La afiliación de extranjeros en el sector sanitario gallego sube un 35 % en 3 años

Elisa Álvarez González
elisa Álvarez SANTIAGO / LA VOZ

GALICIA

CESAR QUIAN

Los datos de julio reflejan que hay 1.378 trabajadores de otros países, más de un centenar de ellos autónomos

24 ago 2018 . Actualizado a las 10:30 h.

En Galicia hay unos 36.000 trabajadores extranjeros afiliados a la Seguridad Social. En Cataluña, medio millón, según los últimos datos del mes de julio facilitados por el Ministerio de Trabajo. Pero pese a que la gallega sigue siendo una comunidad en donde los inmigrantes tienen un peso relativo muy bajo, hay sectores en la que es cada vez más frecuente ver a profesionales de otros países. Como el sanitario, en donde los afiliados de otras nacionalidades han crecido un 35 % en tres años, pasando de 1.021 en el 2015 -entre trabajadores del régimen general y autónomos- a 1.378 en las últimas cifras de julio.

Hace tres años, del total de trabajadores que había en Galicia de otros países, el 3,88 % estaban en este sector. Ahora mismo son el 4,38 %. Se trata de un colectivo que engloba a personal de todas las categorías profesionales y de la sanidad pública y privada. La mayoría, 1.255, pertenecen al régimen general, aunque 123 extranjeros trabajan como autónomos, por ejemplo sanitarios que tienen su propia consulta.

Más de fuera de la UE

Uno de los datos a tener en cuenta es que es mayor el número de profesionales de otros países que proceden de fuera de la UE que los de la propia Unión. Así, de los 1.255 del régimen general, 776 son de países extracomunitarios. Los países iberoamericanos, en los que se habla la misma lengua, son una procedencia habitual, aunque en las estadísticas generales, no solo del sector sanitario, el mayor número de trabajadores extranjeros proceden de Portugal, seguido de Rumanía, Brasil y Venezuela.

Dentro de todos estos profesionales se incluye a los médicos, aunque las entidades colegiales no aprecian un aumento significativo en los hospitales y centros de salud. Sí admiten que crece el número de los mir que vienen de otros países, y también los que trabajan en el sector privado. Y es que por ejemplo los médicos extracomunitarios tienen muchísimas complicaciones para que el Ministerio de Sanidad les reconozca la especialidad -no así el título- y en la sanidad pública no se puede ejercer sin esta, «por lo que hay profesionales que trabajan en residencias sociosanitarias», explican desde los colegios.

Uno de cada cuatro

La dificultad para que el Ministerio homologue la especialidad se refleja en las cifras. Y es que solo lo consigue uno de cada cuatro médicos que solicita esta acreditación. En cuanto al título de Medicina en sí, una intervención en el Congreso de los Diputados del mes de abril recogía que hay 4.618 de países extracomunitarios pendientes de resolución, y 48 de países de la UE. Si se compara con otras profesiones, la más cercana en cifras es Odontología, con unas 1.700 solicitudes.

¿Y qué dice el Sergas a este aumento de profesionales de otros países, o a cuántos acaban trabajando en sus centros? Desde Recursos Humanos se refieren únicamente al cambio que el propio PP impulsó en la ley de salud de Galicia para paliar el déficit de médicos patente en la comunidad. «Ante la falta de determinadas categorías o especialidades -señalan- Sanidade permitió una modificación de la ley de salud que permite, por razones de interés general y necesidades objetivas, que pueda eximirse del requisito de la nacionalidad para el acceso a la condición de personal estatutario de las categorías profesionales de licenciado sanitario».

Y es que cuando un médico extracomunitario realizaba su residencia en Galicia, hasta ahora no podía contratársele tras terminar el período de formación, algo que quiere evitar la consellería eximiendo precisamente del requisito de la nacionalidad en caso de falta de facultativos.

Extremadura es la comunidad en la que más foráneos trabajan en la salud

Los sectores en los que trabajan las personas que llegan de otros países varían mucho en función de las áreas económicas más desarrolladas de cada autonomía. Por ejemplo, en Extremadura y en Murcia la mayoría de los inmigrantes se dedican al sector agrario -en Murcia el 57 % de los afiliados al régimen general-; en Valencia uno de cada cuatro trabaja en hostelería; y en el País Vasco la industria manufacturera copa el mayor porcentaje de extranjeros. Pero la comunidad en donde más peso tiene el sector sanitario entre el total de extranjeros es Extremadura, en donde el 7,35 % de los afiliados se dedican a actividades sanitarias y de servicios centrales.

En el lado contrario está Murcia, con un 0,99 %, mientras que Galicia, en donde según el último dato del Ministerio de Trabajo el 4,38 % de los afiliados están contratados en el sector de la sanidad pública o privada, la cifra está muy por encima de la media, ya que solo la mencionada Extremadura, Asturias, Castilla y León y el País Vasco tienen porcentajes más altos.

En la comunidad gallega el mayor porcentaje de afiliados extranjeros se dedican a la hostelería -un 22 %-; más de un 11 % a los servicios del hogar; un 10,80 % trabaja en el comercio y reparación de vehículos; y más de un 10 % en la industria manufacturera.

«Lo que sí notamos es el mayor número de médicos residentes», dicen los colegios médicos

El presidente del Consello Galego de Colegios Médicos, José Luis Jiménez, sí ve un aumento de profesionales de otros países, pero centrado en un colectivo en concreto, el de los médicos internos residentes, los mir, «Sí notamos un mayor número de residentes; después algunos vuelven a sus países al terminar la residencia, pero muchos de ellos se quedan», explica. También puede haber un incremento en especialidades como medicina de familia, «a cuentagotas» porque, como aclara Jiménez, «aunque precario, trabajo en primaria sí hay».

¿Y por qué llegan a Galicia jóvenes y no tan jóvenes de otros países para hacer el mir? El portavoz de los colegios médicos cree que uno de los motivos es la calidad de este período de formación «primero por el prestigio del mir, se forman, al mismo tiempo están trabajando y después tienen posibilidades de quedarse».

Medidas más efectivas

Y sí, es cierto que el Ministerio de Sanidad reserva un cupo de un 4 % de plazas para los graduados extracomunitarios -los de la UE entran por vía ordinaria-, pero ni esta es una medida para paliar el déficit de médicos, ya que no es reciente, ni desde luego solventará el problema.

Las dos soluciones que los colegios médicos defienden no solo para evitar esta falta de especialistas sino para racionalizar la situación de los profesionales son muy simples: por un lado, ajustar las plazas de las facultades y del número de egresados a la oferta mir. Porque de nada vale que se gradúen 150 médicos si no hay plazas de formación para todos. «No puede ser que tengamos una bolsa de egresados que no pueden ejercer en la pública», explica Jiménez.

Esto crea además una «carrera de opositores perpetuos», graduados en Medicina que se presentan al examen y que si no logran plaza o la especialidad que quieren, lo vuelven a intentar o se cambian de especialidad, «cuando lo que hay que hacer es ajustar las plazas mir a los egresados y a las necesidades», puntualiza el presidente del Consello Galego.

La otra medida es cambiar la política de recursos humanos para dar estabilidad a los médicos, y ahí colegios y Sanidade mantienen un enfrentamiento sobre la posibilidad de crear contratos estables a los médicos que terminan la residencia. Porque la Xunta dice que no es legal, por lo que habría que cambiar la normativa, mientras que los colegios insisten en que es viable y de hecho lo están haciendo otras comunidades, como el País Vasco, por ejemplo. Lo que quieren los facultativos es que, ante la necesidad de médicos y para evitar que se vayan los profesionales que terminan la residencia, se les ofrezca un contrato estable -por ejemplo de un año- pero el Sergas no encuentra la fórmula para dar un contrato estable a un facultativo que trabaja en varios centros. «Si hay que modificar la norma se hace como lo han hecho otras comunidades, porque sí se puede hacer», concluye Jiménez.

El 2010 fue el año de mayor llegada de facultativos y el 2013 el de más éxodo en Galicia

E. Á.

Los movimientos migratorios son habituales, aunque en Galicia las cifras son siempre pequeñas. También en la sanidad. Además, en este caso es difícil contabilizar todas las categorías profesionales al no haber estadísticas. Las que llevan un mayor control de los sanitarios que se van y vienen son enfermeros y médicos, a través de sus respectivos colegios profesionales.

Según los datos de estas entidades, el 2010 fue el año en el que hubo una mayor llegada de médicos extranjeros, 83, de los que más de la mitad, 48, llegaron a la provincia de A Coruña. En el caso contrario, facultativos de aquí que decidieron emigrar, el éxodo fue especialmente alto en el 2013, con cuarenta médicos colegiados que decidieron hacer las maletas.

Enfermeros

Más llamativo fue el caso de los enfermeros, en donde en plena crisis la marcha de sanitarios a otros países fue elevada. En el 2014 se fueron más de un centenar, la mayoría a Reino Unido. Y es que el personal de enfermería que estaba en las listas de contratación del Sergas y que trabajaba con regularidad se encontró a raíz de la crisis con que muchas de las sustituciones dejaron de cubrirse y pasaban meses enteros sin trabajar. En este caso, además, la elevada formación de los enfermeros -al ser una carrera universitaria, actualmente de cuatro años- hizo que países como Alemania y Reino Unido les abriesen con ganas las puertas. En el 2016, no obstante, la cifra ya había caído a la mitad, mientras que el brexit provocó que la marcha al Reino Unido aún se redujese en mayor medida.