La Xunta culmina el despliegue de las 88 cámaras para prevenir incendios

Pablo González
pablo gonzález REDACCIÓN / LA VOZ

GALICIA

Paco Rodríguez

Permitirán controlar el 54 % del territorio, priorizando zonas de alto riesgo

22 ago 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

La Consellería do Medio Rural acaba de terminar el despliegue de las 88 cámaras que vigilarán el monte para prevenir incendios. Los dispositivos se reparten por 44 centros de control repartidos por toda la geografía gallega y que permiten monitorizar el 54 % del territorio, algo más de 1,5 millones de hectáreas. Su presencia, no obstante, no es indiscriminada. Están situadas en aquellas zonas con una triste tradición en fuegos intencionados, las denominadas parroquias de alta actividad incendiaria, unas 77, según el Plan de Prevención e Defensa contra os Incendios Forestais de Galicia (Pladiga) que está actualmente en vigor. Su situación suele ser estratégica, en lugares con un amplio campo visual. Y todos los distritos forestales -diecinueve en total- tendrán al menos un puesto de vigilancia con cámaras.

La finalidad de estos dispositivos es por supuesto la vigilancia, aportando más puntos de control que los que se tenían con las torres repartidas por los montes gallegos. De hecho, se pretende así elevar la media de detección de incendios en estadios iniciales, antes de que se extiendan peligrosamente. Pero quizás su función de prevención, basada en el efecto disuasorio que van a tener, sea igual de importante que el objetivo anterior.

Además, servirán para coordinar los medios humanos y materiales de extinción si hay que desplegarlos en un incendio. En caso de que se detecte un fuego, el sistema, que se controla de forma remota desde el Centro de Coordinación de Defensa contra os Incendios, aportaría información visual en directo sobre el avance y las condiciones del incendio. Este modelo de vigilancia se convierte, por tanto, en un mecanismo de apoyo a la toma de decisiones, especialmente a la hora de movilizar recursos materiales y humanos. Además, los agentes y técnicos forestales pueden tener acceso en tiempo real a las imágenes a través de sus dispositivos móviles.

Una vez extinguido, las imágenes grabadas serán un instrumento de primer orden para la investigación de la autoría, si es que se trata de un fuego intencionado. Hay que tener en cuenta que las investigaciones judiciales en este ámbito están muy limitadas, pues suelen destruirse las pruebas.

Treinta medidas

Esta red de vigilancia fue una de las treinta medidas anunciadas en el Parlamento por el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijoo, una propuesta de acuerdo forestal que se presentó a raíz de la oleada de incendios que asoló el sur de Galicia en octubre del año pasado.

Esta red se desarrolló mediante la colaboración de Medio Rural con la Axencia para a Modernización Tecnolóxica de Galicia (Amtega) y Retegal, encargados de la puesta en marcha y el mantenimiento de estos nuevos puntos de vigilancia hasta el 2022. La inversión total supera los dos millones de euros.

En una segunda fase se afrontará la extensión de la cobertura de esta red de vigilancia. También se valorará la posibilidad de mejorar el sistema mediante innovaciones tecnológicas que mejoren la eficacia en la detección temprana de incendios.

Una experiencia que puede tener efecto disuasorio entre los incendiarios

El efecto preventivo de las cámaras de vigilancia forestal se basa principalmente en su carácter disuasorio. De ahí que la ubicación de estos centros de control, con dos cámaras cada uno, se mantengan en secreto, con el objeto de que los incendiarios desconozcan su ubicación concreta. De este modo su acción disuasoria no solo se limita a la zona cubierta por las cámaras.

Otras medidas disuasorias utilizadas en los montes gallegos se basan en las patrullas de las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado y, también, de grupos de militares, gracias a un convenio suscrito con el Ministerio de Defensa.

Quince kilómetros de alcance

Se trata de cámaras con seguimiento automático que tienen un alcance de 15 kilómetros y son sensibles al movimiento y a los cambios de temperatura -o a una combinación de ambos factores-, lo que activa la cámara y los dispositivos de enfoque. Su potente zum puede mostrar la matrícula de un coche que esté a varios kilómetros. Están activas y preparadas para grabar las 24 horas del día.

Ayer, un día de riesgo extremo de incendio por las altas temperaturas, se extinguió uno en el entorno del castillo de Monterrei, en Ourense, tras quemar dos hectáreas.

Por otra parte, el lanzamiento de distintos elementos pirotécnicos provocó un pequeño fuego en la parroquia de Iria Flavia, en Padrón.