Angrois, cinco años

Isidoro Castaño TRIBUNA

GALICIA

PACO RODRÍGUEZ

30 jul 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Se podían haber conformado con los dineros de las indemnizaciones y haberse ido a casa a olvidar. Pero no lo hicieron. Desde que oyeron la conversación completa del maquinista con el Puesto de Mando en Madrid-Atocha supieron que habían sido víctimas de un engaño de terribles consecuencias: 81 muertos, 147 heridos. El mismo engaño en que cayeron todos los medios de comunicación al día siguiente de la tragedia, que solo titularon que el maquinista tomó la curva a 190 cuando debía ir a 80. El Poder manipuló ese audio, lo filtró censurado, silenció gran parte de su contenido, tan elocuente que al día de hoy continúa ocultándolo, pero está en Youtube, para quien quiera oírlo entero. Los 90 km de ERMTS eran una gran mentira: un chale con piscina era la única “señalización” para empezar a frenar. Ante esta mentira, las víctimas del Alvia reaccionaron asociándose y empeñándose, contra viento y marea, en buscar la verdad. Pilotados por un Presidente Coraje levantaron las alfombras de Fomento, Renfe, Adif, Ciaf, desempolvaron falsedades de unos y otros, se manifestaron clamando justicia, se hicieron ver y oír en radios y televisiones de toda España, demandaron el apoyo de centenares de ayuntamientos para crear una Comisión de Investigación que el Poder obstinadamente les negaba. Tuvieron que pedirla a Bruselas, a la Comisión Europea, que emitió un informe tirando de las orejas al Poder español, quien no tuvo más remedio que acatar. Al poco de comenzar dicha Comisión en el Congreso, el Consejo General del Poder Judicial ya se inmiscuía en ella alegando que interfiere en el proceso judicial en curso, que en cinco años apenas ha abierto la boca. Sin embargo, en la intervención del Presidente Coraje en el Congreso discierne clarividentemente entre la responsabilidad política, objeto de la Comisión de Investigación, y la responsabilidad penal, objeto del Juicio (Youtube). Por otro lado, desgrana una por una las mentiras, manipulaciones y chantajes a los que han tenido que enfrentarse.

A lo largo de estos cinco años las víctimas del Alvia han demostrado ser unos ciudadanos ejemplares en valores y dignidad humana. Gracias a ellos el Poder se lo pensará dos veces antes de volver a mentir. Gracias a ellos sabemos que en Angrois no hubo un “accidente”. Gracias a ellos viviremos en un país más seguro. Gracias a ellos.