La mujer roza la mayoría en O Hórreo con el estreno de dos diputadas más

Domingos Sampedro
Domingos sampedro SANTIAGO / LA VOZ

GALICIA

xoan a. soler

La nuevas incorporaciones elevan la representación femenina hasta el 48 %

05 sep 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

La socialista Patricia Otero (Monforte, 1979) y Flora Miranda (Cariño, 1975), integrante de En Marea, se convertirán el próximo martes en diputadas autonómicas, tan pronto como prometan el cargo en pleno. La primera sustituye al secretario de organización del PSdeG, José Antonio Quiroga, que dejó el acta para hacerse cargo de la Confederación Hidrográfica Miño-Sil, y la segunda reemplaza a Magdalena Barahona, que causó baja por motivos de salud. La incorporación de ambas incrementa la proporción de mujeres en el Parlamento, situándola al borde de la mayoría absoluta, 36 de 75 (dos más que al inicio de la legislatura), algo que el baile de altas y bajas solo propició una vez en la historia, unos meses del año 2012, antes de que Feijoo convocara las elecciones.

Lejos quedan aquellas primeras corporaciones del Parlamento de Galicia, de los años ochenta del siglo pasado, que se parecían mucho a lo que hoy es Irán, el Líbano o Kuwait. No había apenas diputadas. El cupo de mujeres rondaba el 4 %, como en los citados países de Oriente Medio, y las que tenían la suerte de ocupar un escaño estaban muy alejadas de las portavocías y los cargos de mayor decisión.

Hubo unas cuantas precursoras para llegar a la situación actual, como la centrista Emma González Bermello, fallecida en el 2014, que fue la primera alcaldesa de una ciudad gallega, la de Vigo, y una de las tres mujeres que estrenaron aquel Parlamento que echaba a andar en 1981 en el pazo de Xelmírez.

Cuatro años después, Bermello repitió como diputada, ya con AP, pero era ella sola frente a un hemiciclo de 70 hombres. Todavía hubo que aguardar unos años a que Rosa Gómez Limia se convirtiera en la primera diputada del PSdeG. Ocurrió en 1988, cuando integró una lista en la que tenía diez hombres delante. Ni siquiera fue elegida en primera instancia, pero el hueco dejado por el sindicalista Suso Mosquera, entonces secretario general de UGT-Galicia, al echarle un pulso a Felipe González renunciando al escaño durante la huelga general del 14-D de 1988, brindó una oportunidad a aquella mujer a la que tachaban de chiflada en su propio partido por pedir cuotas mínimas del 25 % para las mujeres. Hoy son del 40 % por ley.

Importancia simbólica

El equilibrio numérico que está a punto de alcanzarse entre hombres y mujeres en O Hórreo no pasa desapercibido. «É importante dende o punto de vista simbólico», sostiene Ana Pontón, líder del BNG, que añade que la igualdad «segue a ser unha tarefa pendente para moitas forzas políticas, porque non só se trata de que haxa mulleres, senón de que teñan visibilidade e ocupen postos de responsabilidade».

En su caso se cumple. El cupo de diputadas en el BNG es del 66,6 % y tanto la portavocía como las tres viceportavocías las ocupan mujeres. El grupo de En Marea mejoró su marca cuando dimitió Juan Merlo por el currículo falseado y fue reemplazado por una mujer, Julia Torregrosa. El 57 % de sus representantes son diputadas, mientras que el PSdeG alcanzará la paridad perfecta cuando Patricia Otero tome posesión del escaño, lo que le dará un cupo del 50 %, siete hombres y siete mujeres.

«É unha noticia magnífica que academos o equilibrio na representación», apunta Patricia Vilán, viceportavoz del PSdeG, que considera esto un resultado de la evolución histórica, de la ley de igualdad aprobada en el 2007 por el Gobierno de Zapatero y del compromiso de los partidos para asumir listas cremallera. «Non hai máis que mirar para as filas do PP para comprobar onde están as reticencias», critica Vilán. La presencia de mujeres en el grupo mayoritario de la Cámara es del 41,4 %, 17 de 41.

Con una legislatura que todavía tiene por delante dos años, y la previsión de que se muevan varios escaños con diputados que barajan la posibilidad de dar el salto a las elecciones municipales o las generales, cuando toquen, es muy probable que el número de mujeres aumente todavía más hasta rebasar con holgura el umbral de la mayoría absoluta. Hay algún conselleiro con escaño, como Rey Varela, que tendría que dejar el puesto a una mujer si es elegido alcalde.

Las cosas no son como empiezan, sino como acaban, aunque Ana Pontón opina que, pese a los pasos que se han dado en estos años, «para moitos aínda seguimos sendo unhas intrusas».

El PP impide la comparecencia del conselleiro de Sanidade y la oposición contraataca con ocho iniciativas al pleno

Los grupos de la oposición parlamentaria, En Marea, PSdeG y BNG, arrancaron el nuevo curso político decididos a poner en el centro del debate los problemas asociados a la asistencia sanitaria y la insuficiencia de profesionales médicos. Como telón de fondo está también el caso que se produjo en el punto de atención continuada (PAC) de A Estrada, donde falleció un paciente sin ser atendido por ningún profesional.

Toda la oposición se unió ayer, en la reunión de la Xunta de Portavoces, para reclamar la comparecencia en el pleno del conselleiro de Sanidade, Jesús Vázquez Almuíña, que sin embargo no fue autorizada por el PP, que ya había ofrecido de antemano la del vicepresidente de la Xunta, Alfonso Rueda, para hablar del dispositivo de emergencias en el accidente del festival O Marisquiño.

No obstante, la bancada izquierda contraatacó a esta negativa introduciendo en la agenda del pleno hasta ocho asuntos -proposiciones no de ley, preguntas orales o preguntas al presidente- relacionadas con los problemas de la sanidad. «Non se veta nada, neste pleno vai haber oito debates sanitarios», manifestó Pedro Puy, portavoz de los populares, para dejar claro que la Cámara mantiene intacta su capacidad de control al Gobierno y que la oposición tiene diversos instrumentos, aparte de la comparecencia, para desempeñar su trabajo.

Preguntas al presidente

De hecho, la portavoz del BNG, Ana Pontón, reservó su pregunta para el jefe del Ejecutivo para la situación de la sanidad pública, al igual que hizo el jefe de filas de En Marea, Luís Villares, que intentará recabar la opinión del mandatario autonómico sobre el suceso ocurrido en el PAC de A Estrada.

El portavoz de los socialistas, Xoaquín Fernández Leiceaga, eligió para el primer cara a cara con el presidente de la Xunta del nuevo período una cuestión en la que lleva tiempo insistiendo el PSdeG: la carencia de plazas en residencias de la tercera edad para personas que se pueden valer por sí mismas, pero sobre todo para personas dependientes o con discapacidad.