Guerra de investigaciones hasta mayo

Domingos Sampedro
domingos sampedro SANTIAGO / LA VOZ

GALICIA

La creación de varias comisiones especiales mete al Parlamento dentro de la lucha por las alcaldías

16 sep 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Hace más de una década que el Parlamento gallego aprobó el último dictamen de una comisión de investigación. Ocurrió en junio del 2008. Intentaba esclarecer cómo una desempleada, contratada con fondos públicos en una organización agraria de Ourense, se convirtió en una agente electoral del PSOE en Argentina que viajaba con cargo a la Xunta. Aquella comisión permitió entrar con linternas en el oscuro desván del voto de los emigrantes, que cuando no era rogado lo ejercía incluso algún que otro muerto.

Y desde entonces, nada más. Es cierto que hubo una investigación para esclarecer la extinción de las cajas de ahorro, que empleó muchas horas escuchando a 40 comparecientes, pero todo el trabajo quedó guardado debajo de la alfombra sin aprobar nunca unas conclusiones finales.

Lo llamativo ahora es que las comisiones de investigación acaban de regresar a la primera línea política al menos hasta mayo, cuando toca acudir a las urnas para renovar las alcaldías. Es como si las fuerzas políticas se pusieran de acuerdo en revitalizar un Parlamento adormecido por la falta de iniciativa y una mayoría inexpugnable para calentar el ambiente para las municipales.

En Marea y BNG fueron los encargados de colocar la mecha al demandar una comisión de investigación sobre el accidente del festival O Marisquiño, que el PSOE no quería ni por asomo por entender que era una injerencia electoralistas concebida solo para desgastar a Abel Caballero. Pero siguieron adelante, así que el PP tuvo que hacer muy poco -le bastó abstenerse- para usar a En Marea y BNG de zapadores contra los socialistas, aunque al amplificar un asunto local y llevarlo al Parlamento admiten la enorme debilidad que tienen para enfrentar a Caballero en su marco natural, que es Vigo.

El PSOE vigués reaccionó cometiendo un error parecido al anterior, sacando las cosas de su ámbito de debate y, con el afán de desgastar a Feijoo, plantean investigar desde el Concello de Vigo los contratos de la Xunta con el narco Marcial Dorado.

El socialista Fernández Leiceaga hizo un intento posterior de corregir un poco tal disparate, consciente de que la comisión de O Marisquiño puede acabar enfrentando al PSdeG con sus socios de la izquierda. Así que propuso apoyar la comisión que pedían En Marea y el BNG para esclarecer los recortes que aplicó el PP en la sanidad. En Vigo lo vieron bien; y en la sede de O Pino, también, pues la defensa de la sanidad pública es una pancarta que suele mantener unida a toda la izquierda en un frente común contra el PP.

Pero cuidado con las comisiones de investigación. El PP tiene la mayoría para manejarla a su antojo y, cuando no la tuvo, se las apañó para enfrentar a sus rivales. Ocurrió con la comisión de la agente electoral, con el BNG acusando al PSOE de manipular el voto emigrante; o con la de la Cidade da Cultura, que provocó el plantón de Touriño en un pleno para afear que sus aliados del Bloque exigieran remitir las conclusiones a la Fiscalía. Y el PP enfrente, disfrutando con la escena.