El helicóptero con cámaras para los incendios tendrá su base en Silleda

Xurxo Melchor
xurxo melchor SANTIAGO / LA VOZ

GALICIA

XOAN A. SOLER

Medio Rural completa el despliegue de los cerca de 30 medios aéreos que estarán operativos este año

09 jul 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Los medios aéreos con los que contará el dispositivo de lucha contra los incendios forestales de este verano ya están desplegados en las 21 bases distribuidas por todo el territorio gallego. El despliegue tendrá un máximo de 28 aeronaves preparadas, la mayoría de ellas helicópteros, por los que ha apostado la Consellería do Medio Rural en las últimas campañas por su mayor operatividad, ya que pueden acceder a cualquier punto y combinan capacidad de extinción y transporte de brigadas.

La gran novedad de este año es que entre esos medios aéreos hay un helicóptero dotado con cámaras capaces de transmitir imágenes fijas y de vídeo en tiempo real y georreferenciadas, lo que permitirá comprobar la situación de los fuegos sobre plano y su evolución. Una cualidad que será de vital ayuda a la hora de tomar decisiones durante los trabajos de extinción.

Ese nuevo helicóptero con cámaras de alta resolución estará desplegado en la base de Silleda, una de las tres con medios de la Xunta que existen en la provincia de Pontevedra. Las otras dos son las de O Campiño (Marcón) y Queimadelos (Mondariz). Entre las tres sumarán una dotación permanente de cinco helicópteros durante toda la campaña de alto riesgo, que este año se ha ampliado desde el inicio a todo el mes de octubre.

En Ourense hay un total de ocho bases operativas repartidas por la provincia. Las que albergan medios de la Xunta son las de O Barco de Valdeorras, San Xoán de Río, Toén, Vilamaior (Verín), el parque natural de O Xurés y Beariz. En ellas, este año se han desplegado ocho helicópteros, a los que hay que sumar otras cuatro aeronaves en las dos que dan cobijo a medios del Estado, en Antela y Laza.

Lugo tiene seis bases, pero la de Reboira (A Fonsagrada) no cuenta con medios permanentes y se usa únicamente para dar servicio a las aeronaves que lo necesiten durante las tareas de extinción. Es el mismo caso que la de Queixeiro (Monfero, A Coruña). Las otras cinco de la provincia luguesa son las de Becerreá, Portomarín, Marroxo (Monforte de Lemos), Doade (Sober) y el aeródromo de Rozas, en el concello de Castro de Rei. La dotación total permanente será de seis helicópteros.

Finalmente, en la provincia de A Coruña, además de la ya mencionada base alternativa de Queixeira, existen otras tres en Castromaior (Abegondo), Lomba (Santa Comba) y Lavacolla (Santiago). Las dos primeras ya cuentan con un helicóptero de los que contrata la Xunta, mientras que la de Compostela albergará un verano más los entre dos y tres grandes hidroaviones de extinción que desplegará el Estado en Galicia.

Los 21 helicópteros que ha contratado la Xunta para la campaña antiincendios de este año cuentan todos ellos con una brigada propia. En total, el coste de los medios aéreos que despliega Galicia en la temporada de alto riesgo de incendios asciende a una media de diez millones de euros anuales.

Objetivo: bajar de 590 fuegos y de 20.700 hectáreas quemadas

El pasado no fue un buen año en lo que a incendios forestales se refiere. Todo iba razonablemente bien hasta que la ola incendiaria de octubre arrasó decenas de miles de hectáreas y echó por tierra cualquier posibilidad de que se cumpliesen la mayor parte de los objetivos que la Consellería do Medio Rural se había marcado para la campaña.

Desde el 2008, el objetivo de superficie total arrasada solo se había dejado de cumplir en el 2011, cuando se quemaron 42.392,2 hectáreas y el límite máximo se había fijado en 28.873. El año pasado, fueron 61.699,65 las hectáreas quemadas, cuando el objetivo se había establecido en 15.245,93. Paradójicamente, era la previsión más ambiciosa de la última década.

No todo fuego es incendio

Este año, esa línea roja ha quedado fijada en las 20.710,79 hectáreas, mientras que el objetivo por número de incendios es no superar los 590. El año pasado hubo 657, la segunda cifra más alta de la década tras los 1.204 que se registraron en el 2011. Hay que tener en cuenta que no todo fuego es un incendio. Para que tenga esta consideración debe afectar al menos a una hectárea de monte o a media hectárea si es arbolado todo lo que arde.

Entre los objetivos de esta campaña antiincendios también está el que la superficie media quemada por incendio no supere las tres hectáreas y que, en el caso del arbolado, sea ?nuevamente de media? menos de una hectárea la arrasada.

El tamaño de los fuegos también es un factor que se mide anualmente y la Xunta espera poder mantener este verano por debajo del 2?% el porcentaje de los episodios que superan las 25 hectáreas de terreno afectado, así como que un 70?% o más de los incendios no superen la hectárea.

No más de 16 emergencias

Otro factor importante es el del número de emergencias que ponen en riesgo vidas o bienes. En el 2016 fueron 23, una más el año pasado y esta campaña el objetivo es bajar a 16.