El vecino de Vigo acribillado por velutinas: «Si llego a ser alérgico no lo contaba»

a. martínez VIGO / LA VOZ

GALICIA

José Ángel Costas, de 55 años, se vio perseguido por las avispas tras pasar involutariamente por encima de un nido oculto entre silvas con su tractor

28 ago 2018 . Actualizado a las 14:03 h.

José Ángel Costas, el vecino de Vigo que sufrió un ataque de avispas asiáticas la tarde del lunes, agradecía ayer no ser alérgico al veneno porque si no «no viviría para contarlo». Este hombre de 55 años ingresó en urgencias del hospital Álvaro Cunqueiro y ayer por la tarde ya tenía previsto marcharse para su casa, en la parroquia de Cabral. Todavía continuaba bastante dolorido por las picaduras, pero agradecía estar fuera de peligro.

Todo sucedió cuando fue a limpiar la finca de un amigo cerca de su casa, en el barrio de Figueiras, sobre las siete de la tarde. Al parecer, cree que el nido debería de estar oculto entre las silvas. Él no lo vio y pasó por encima con su tractor. De repente se vio envuelto en una nube de insectos. «Las avispas salieron del suelo. Me asusté. Ni siquiera tuve tiempo para apagar el tractor. Salí corriendo, pero las avispas vinieron detrás de mí», recordaba ayer.

Intentó zafarse haciendo aspavientos con los brazos, pero recibió no menos de 30 picaduras y la consecuencia más inmediata fue que sintió una inflamación en la tráquea que le dejó casi sin respiración. «Eran de las bravas», recuerda. Le picaron en la cabeza, en los brazos y en la espalda. «Menos mal que estaba cerca un amigo, que tiene una ferretería, y me propuso llamar a una ambulancia», afirma. Al lugar acudió la Policía Local, así como una ambulancia del 061. El tractor permaneció encendido y fueron los bomberos los que, poco tiempo después, se encargaron de retirarlo.

En observación

José Ángel permaneció en una cama de observación durante su ingreso en urgencias. Afortunadamente no tuvo ningún tipo de reacción negativa, aunque los médicos eran reacios a mandarlo para casa a las pocas horas. «El médico me dijo que no me daba el alta porque no se hacía responsable de que me muriera», dice.

El suceso causó mucha preocupación en el barrio de Figueiras. José Ángel es una persona muy conocida en la zona, que suele dedicarse a las tareas del campo con su vehículo agrícola. Los vecinos del lugar tienen constancia de la existencia de nidos de vespa velutina en la zona. Recientemente eliminaron uno junto al colegio Carballal, según comenta un vecino.

Los bomberos no lograron localizar el nido de donde salieron las avispas que picaron a José Ángel. A la víctima le pareció extraño que anidaran a ras de suelo, porque normalmente lo hacen en lugares altos.

Este verano ha habido que lamentar la muerte de dos personas atacadas por avispas asiáticas. La primera fue en Viveiro, cuando un enjambre acabó con la vida de un hombre de 43 años. Días después, murió un octogenario en O Porriño mientras trabajaba en una finca de su propiedad. En este municipio también falleció otra persona el año pasado, cuando se encontraba realizando unos desbroces.