La velutina muta sus hábitos para adaptarse mejor al clima gallego

Domingos Sampedro
Domingos Sampedro SANTIAGO / LA VOZ

GALICIA

Domingos Sampedro

Construyó nidos muchos más pequeños al abrigo de las casas y huertas para sobrevivir a una primavera más fría, incrementándose el peligro para la población

28 ago 2018 . Actualizado a las 14:00 h.

La avispa velutina empezó a hacer visible en Galicia por construir sus característicos nidos, inicialmente del tamaño de una pelota de tenis, pero que si se dan las condiciones ambientales idóneas pueden llegar a alcanzar el metro de altura y albergar en su seno hasta 18.000 individuos, lo que también las hacía muy visibles para poder combatirlas. No obstante, son capaces de mutar sus hábitos de forma muy rápida para adaptarse mejor al clima gallego. Lo dice Jesús Asorey, presidente de la Asociación Galega de Apicultura (AGA): «Este ano, ao haber unha primavera tan fría, fixeron moitos niños pequenos arredor das casas e hortas, tomaron a estratexia de abrigarse», expuso, representado un problema mayor para la población, como ocurrió este verano, en el que fallecieron tres personas en Galicia por picaduras.

Asorey visitó este lunes el Parlamento de Galicia, invitado por el diputado Xosé Luis Rivas Mini (BNG) para exponer las demandas de la organización que representa acerca del control de la población de velutina. «Levamos tempo diciendo que non é un problema de apicultores», sostiene el presidente de la AGA, sino que también afecta a los fruticultores y agricultores, así como a la población en general, especialmente a los alérgicos, por su capacidad de adaptarse muy rápidamente a un cambio de las condiciones ambientales.

Los productores de miel empezaron a hacerle frente a la llamada avispa asiática mediante sistemas de trampeo con los que lograron eliminar unas 100.000 reinas esta primavera. Pero no es suficiente, añade Asorey. Demanda a la Xunta, y obtuvo el respaldo del grupo del BNG en este sentido, que cree un organismo único para combatir velutina, dotado con su correspondiente presupuesto y que disponga de un grupo de investigadores que analicen, en diálogo permanente con los apicultores, los mejores métodos para hacerle frente a esta invasión. «Sabemos que agora é moi difícil de erradicar, pero estamos dispostos a colaborar para fixar prioridades», concluyó Asorey, mientras Mini reclamó que en este asunto la Xunta «tome as rendas pola man» y no se dedique a echar balones fueras con este problema.