Viaje a las entrañas de la tierra

Sara gil / s. s. MONDOÑEDO / LA VOZ

GALICIA

PEPA LOSADA

O Rei Cintolo, un nombre de leyenda, bautiza a la gruta más grande de Galicia, una maravilla geológica que puede visitarse con guía acercándose a Mondoñedo

02 ago 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

«¡No hay que explicar los hechos, sino aprovecharlos!», decía Axel en Viaje al centro de la tierra. Julio Verne brindaba a los exploradores que creaba las aventuras más variadas. Quién sabe qué les depararía si uno de ellos hubiese visitado la cueva más grande de Galicia, la de O Rei Cintolo, en Mondoñedo. Una maravilla geológica de más de seis kilómetros bajo la superficie terrestre. Es la cavidad más grande de las quince que se encuentran en el macizo calizo de Mondoñedo. La descubrió en 1873 el científico José Villaamil y Castro. En esta gruta fue hallado también un puñal de finales del medievo e incluso restos humanos que se situaron hacia finales del Paleolítico Superior.

Como protagonistas de un relato de Verne pueden sentirse quienes decidan adentrarse en O Rei Cintolo, dispuestos a vivir una experiencia única. Las visitas son guiadas y, por eso, el primer paso es hacer la reserva en la Oficina de Turismo de Mondoñedo o llamar al teléfono 982 507 177. El recorrido, unos trescientos metros, pueden hacerlo todos los mayores de 12 años, previo pago de 15 euros. Una vez concretada la hora, el viaje arranca desde esa oficina.

El arqueólogo Abel Vigo, el guía de las entrañas de la tierra, conduce a los viajeros, que han de desplazarse en sus propios vehículos. Los lleva hasta Supena, en la parroquia de Argomoso, a diez minutos del centro de Mondoñedo. Y es en ese instante cuando los ojos se inundan de la magia de Galicia. Una angosta carretera discurre entre frondosos bosques y tierras labradas por los vecinos. La comitiva se abre camino entre una eclosión de naturaleza. A veces incluso hay que frenar porque las cabras cruzan la carretera para trasladarse de pasto. Sentirse parte de ese entorno anima a abrir los pulmones al aire fresco del rural.

Viviendo un cuento

La antesala de O Rei Cintolo es la pequeña cabaña donde el guía reparte tres elementos indispensables para aproximarse a la espeleología: un mono de celulosa, guantes y un casco con luz. Además del atuendo, conviene repasar los nudos del calzado, que ha de tener una buena suela de goma. Necesaria, por seguridad, para evitar los resbalones en unas cuevas con un 90 % de humedad.

Ahora sí, preparados para penetrar en esa cueva en la que la leyenda sitúa el Reino de Bría, que era gobernado por el Rei Cintolo. El nombre de un mito bautiza una realidad, la cavidad cárstica más grande de Galicia.

Una plataforma de madera que impresiona, en las inmediaciones de la cabaña, es el puente hacia el paisaje subterráneo. El valle formado por el río Valiñadares, y los montes de los alrededores, se exhiben con un verde llamativo ante la entrada de la gruta. La fotografía es impresionante. Después de unos cuantos metros por la pasarela de madera, Abel Vigo abre el portalón de hierro que da acceso a las entrañas de la tierra. Y cobra aún más sentido esa sensación de estar viviendo un cuento.

Dura una hora y quince minutos un recorrido en el que cada metro es un nuevo reto. Mientras la voz del guía resuena entre las galerías, los ojos intentan procesar todo lo que están viendo: galerías con estalactitas, estalagmitas, un pequeño lago...

Un cóctel de sensaciones

De pronto, hay que agarrarse a una cuerda para poder seguir el recorrido. O gatear, literalmente, unos metros para acceder al siguiente punto. Casi sin darse cuenta, los ojos se acostumbran a la oscuridad de la gruta. Y el sudor corre por la espalda, sin salir del asombro de la indescriptible estancia en una maravilla natural

incomparable. Al regresar al mundo real, a la superficie, un cóctel de sensaciones y muchas ganas de contar lo vivido, y de recomendar sinceramente una inmersión en la cueva O Rei Cintolo.