El Bloque hace un ejercicio de unidad

Mario Beramendi Álvarez
Mario Beramendi SANTIAGO

GALICIA

Xoán A. Soler / Paco Rodríguez

Pontón le recuerda a En Marea que las sucursales españolas no tienen proyecto para Galicia

26 jul 2018 . Actualizado a las 00:18 h.

Miles de personas volvieron a desfilar ayer por las calles de Santiago en la convocatoria del BNG, una organización que parece haber olvidado a los que se marcharon, más cohesionada internamente y empeñada, cada 25 de julio, en exhibir su unidad. Desde esa confianza, con Ana Pontón como un referente que nadie cuestiona, el Bloque insistió ayer en el mensaje de que representa la «casa común» del nacionalismo, un hogar cuyas puertas permanecen abiertas. Una invitación recurrente, pero quizá más pensada en ensanchar la base social con nuevos afiliados que en tratar de convencer a los que se fueron.

En su discurso ante una abarrotada plaza de la Quintana, Ana Pontón lanzó un dardo envenenado, sin citarlos directamente, a los nacionalistas que dentro de En Marea conviven con Esquerda Unida y Podemos. Después de acusar a Feijoo de conducir a Galicia a la irrelevancia en el Estado, recordó que un futuro mejor no vendrá tampoco «das sucursais de forzas políticas españolas» que carecen de «proxecto» para este país. «Mirade o espectáculo que dan un día si e outro tamén: teñen enormes enerxías para pelexar entre eles aquí, pero quedan sen folgos para facerse ouvir nas súas centrais madrileñas», criticó la portavoz nacional. 

En clave electoral

El BNG no se mueve ni un ápice de su hoja de ruta: con Podemos y Esquerda Unida, ni agua, y los nacionalistas que se sientan como tales tienen las puertas abiertas. «Galicia necesita un cambio de rumbo urxente que só pode representar o BNG, porque é o único que ten a cabeza e o corazón neste país. É o noso reto. Este cambio ten que comezar nas vindeiras municipais do 2019. Sumando persoas e ideas, temos que ofertar a cada un dos concellos un proxecto nacionalista que poña en valor as potencialidades propias e permita avanzar cara a un futuro mellor», propuso la portavoz nacional ante una multitud entusiasta. Hasta 20.000 personas, según los organizadoras, y unas diez mil , según las fuerzas de seguridad.

La líder del BNG también aprovechó su discurso para reclamar «a liberdade dos presos políticos cataláns» y cargó con dureza contra un sistema judicial que mira para otro lado «cos abusos do principal delincuente do Estado, Juan Carlos I». Al rey emérito lo denominó con ironía «el Campechano» y de él criticó que «ten campechanas contas en Suíza e recibe campechanas mordidas».