Caballero barrunta ya precipitar su operación de asalto a la Xunta

Domingos Sampedro
domingos sampedro SANTIAGO / LA VOZ

GALICIA

La formación del nuevo Gobierno le abre vías al líder del PSdeG de ser diputado y liderar la oposición

10 jun 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Todo estaba planeado para la primavera del 2019, en el marco de las elecciones municipales y europeas. En el PSdeG valoraban que esta cita electoral le daría la oportunidad de mover alguna silla en el grupo del Parlamento gallego para cedérsela al secretario general, Gonzalo Caballero, que aterrizaría así en O Hórreo como jugador de refresco para hacerse el dueño de la bancada izquierda. El diputado Abel Losada se brindó para la operación desde el minuto uno. Y había alguna que otra bala en la recámara.

El plan parecía perfecto. La preocupación de Gonzalo Caballero pasaba por encajar bien los horarios de clases del próximo curso para compatibilizar la Universidade de Vigo con su labor política. No obstante, el triunfo de la moción de censura de Pedro Sánchez, la retirada inminente de Rajoy y la posible llamada a filas de Feijoo lo cambian todo. Y la política en esta sociedad líquida de hoy en día es como un Saturno devorando hijos, uno tras otro, especialmente si se mantienen impasibles cuando todo se mueve alrededor.

Lo cierto es que el líder de los socialistas gallegos barrunta ya la posibilidad de adelantar varios meses su llegada a la Cámara autonómica, aprovechando el intercambio de cromos que puede provocar alguno de los nombramientos que todavía se deben hacer en la Administración periférica del Estado. Y Abel Losada, que no hace ascos a sustituir a la popular Teresa Pedrosa al frente del Consorcio Zona Franca de Vigo, puede acabar engrasando esta operación, siempre y cuando Abel Caballero renuncie a prescindir de su pica más valiosa en O Hórreo. 

Oportunidad de oro

El número uno del PSdeG dispondría así de una oportunidad de oro para ganar notoriedad y forjarse un liderazgo más allá del ámbito orgánico de su partido, con el fin de articular una alternativa política a la del Partido Popular. Es más, en un contexto en el que En Marea, con todas sus partes contratantes, parece avanzar hacia su descomposición y en el que el PPdeG puede acabar encerrado en sí mismo para resolver una sucesión compleja, a Gonzalo Caballero le puede llegar a soplar el viento de cola para impulsarlo hacia su verdadero objetivo: el asalto a la presidencia de la Xunta cuando toque.

El tiempo dirá si el economista vigués consigue finalmente aunar voluntades y cohesionar -no solo de palabra, sino con hechos- a un PSdeG acostumbrado a sobrevivir en la selva con un machete durante años. Ahí estriba uno de sus grandes desafíos. Si lo logra, puede tener un futuro prometedor por delante. Si actúa con luces cortas, puede morir de éxito como tantos otros.

Porque no hay que olvidar que, al margen de lo que haga Feijoo en el plano orgánico del PP, todavía puede haber presidente de la Xunta para rato. Y en sus doce años al frente del partido en Galicia, Feijoo ya fulminó políticamente a unos cuantos dirigentes y portavoces socialistas: Pérez Touriño, Ismael Rego, Fernández Leiceaga, Pachi Vázquez, Abel Losada, Méndez Romeu (con Besteiro desde la distancia), Patricia Vilán y nuevamente Leiceaga.

Así de larga es la lista. Gonzalo Caballero está llamado, más pronto que tarde, a ser el siguiente. La frescura jugará en su favor, pero enfrente tendrá un líder político muy bregado que no le perdonará el más mínimo patinazo.