Los hospitales privados ficharon a 64 médicos que había jubilado el Sergas

Elisa Álvarez González
Elisa Álvarez SANTIAGO / LA VOZ

GALICIA

PACO RODRÍGUEZ

Otros setenta que estaban en activo cambiaron pública por privada desde el 2012

30 ago 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Se veían con ganas y empuje para seguir trabajando, pero el Sergas decidió que era momento de jubilarse en la sanidad pública. Así que dieron el salto a la privada. La Asociación de Hospitales de Galicia (Ahosgal), que engloba a los trece centros privados más importantes de la comunidad y a todos los que tienen concierto con el Sergas, fichó entre el 2012 y el 2017 a 64 médicos que el Sergas había jubilado. Y es que no solo faltan facultativos en la pública, sino que también el sector privado tiene problemas para encontrar a profesionales. Otro dato a tener en cuenta es que durante este período otros 70 médicos abandonaron voluntariamente el Sergas para dedicarse en exclusiva a la privada, según datos de esta entidad. No se trata de profesionales que compatibilizan ambos sistemas, sino que forman parte de la plantilla de los hospitales de Ahosgal al desvincularse del Servizo Galego de Saúde.

Uno de los principales problemas con los que se encuentran los centros privados es su dificultad para que los médicos obtengan la autorización que les permite compatibilizar sanidad pública y privada. Galicia es una de las comunidades que aplica de forma más estricta la ley estatal de incompatibilidades, del año 1984, algo que critican duramente los hospitales privados y los colegios médicos. Y es que se niega este permiso a los profesionales que quieren trabajar en la pública y en un centro concertado, aunque su especialidad ni siquiera tenga convenios con Sanidade. Al final, lamentan desde Ahosgal, «un médico que se monte su consulta en casa podrá tener la compatibilidad, pero si está en un hospital grande, no». 

Déficit general

La falta de médicos afecta a toda España, no solo a Galicia, y a todos los ámbitos. Las principales carencias en el sector privado están en pediatría, cirugía maxilofacial, anestesia y urología. El hospital Polusa de Lugo, por ejemplo, tiene en estos momentos necesidad de especialistas en cirugía general, reumatología, pediatría, anestesia y neurología, y de hecho ha realizado una convocatoria para ampliar plantilla.

Desde los colegios médicos son conscientes de esta falta de profesionales y también de que ni aumentando plazas mir para formar a más especialistas ni manteniendo las prórrogas de jubilación puede que sea suficiente. Pero, apuntan, es esencial que no se vayan los médicos que están en Galicia, por lo que reclaman desde hace meses que se dé estabilidad a los mir que acaban la residencia, sobre todo a los de familia, que tienen los contratos más precarios.

 

Un ejemplo, el modelo vasco

Los colegios ponen un ejemplo muy claro, el País Vasco. La Xunta asegura que no es legal crear contratos estables para médicos que itineran por diferentes centros de salud haciendo sustituciones, pero el presidente del Consello Galego de Colexios Médicos, José Luis Jiménez, tiene claro que sí, y, en todo caso, si debe cambiarse alguna normativa, puede hacerse. El Gobierno vasco ha diseñado un modelo de contrato para los médicos de familia que cubren vacaciones, permisos y bajas cuya duración se prevea inferior a 15 días. Aunque roten por distintos ambulatorios, los profesionales tendrán un contrato de doce meses, que podrá prorrogarse hasta un máximo de tres años. En el anexo del contrato se especifica el listado de centros de salud o consultorios para los que podría ser llamado el médico, que debe asumir el mismo horario de la persona a la que sustituya en cada momento.

¿Cuál es la ventaja respecto a la situación de los médicos gallegos? Que se trata de un contrato anual -en Galicia acumulan contratos-; tienen por lo tanto retribuciones seguras y homogéneas durante todo el año; y además pueden conciliar y planificar vacaciones, ya que los sustitutos dependen totalmente de las llamadas que reciban de la gerencia correspondiente.

Jiménez insta también a que Galicia siga el modelo vasco que acaba de poner en marcha para regular la prolongación de jornada y las intersustituciones en atención primaria, un sistema similar a la autoconcertación para reducir las listas de espera de cirugía, y que garantiza la continuidad asistencial a los pacientes.

Sanidade afirma que su objetivo es ir ampliando las prórrogas hasta los 70 años

Ante la falta de médicos, una de las medidas que puso en marcha la Xunta fue retomar las prórrogas de jubilaciones. Lo inició en mayo del 2016 y año a año se ha ido ampliando. El objetivo de la Consellería es seguir autorizando estas prórrogas con el objetivo de permitirlas hasta los 70 años de edad, explican desde Sanidade. Es decir, que en mayo del 2019 se ampliaría a los 69; y en mayo del 2020 hasta los 70, volviendo así a la situación anterior al 2013.

El Sergas recuerda además que ya solicitó al Ministerio de Sanidad una vía excepcional para poder formar a más pediatras en los hospitales, y que el número de médicos de familia se elevó en el último decenio en un 7 %, pasando de 2.434 en el 2008 a 2.601 en la actualidad. De momento, este verano, por ejemplo, Sanidade ha tenido que reorganizar la asistencia pediátrica en los centros de atención primaria ante la falta de sustitutos.

Plan de estabilidad

Finalmente, la administración sanitaria defiende sus medidas dirigidas a acabar con la precariedad del personal, que se centran en dos actuaciones: el plan de estabilidad, que favoreció a más de 800 profesionales y reducirá la eventualidad al 5 % en el año 2020, y la convocatoria de ofertas públicas de empleo, que incluyeron más de 5.700 plazas desde el 2009 hasta el 2017.

Desde que se autorizaron las prórrogas a partir de los 65 años las solicitaron 300 trabajadores del Sergas, de los que más de 200 son médicos. Hay otros 700 trabajadores de la sanidad pública que podrían pedirla este año por cumplir 65 años, de los que 214 son facultativos.

En el lado contrario están todos aquellos profesionales que no pudieron acogerse a la prórroga entre el 2013 y mayo del 2016. En tres años tuvieron que jubilarse en torno a 455 facultativos a los 65 años de edad, según datos aportados por los colegios médicos.