Se trata de Fabrizio Joao Silva, condenado a 22 años por violar y matar de 25 puñaladas a su novia, y ya en prisión, a otros 18 por acabar con la vida de un preso en un baño
04 ago 2018 . Actualizado a las 18:03 h.Natural de Guinea Bissau, Fabrizio Joao Silva, que ahora mismo tiene 34 años, fue trasladado en 2017 a Curtis, donde cumple condena por varios delitos. En el 2004, en Bilbao, violó y mató a su novia. Le cayeron 22 años. Una década después, en la cárcel de Córdoba, acabó con la vida de un compañero de celda, en el cuarto de baño, a base de patadas y puñetazos. Fue declarado culpable por un jurado popular y condenado a otros 18 años de prisión.
En El Puerto de Santa María recuerdan bien su paso por la penitenciaría de Puerto III. Estaba en el Quince, el módulo para presos peligrosos. Durante un registro rutinario de su celda, Fabrizio Joao Silva intentó matar a cinco funcionarios. Portaba una fina placa de hierro, extraída de la suela del zapato. Le rajó el cuello a uno de ellos. Entre los otros cuatro no eran capaces de contenerlo. A otro le clavó unos brackets y le partió varios dientes. A un segundo le hizo un corte en el antebrazo, a un tercero le reventó la nariz y el quinto, según el parte médico, presentó daños en los ligamentos de sus rodillas. Todos salvaron su vida gracias a la vigilante de seguridad del módulo, que accionó el cierre de dos barreras y enjauló a Fabrizio.
Fue después de este gravísimo incidente cuando trasladaron al guineano a Galicia. En la cárcel de Teixeiro permanece interno desde el año pasado. Ocupa un ala en solitario del módulo 15, un departamento de régimen cerrado que cuenta con las máximas medidas de seguridad, sin contacto físico con presos o funcionarios. Le quedan por cumplir aún 19 años de condena.
Otros presos peligrosos que cumplen condena en España
Antonio Cortés Escobedo
Un clásico de los motines violentos, como el Fontcalent, ocurrido en el año 2006 y en el que tuvieron retenidos a nueve funcionarios durante 48 horas. Justificó su motín por el trato «inhumano» que, según él, recibían los presos por parte de los funcionarios. Negó haber matado a un interno argelino durante la revuelta. Acusado de dos homicidios y un asesinato, primero fue condenado a 138 años de reclusión, una pena que el Tribunal Supremo acabó rebajando a 75.
Claudio Lavazza
Delincuente profesional italiano, autoproclamado anarquista (del grupo Proletarios Armados para el Comunismo) y perteneciente a la «Banda de la nariz». Fue condenado por el asesinato de dos policías municipales durante el atraco a unas oficinas del Banco de Santander de Córdoba. Acusado de 8 atracos más en distintas ciudades españolas, también fue condenado a cumplir en Italia una pena de 27 años y 5 meses. ¿Los motivos? Entre otros, pertenencia a banda armada, asociación subversiva, coparticipación en homicidios y tenencia ilícita de armas. Fue condenado a 198 años, dos meses y 14 días.
Giovanni Barcia
Compañero de Lavazza y cerebro, junto a él, de todas sus operaciones dentro de la «Banda de la nariz». Fue condenado a 62 años, 47 por un atraco y 15 por delitos menores relacionados con éste, además de otros 11 por su irrupción en el consulado italiano de Málaga.
Juan José Garfia Rodríguez
Juzgado por el asesinato de dos policías y un civil, un industrial vallisoletano, Garfia fue además motinero en Fontcalent. Autor de diversos robos y atracos, es también especialista en fugas. Fue condenado a 149 años. En 1998 se casó con una funcionaria de prisiones en Picassent. Licenciado en Historia, ha escrito varios libros sobre sus vivencias. La película «Horas de luz», dirigida por Manolo Matjí, está basada en su biografía. Alberto San Juan interpretaba el papel de Garfia, y Emma Suárez el de la funcionaria que se convirtió en su esposa.
Juan Diego Redondo Puerta
«Dieguito el Malo», como se le conoce en el mundo carcelario, es un delincuente multireincidente que ha protagonizado atracos con rehenes y todo tipo de robos con violencia. Lideró la famosa huida de la cárcel Modelo de Barcelona, relatada en su libro «La fuga de los 45». Cumple una condena de 176 años.
Santiago Izquierdo Trancho
Acumula asesinatos, secuestros de funcionarios, intentos de evasión, desacato, amenazas y robos. En septiembre de 1987 asesinó a otro interno después de obligar a un funcionario a que le abriera la celda de su víctima. Suma condenas por un total de 138 años.
