En armonía con la dieta atlántica

Elisa Álvarez González
e. Álvarez SANTIAGO / LA VOZ

SABE BIEN

SANDRA ALONSO

Los gallegos son los que consumen más pescado y menos dulces de España; fieles al menú atlántico y mediterráneo, los jóvenes se alejan no obstante de estos hábitos

28 ago 2018 . Actualizado a las 18:09 h.

Las bondades de la dieta mediterránea son conocidas por casi todos. Y desde hace unos años también los beneficios de la dieta atlántica, con abundancia de pescados, frutas, verduras y lácteos. Pero las nuevas generaciones se alejan cada vez más de ellas. Grasas saturadas, azúcares simples y añadidos han entrado de lleno en la comunidad con la globalización, y los jóvenes están siendo sus principales víctimas.

La alimentación de los gallegos está muy lejos de la que se sigue en países como Estados Unidos, pero aunque hoy en día las dietas son más variadas que hace décadas, la bollería, los dulces y la comida rápida están invadiendo las cocinas gallegas. Teresa Pérez Castro, profesora de la Universidade de A Coruña, realizó una tesis sobre la adherencia de la población gallega a la dieta mediterránea y atlántica. En sus conclusiones asegura que los gallegos siguen la primera de estas dietas de forma tan intensa como los habitantes de comunidades típicamente mediterráneas. Hombres y mayores de 60 años son los que cumplen más con este patrón, y las mujeres, y sobre todo los jóvenes, son los que más se alejan, con las implicaciones que ello conlleva a efectos de salud pública.

Los gallegos toman menos fibra de la recomendada -sobre todo los jóvenes- y las personas que viven en zonas rurales del interior son las que logran mejores resultados. Hay un consumo adecuado de cereales, verduras, hortalizas, frutas, aceite de oliva y vino, pero un exceso de patatas, carne roja y lácteos, señala esta tesis doctoral. El pescado también es asiduo en las mesas gallegas, ya que además es uno de los productos comunes entre las dos dietas, la atlántica y la mediterránea. Y si bien el patrón de esta última es similar al de las comunidades del Mediterráneo, en el caso de la atlántica la población gallega la secunda en mayor medida que la media estatal. Y de nuevo los jóvenes se alejan de estos patrones saludables.

¿Pero en qué se traduce el seguir o no estas dietas? La Encuesta Nacional de Salud que elabora el Ministerio de Sanidad ofrece datos concretos sobre qué comen los gallegos y con qué frecuencia. Y el rey es el pan y los cereales. Lo es en toda España, pero quizás un poco más en Galicia. Nueve de cada diez gallegos consumen a diario estos productos, en mayor medida los hombres que las mujeres.

En cuanto a la fruta, en este caso hay mucha diferencia entre el consumo de ellos y ellas. Seis de cada diez gallegas aseguran tomar fruta todos los días. Este porcentaje baja diez puntos entre los hombres. Castilla-La Mancha es la comunidad que tiene hábitos más saludables en este aspecto. Con la carne ocurre al contrario que con la fruta, gusta más a hombres que a mujeres. Ocho de cada diez la consumen al menos tres veces a la semana, frente a las mujeres, que no llegan al 72 %. No obstante la gallega no es la autonomía con mayor consumo. Y es que en La Rioja casi uno de cada cuatro encuestados toma a diario algo de carne.

Al igual que en el caso de la fruta, las gallegas consumen más pescado que ellos. El 57 % admiten tomarlo al menos tres veces por semana, frente a menos del 51 % de los hombres. Galicia es, con mucho, la comunidad con mayores índices de consumo de pescado. Y es que en la media estatal apenas el 36 % afirman consumir pescado tres o más veces a la semana.

Más patatas y menos hortalizas

Hay otro tipo de alimentos en los que los gallegos casi se coronan como los mayores consumidores, pero Baleares presenta aún un índice mayor. Se trata de la pasta, el arroz y las patatas. Es un alimento casi diario para nueve de cada diez gallegos. Mucho pescado y patatas pero pocas verduras y hortalizas, al menos comparado con la media estatal. En este caso Galicia está casi a la cola, y un 17 % casi ni las prueba. La cifra se acerca al 20 % en el caso de los hombres.

Otro de los apuntes más positivos de los gallegos es su poca afición a los dulces. Solo el 26 % consume a menudo estos productos, frente a más del 51 % de la media estatal. Los más golosos son los riojanos, seis de cada diez comen dulces a diario. Finalmente también es importante que no hayan penetrado en Galicia la comida rápida y los refrescos con azúcar como en otras autonomías, algo que puede deberse al envejecimiento de la población. En Aragón, según la Encuesta Nacional de Salud, casi el 9 % toma a diario fast food y en Valencia, sin embargo, el 54 % nunca la ha probado. En cuanto a los refrescos azucarados, andaluces y murcianos presentan las cifras más negativas.

Una mala alimentación eleva la tensión arterial y afecta al bienestar psicológico

Poca actividad física y mala alimentación son la tormenta perfecta del sobrepeso y de las enfermedades asociadas al mismo, que van desde la hipertensión arterial hasta la diabetes tipo II, el colesterol e incluso enfermedades como la depresión. Pero el abanico de patologías relacionadas con la mala nutrición, la ingesta de grasas saturadas y azúcares, y por lo tanto con el sobrepeso, no se quedan ahí. Once tipos de cáncer -entre ellos mama, colorrectal o páncreas- e incluso el alzhéimer se relacionan con la obesidad.

De ahí que la dieta de los gallegos sea un elemento de estudio a la hora de determinar patrones de enfermedades. Y la preocupación por los hábitos de los más jóvenes, que se alejan de las tradicionales y ricas dietas atlántica y mediterránea. A los patrones alimenticios hay que sumar otros dos consumos determinantes en la salud como son el tabaco y el alcohol. En el primero de ellos Galicia puede presumir de tener la tasa de fumadores diarios más baja de España, en un momento en el que a nivel estatal también se ha registrado la caída más pronunciada en los últimos treinta años. En cuanto al alcohol, el 17 % de los gallegos aseguran beber diariamente, tres puntos por encima de la media.