La alcaldesa de Narón no se achica frente a los retos de la que es la octava ciudad de Galicia, aunque todavía dice no comprender el juego subterráneo de la política
11 sep 2018 . Actualizado a las 09:08 h.Tiene unos ojos pequeños pero inquietos, que están pendientes de la entrevista y de otras muchas cosas. Marián Ferreiro (Narón, 1977), que antes que alcaldesa fue secretaria del alcalde, no se achica frente a los retos de la que es la octava ciudad de Galicia, aunque todavía dice no comprender el juego subterráneo de la política.
-Está a punto de cumplir un año en la alcaldía, ¿qué le ha parecido?
-Muy bien. Tengo muy buenas sensaciones. Entré con algo de temor porque nunca estuvo en mis objetivos ser la alcaldesa. Tengo un gran equipo.
-Usted trabajó en el Concello.
-Sí. Fui personal eventual; secretaria del alcalde. Estaba en las xuventudes de Terra Galega, me ofrecieron trabajar en el Concello y vine. Una cosa llevó a la otra y aquí estoy. Si cuando estaba en las xuventudes me hubieran dicho que iba a ser alcaldesa, no me lo hubiera creído.
-Y fue madre por el camino.
-Sí, dos veces. Tengo un niño de 16 meses y una niña de 3 años.
-Tendrá cincuenta mil cosas en la cabeza.
-Sí, pero a mí me gusta. Soy comprometida en lo que me meto. De todos modos, conciliar es muy difícil. Nosotros tiramos de escuela infantil, abuelos, abuelas, sobrinos y lo que haga falta.
-¿Colabora su pareja?
-Sí, sí. Es un padrazo. Si tuviera quejas, se lo diría, pero no.
-Ya sentirá el vértigo de las elecciones.
-Sí. Es que hay gente que está empezando muy pronto. Yo, lo que llevo peor, son las descalificaciones personales. Odio la hipocresía.
-¿Diría que ha sido más difícil su trayectoria política por ser mujer?
-En mi grupo, no. Fuimos precursores en incluir muchas mujeres en las listas. A veces escucho algún comentario por la calle. A veces, por la juventud. Por ser mujer joven.
-¿Hizo huelga el 8 de marzo? -Sí, total. Ni llevé a mis hijos a la manifestación para que no se entendiera que era cuidadora.
-Usted es la primera alcaldesa que ha tenido Narón.
-Es un orgullo. Espero que sea la primera de muchas.
-Explique un poco qué es eso de ser de Narón.
-Yo soy de Narón, Narón. Vivo en la parroquia de San Xiao. La primera acta municipal que se recoge estaba en esa parroquia. Somos unos luchadores. Es verdad que estamos pegados a Ferrol, pero nosotros también estamos aquí y tenemos nuestra idiosincrasia. Una vez me preguntaron de dónde era y dije que de Ferrol, y la otra persona me dijo: «¡Ay, yo soy de Neda!». Fue una lección. A partir de entonces me dije a mí misma: el que no sepa dónde está Narón, que lo busque. Y nunca más dije que era de Ferrol.
-¿Tiene familia en el naval?
-Poca. Un par de tíos.
-Lo llevan mal, esa crisis, ¿no?
-La comarca sufre mucho. Es que el naval son muchas empresas auxiliares. Afecta mucho y el que diga lo contrario miente.
-¿Cómo era de pequeña?
-Muy buena hasta que cumplí los 18. Eso dice mi madre. La verdad es que no soy consciente de ese cambio. Un día me tendré que sentar con ella a que me lo explique.
-¿Le gusta cocinar?
-Sí, sobre todo me gusta hacer postres. Hago bizcocho de chocolate con mi hija.
-¿Celta o Dépor?
-Soy más de los equipos de Narón pero, por proximidad, del Dépor. No soy muy futbolera, aunque he ido a Riazor y una vez me colé en el Bernabéu.
-Explique eso.
-Bueno, la verdad es que el partido estaba acabando y vimos salir a Di Stéfano por una puerta que dejaron abierta. Y entramos. Hasta nos dio tiempo a ver un gol.
-¿Cómo se ve dentro de 20 años?
-Con más arrugas y espero que con menos kilos. En la política no creo, porque esto son etapas.
-Defínase en cuatro palabras.
-Tímida, dialogante, perfeccionista, lo que a veces es un problema, y comprometida.
-¿Qué le gusta hacer cuando no trabaja?
-Mi placer más grande es viajar. Grandes o pequeños viajes. Me gusta también el teatro, pasear, ir a la playa... y sentarme frente al mar; me encanta el sonido del mar.
-Tiene a cuatro candidatos para dar el pregón. Todos de forma altruista: Bertín Osborne, Pablo Casado, Cristina Pedroche y Roberto Vilar. ¿A quién elige?
-Hummm. Solo una mujer... A Roberto Vilar.
-¿De qué se arrepiente?
-(Contundente) De nada. Hay que tirar para adelante.
-¿Qué se le da bien?
-Cocinar. Creo que soy una buena anfitriona. Y una buena amiga.
-¿Y qué se le da mal?
-Canto fatal. Y eso que fui a tomar clases, pero creo que el ritmo no va conmigo.
-Una sola canción.
-Wicked Game, de Chris Isaak.
-¿Qué es lo más importante en la vida?
-La familia. Y ser feliz.