provincia de Ourense. Los modelos meteorológicos están apuntando ahora mismo que a medio plazo el anticiclón dominará claramente sobre las borrascas.