El carballo como fetiche político

Domingos Sampedro
domingos sampedro SANTIAGO / LA VOZ

GALICIA

emilio moldes

El PP y el PSdeG coinciden en organizar sus actos de arranque de curso en sendas carballeiras. El BNG nunca abandonó San Lourenzo como lugar para confraternizar

28 ago 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Agosto llega a su fin y los principales partidos gallegos ultiman los preparativos de sus actos de arranque del nuevo curso buscando la sombra y la protección atávica del carballo. El Partido Popular, forzado por la negativa de la Diputación de Pontevedra a dejarle utilizar el castillo de Soutomaior, regresará por tercer año consecutivo a la Carballeira de San Xusto, en el municipio de Cerdedo-Cotobade, para poner a punto su maquinaria interna y exhibir musculatura. En paralelo, el PSdeG-PSOE replica el mismo día con su propia romería, organizada en A Penateixa (Oroso), un área recreativa a los pies del río Tambre repleta de robles y alisos. Ya lo dice el refrán galaico: «Debaixo do carballo nunca hai orballo». Y quizás sea esa sensación combinada de robustez, resguardo y asueto lo que ha convertido a la carballeira en un lugar fetiche para la política.

Touriño inauguró la romería del PSdeG, cancelada con la derrota del 2009 y restablecida en 2016 Las fiestas y romerías de los partidos gallegos son una especie de Guadiana, que aparecen y desaparecen en el tiempo y no siempre tienen continuidad en el mismo espacio. Solo el BNG, como la tradición del Alderdi Eguna del PNV, conmemora cada 25 de julio el Día da Patria Galega con una romería para simpatizantes en la compostelana carballeira de San Lourenzo. Esta especie de fiesta de partido se viene organizando de manera ininterrumpida desde 1987 y es el acto capital de la agenda anual del BNG.

En ese mismo lugar celebró este verano Compostela Aberta el tercer aniversario de su llegada a Raxoi, pues la marca de la que forma parte, En Marea, todavía no logró afianzar un lugar más o menos fijo para celebrar la fiesta anual de la organización.

En el PP, el partido mayoritario de Galicia, el recorrido por sus lugares fetiche dio algún que otro bandazo. Fue Xosé Cuíña, cuando estuvo al frente de la secretaría general del PPdeG, quien inauguró en 1992 la tradición de celebrar la romería del partido en el alto del monte Faro, que técnicamente es Chantada, es decir, provincia de Lugo, aunque el protagonismo que tenía el exalcalde de Lalín en este evento quizás tenga algo que ver con que Fraga se lanzara en la TVG a situar el monte en las tierras del Deza, para escarnio de los lucenses.

El pulpo y la carne ao caldeiro fueron servidos por última vez en el monte Faro en el año 2000. Eran los tiempos de la mayoría absoluta de aquel Aznar que quería ver la boina del PPdeG cautiva y desarmada. Así que en el 2001, el Monte do Gozo tomó el relevo para albergar la romería del partido, pero ya nunca fue lo mismo. El trombón de Baltar sonó por última vez en la fiesta de los populares en mayo del 2005. Al mes siguiente Fraga era apeado de la presidencia de la Xunta y el PP se dejó de tanta romería.

El fin de la romería

En el 2007, con el patrocinio de Rafael Louzán desde la Diputación de Pontevedra y los populares en la oposición en Galicia, nacieron en el castillo de Soutomaior los actos de apertura del curso político, con la presencia de Mariano Rajoy. La llegada de la socialista Carmela Silva a la presidencia de la Diputación le aguó la fiesta al PP, así que desde el 2016 su acto de inicio del curso convirtió al carballo en fetiche en el paraje de San Xusto, en Cerdedo-Cotobade, en la ribera izquierda del río Lérez.

La tradición romera del PSdeG es algo más reciente. Fue con Emilio Pérez Touriño al frente del partido cuando se inauguró en Culleredo, en el 2001. Al año siguiente se trasladó a la centenaria carballeira de Caldas de Reis y a la misma se sumaron los primos hermanos de la UGT. Zapatero, recién llegado a la Moncloa, se plantó allí en el 2005 junto a Pepe Blanco. Y en el 2005, con Touriño ya entronizado en la Xunta, se celebró la última en ese emplazamiento, pues se trasladó a Vilagarcía los años siguientes, antes de ser canceladas en el 2009, cuando el PSdeG fue desalojado de la Xunta.

En el 2016 se recupera la tradición bajo el patrocinio de Manuel Mirás, alcalde de Oroso, que ofreció convertir la fiesta local de los socialistas organizada en A Penateixa, en la riberas del río Tambre, en la romería nacional del partido. Y desde entonces es también la fiesta oficial del PSdeG. Pedro Sánchez comió allí empanada y pulpo en el 2016. El año pasado, a falta de líder, en ese paraje se dieron cita los tres aspirantes a la secretaría general, Leiceaga, Villoslada y Gonzalo Caballero, quien el próximo sábado buscará de nuevo allí la sombra de un carballo.