Una de las víctimas de O Marisquiño: «No podía respirar. Pensé en el Madrid Arena»

a. martínez VIGO / LA VOZ

GALICIA

XOÁN CARLOS GIL / IAGO GARCÍA

Muchos jóvenes que disfrutaban del concierto se temieron lo peor tras el derrumbe

16 ago 2018 . Actualizado a las 14:09 h.

Los jóvenes que disfrutaban del concierto durante las últimas horas del festival de O  Marisquiño pasaron momentos de gran angustia y muchos incluso temieron lo peor durante los primeros segundos de incertidumbre. 

MARÍA CORES

«La gente me pisoteaba la cara». Esta vecina de Cangas pensó morir cuando se vio inmovilizada en el fondo del paseo derrumbado. Las tablas se quebraron justo donde ella se encontraba con su grupo de amigos. «Yo estaba en la brecha donde abrió y caí abajo de todo», recuerda. «Primero me cayó encima del pie izquierdo la tabla que rompió y el derecho me quedó enganchado entre una madera y un bloque de hormigón». Después empezó a sentir que la gente caía encima de ella. Pero durante los primeros minutos no era consciente de que no se podía mover.

 La gente se quedó paralizada durante unos segundos. «Nadie se movía ni decía nada, nos quedamos en estado de shock». La presión sobre ella empezó a aumentar a medida que los atrapados intentaban salir fuera y presionaban hacia abajo. «Yo no podía respirar. Pensé en los jóvenes que fallecieron en el Madrid Arena, me quedo aquí, en el sitio, me muero, no sobrevivo». La presión sobre ella aumentaba. «La gente que tenía encima cada vez hacía más fuerza hacia abajo para intentar salir. No tenía manera de mover ninguna parte del cuerpo. La gente me pisoteaba la cara y se me subía a los hombros». Una vez que pudo levantar un brazo y se quiso incorporar fue cuando se dio cuenta de que tenía los pies atrapados. Entonces entró en pánico y comenzó a gritar. Sus amigas estaban cerca. Una de ellas inconsciente, y otra llorando, presa de un ataque de nervios y con dificultades para respirar. A medida que la muchedumbre salía, presionaban más sobre la tabla que tenía encima «y me rascaba y apretaba más». Al final pudo liberar un tobillo, pero no podía caminar. Un amigo metió las manos para agarrarla pero no llegó hasta ella. «No se cómo conseguí avanzar, me agarró de la mano, pero me quedé enganchada con la riñonera. Mi amigo se sentó, hizo fuerza con los pies, empujó el muro y me sacó hacia arriba». Después la trasladaron donde se encontraban los heridos leves. «Pensé que tenía el pie izquierdo roto, pero al final menos mal que solo resultó ser un esguince», agradecía ayer en su domicilio de Cangas. 

Kevin Martínez

«Me cayó un contenedor encima». Kevin Martínez se fue al agua cuando se desplomó el paseo. Atrapado entre los escombros, se le vino encima un contenedor de basura. Recibió un fuerte golpe en la espalda. Un miembro de la organización le extendió la mano y pudo salir. Llamó a un amigo que lo llevó al hospital para no ocupar una ambulancia. No le diagnosticaron ninguna fractura, pero piensa volver al médico porque continúa teniendo un dolor insoportable en la espalda. 

M.MORALEJO

Rodrigo Arbones Vázquez

«Una experiencia para contar, pero triste». Así resume Rodrigo, un adolescente vigués de 15 años, su experiencia en el concierto que cerró el festival de O Marisquiño. «El cantante iba por la segunda canción. A la mitad, notamos que todo se iba abajo. Había gente que estaba más pegada a la valla del muelle y cayeron de golpe. Mis amigos y yo, por suerte, caímos en la rampa. Estaba muy resbaladiza porque había llovido y subimos como pudimos. Nos pusimos a salvo en la zona de piedra. Yo estaba muy preocupado por mi primo, que estaba a mi cargo porque él no tenía móvil y no lo encontraba. Pero estaba con un amigo que consiguió salir agarrándose a un chico y él también lo hizo».