El Feijoo 2.0 viaja mañana a la Moncloa

Gonzalo Bareño Canosa
Gonzalo Bareño CRÓNICAS DESDE MADRID

GALICIA

PACO RODRÍGUEZ

Tras renunciar a liderar el PP, el líder gallego va a poner el interés de Galicia por encima del de su partido, gane Soraya o Casado

16 jul 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

«Feijoo será lo que él quiera en el PP». Eso es lo que aseguró que ocurrirá el candidato de las primarias Pablo Casado en caso de que él sea el nuevo presidente del partido. Lo cierto es que, en efecto, después de haber renunciado a ser el sucesor de Rajoy, Feijoo no solo será, sino que también hará, lo que quiera en el PP, tanto si gana Casado como si la elegida es Soraya Sáenz de Santamaría. Pocas veces, o nunca, se habrá visto en el PP la situación que se va a dar ahora, con un líder nacional obligado a ganarse el respeto y los galones en un partido en el que existe otro dirigente activo con un prestigio superior y un predicamento unánime. Cuesta imaginar que, aunque formalmente lo diga, quien ha ganado tres veces consecutivas por mayoría absoluta cuando eso no se lleva ya en ningún rincón de Europa se vaya a poner al servicio de la estrategia política de otro que, sea Soraya o Casado, nunca ganó unos comicios.

El que mañana acude a la Moncloa, con Rajoy ya en Santa Pola, es el Feijoo 2.0, que está dispuesto a imponer su propio discurso en defensa de Galicia, al margen de directrices o intereses de su propio partido. Vamos a ver a partir de ahora su versión más reivindicativa, como comprobará el propio Sánchez, al que Feijoo advertirá mañana de que no va a dejar de presionarle en lo que afecta a infraestructuras y financiación, ni permitirá que Galicia sea marginada en beneficio de Cataluña o País Vasco.

La cita se prevé tensa, pero todo indica que Sánchez utilizará la misma estrategia que el catalán Tarradellas cuando, tras su primera y muy tumultuosa reunión con Adolfo Suárez, aseguró a la salida que la cita había sido «muy cordial y muy agradable».

A Sánchez no le interesa un choque con Feijoo, porque sabe que, ahora mismo, trabar una buena relación con él es debilitar al futuro líder nacional del PP. Y, aunque es obvio que con solo 84 diputados en el Congreso no tiene más remedio que plegarse a las exigencias de quienes le han puesto ahí -Unidos Podemos e independentistas catalanes y vascos-, tampoco le costará mucho a Sánchez hacer grandes promesas a Feijoo en materia de inversión y financiación, sabiendo que la legislatura acabará sin que sea posible haberlas cumplido. Con un PP descabezado, con el presidente del Gobierno socialista más débil de la democracia, y con un Feijoo con la vista puesta más que nunca exclusivamente en los intereses de Galicia, la reunión de mañana en Moncloa puede marcar un antes y un después del presidente de la Xunta.

Lo que no le dirá Feijoo a Sánchez es a quién apoya en la lucha interna del PP. Aseguran muchos que a Casado, entre otros el propio diputado por Ávila. Pero hay que recodar que en el último comité ejecutivo del PP, Feijoo dijo que para él solo hay dos presidentes en España: Suárez y Rajoy, despreciando así abiertamente a Aznar, del que Casado es delfín, discípulo y admirador. Claro que tampoco fue nunca Feijoo un entusiasta de Cospedal, por la que supuestamente apostó en las primarias, porque siempre cuestionó que dirigiera el PP siendo a la vez líder del partido en Castilla La Mancha. Una de las causas, por cierto, que influyó en la decisión del gallego de dejar pasar ahora mismo el tren a Madrid.

¿Hay transparencia en el diálogo de Sánchez y Torra?

¿Quién dice la verdad? ¿El presidente de la Generalitat, Joaquim Torra, cuando asegura que el 90 % de su reunión con Pedro Sánchez en la Moncloa se dedicó a hablar del derecho de autodeterminación y de las posibilidades legales de un referendo de independencia, o la vicepresidenta del Gobierno, Carmen Calvo, cuando explica tras la cita que ese asunto casi ni se trató porque sobre eso «no hay margen» para nada? Parece difícil creer que dos horas y media de conversación se dedicaran a hablar del tren de cercanías en Cataluña y cosas así, pero lo cierto es que semejante disparidad de criterios a la hora de explicar la cita no contribuye a confiar en la transparencia de esta nueva operación diálogo.

Duelo político en la comisión sobre el accidente de Angrois

Como era de prever, la comisión de investigación en el Congreso sobre el accidente ferroviario de Angrois se ha convertido en un duelo de intereses políticos en el que nadie parece muy interesado en averiguar las verdaderas causas del siniestro y mucho menos en buscar o proponer soluciones para que algo así no vuelva a suceder. El acoso de En Marea a los exministros José Blanco y Ana Pastor es evidente, con el independentista Gabriel Rufián como socio y protagonista de sus shows habituales. La gestión de Pastor está teniendo un firme defensor en el diputado gallego Celso Delgado. Pero el socialista vasco Odón Elorza no muestra, de momento, el mismo entusiasmo en defender la de Blanco.

Lo de Borrell en el Gobierno puede no acabar muy bien

Fue sin duda uno de los mayores golpes de efecto de Pedro Sánchez a la hora de formar su Gobierno, pero lo de Josep Borrell como ministro de Asuntos Exteriores no tiene pinta de acabar bien. La intención de Sánchez es claramente la de jugar al poli bueno y poli malo con los independentistas utilizando a Borrell y a la titular de Política Territorial y Función Pública, la también catalana Meritxell Batet. Pero, si algo se puede decir de Borrell, es que jamás ha cedido ante nadie a la hora de defender su criterio, incluso jugándose el cargo. Y, por más que Sánchez pasee por Moncloa y le enseñe fuentes a Torra, Borrell sigue sin ver nada que justifique una distensión con el independentismo.