«No sabemos por qué no aprueban la ley, estamos vendidos en la carretera»

Antía S. / M. S. REDACCIÓN / LA VOZ

GALICIA

PACO RODRÍGUEZ

Roberto Rilo es miembro de la asociación de ciclistas Crunia. Todavía arrastra las secuelas de un atropello en 2012. Cree que no se trata de castigos ejemplares sino de sanciones acordes al mal causado

17 ago 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

«Vendido». Así es como se siente Roberto Rilo Díaz (Buenos Aires, 1962) cuando circula con su bicicleta por la carretera. El miembro de Crunia fue arrollado por un vehículo en el año 2012, un accidente del que todavía tiene secuelas. Las prisas de los conductores y no seguir las normas son, para él, dos factores muy importantes.

-¿Cómo ocurrió el accidente?

-Fue en la carretera nacional, a la altura de Cortiñán. Era mayo y había mucha visibilidad, una carretera casi desierta. Iba circulando en bicicleta, y en un stop había parado un coche. Era un stop de esos que están mirando hacia el sentido de la carretera, porque el conductor iba a girar hacia la izquierda para salir de la vía. Me estaba viendo bajar a mí de frente, aunque supongo que él luego habrá negado que no me vio. Cuando me estaba aproximando a él, arrancó muy rápido el coche, y yo pensaba que le daría tiempo a cruzar. Me arrolló. Solo tenía que esperar unos segundos más, dejarme pasar. Lo siguiente que recuerdo es haber despertado en el asfalto. Me quedé sin conocimiento y desperté con los sonidos de la ambulancia.

-¿Le dejó algún tipo de secuelas?

-Tenía rotos ambos hombros, la escápula derecha, tres costillas, un diente... La lengua estaba cortada, muy hinchada. Estuve dos días en la UCI, con unos dolores atroces, y después unos cuantos días más enyesado en una habitación. También estuve una temporada con los dos brazos en cabestrillo. Afortunadamente en las piernas no tenía lesiones, pero de cintura para arriba muy mal, con fuertes dolores. Ahora me encuentro perfectamente, tengo un poco limitada la movilidad de un hombro, porque tengo tres tornillos, pero sigo andando en bicicleta.

-¿Qué medidas cree que se podrían tomar para prevenir accidentes?

-La mayoría de la gente habla de más educación vial, pero no hay muchos conductores que estén dispuestos a recibir esa educación. Muchos conocen la norma, pero prefieren no aplicarla. No se trata de hacer castigos ejemplares, sino sanciones acordes al mal causado. Por otro lado, estamos a la espera de que se apruebe la ley de seguridad vial en el Congreso. No sabemos por qué tardan tanto en aprobarla, porque ya prácticamente está confeccionada y es una ley que, comparada con la actual, es más favorable en derechos y protección al ciclista. Ahora estamos vendidos en la carretera. Se habla mucho de que se van a adoptar una serie de medidas, pero apenas tienen relevancia.