¿Qué se juega Galicia con el nuevo Gobierno?

pablo gonzález / juan capeáns REDACCIÓN / LA VOZ

GALICIA

VÍTOR MEJUTO

El Ejecutivo de Sánchez hereda el compromiso de terminar el AVE a finales del 2019, podría levantar el veto para debatir el traspaso de la AP-9 y abordar asuntos como el reto demográfico

03 jun 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Hay muchas incertidumbres. No se sabe realmente cuánto durará el nuevo Gobierno, ni si tendrá margen parlamentario y económico para afrontar nuevos proyectos o solo se dejará llevar por la inercia de los Presupuestos del PP que Pedro Sánchez se ha comprometido a respetar como moneda de cambio con el PNV. Se desconoce si se abrirán nuevos melones políticos, aunque la debilidad de los apoyos parlamentarios y el propio contexto que fraguó la moción de censura hacen prácticamente imposible que se asuman asuntos que ni siquiera el Ejecutivo de Rajoy se atrevió a afrontar por la difícil situación en Cataluña, como la financiación autonómica. El reto demográfico, los problemas de la justicia gallega después de la huelga y, sobre todo, las infraestructuras pendientes, serán asuntos clave en la que seguro que será una compleja relación entre la Xunta y el nuevo Ejecutivo. Con la pérdida del Gobierno, Galicia se ha convertido en el baluarte institucional del PP para hacer oposición al nuevo gabinete socialista, mientras los populares vuelven a sus cuarteles de invierno para reinventarse.

el ave troncal

En principio, blindado si se respetan los Presupuestos. El penúltimo esfuerzo presupuestario para terminar el AVE en el último trimestre del 2019 y ponerlo en servicio en una fecha aún por determinar del 2020 está a punto de ser aprobado. Galicia se ha beneficiado en los últimos años de que un presidente gallego, Mariano Rajoy, se comprometiera con el proyecto. Hubo en los últimos años, además, dos ministros de Fomento gallegos, José Blanco (PSOE) y Ana Pastor (PP), y parece difícil que pueda volver a haber uno. Desde algunos sectores empresariales de Cataluña se pedía estos días un ministro de Fomento catalán para «terminar con el déficit en infraestructuras». La posibilidad de un desvío de dinero hacia el eje mediterráneo es una opción factible, con el acercamiento que Sánchez ha prometido a los partidos catalanes. Pero también es cierto que los socialistas no querrán desaprovechar la oportunidad de apuntarse el tanto de acabar el AVE a Galicia y relanzar así sus candidaturas en la comunidad. A la obra le queda poco y no tendría sentido ralentizarla, aunque sí quizás rebajar sus prestaciones instalando una sola vía y no dos, como se decidió recientemente una vez superado el período más duro de la crisis.

Habrá que estar atentos a los nombramientos en la órbita de Fomento y, sobre todo, en el ADIF, una empresa pública que cuenta con un amplio margen de maniobra para ejecutar lo presupuestado, incluso por encima de las cifras que están en la ley (663 millones en el tramo gallego y castellanoleonés). El plazo del 2019, no obstante, es muy ajustado, como reconoció el ministro saliente, Íñigo de la Serna, así que no sería extraño que sufriera una ligera reprogramación, algo que la Xunta no toleraría. El AVE puede volver a convertirse en un campo de batalla.

el ave a lugo y vigo

Las conexiones con dos ciudades con alcaldes socialistas. El PSdeG fue muy crítico con las cuentas del Estado en Galicia. De hecho, presentó enmiendas por varios centenares de millones para paliar lo que consideraban un déficit inversor. Las conexiones ferroviarias directas con Vigo y Lugo, que no acaban de despegar ni en la planificación ni en los Presupuestos, estarán sobre la mesa del Gobierno socialista, especialmente porque en ambas ciudades hay gobiernos locales socialistas muy reivindicativos con estos proyectos, como es el caso de Abel Caballero en Vigo, una referencia para los socialistas que no se callará si no ve atendidas sus demandas.

la ap-9

Posibilidades de que se levante el veto para la transferencia. El Gobierno del PP vetó la discusión parlamentaria de la transferencia de la autopista del Atlántico a Galicia escudándose en la prerrogativa gubernamental de impedir la discusión de asuntos en el Congreso que tienen alguna repercusión en la política presupuestaria. En este caso no era así, pero el ministro de Fomento saliente se negaba al traspaso porque considera que la AP-9 es una autopista de interés general que debe ser gestionada por el Estado. Es posible que el PSOE sea más receptivo a discutir este asunto e incluso a ejecutar el traspaso. Sería un acicate para las aspiraciones políticas del PSdeG en Galicia, aunque quien finalmente la gestione sea Feijoo y su conselleira Ethel Vázquez. ¿Un caramelo envenenado?

justicia

Solución para los retrasos de la huelga. La larga huelga en la administración de Justicia gallega generó amplios retrasos que se suman a los que ya eran estructurales. Poco antes de la moción de censura, el ministro de Justicia saliente, Rafael Catalá, se comprometió a pagar parte de las horas extra que se necesitan para avanzar en el trabajo que no se pudo hacer durante el paro. Se supone que el nuevo Ejecutivo hará suyo este compromiso.

financiación autonómica

Una posición más incómoda para Galicia. Feijoo era el presidente aventajado de Rajoy en el dislocado club autonómico sin mayorías. La influencia del gallego sirvió incluso para que líderes socialistas como el de Asturias o Aragón se arrimaran a Galicia para reclamar un nuevo modelo que tuviera en cuenta problemas comunes, como la dispersión poblacional o el coste sanitario. A ese club se iban a sumar este lunes La Rioja y Castilla-La Mancha, pero la reunión se suspendió por la situación política nacional. Es todo un síntoma de lo que se puede avecinar, y más si se tiene en cuenta que País Vasco y Cataluña han ignorado sistemáticamente cualquier reflexión que emanase de la Conferencia de Presidentes, de la cual se ausentaron en la última convocatoria. Este foro fue impulsado por el socialista Zapatero, pero nada se sabe de la opinión que pueda tener Sánchez de él. Al margen del desafío soberanista, Cataluña y País Vasco han encontrado ahora otra vía directa que remite a las negociaciones del 2009, cuando los catalanes consiguieron un acuerdo diferencial. Justo lo que se pretendía evitar en esta ocasión. Además, la inestabilidad hará imposible que se dé un nuevo paso en esta legislatura hacia la reforma de la financiación local, que tendrá que esperar.

ESTatutos

El foco en Cataluña y País Vasco. En medio del polvo levantado por el desafío soberanista catalán, en el País Vasco avanza un borrador del estatuto en el que ya se intuye un mayor interés por cuestiones identitarias que por los derechos de sus ciudadanos. Existe una preocupación fundada, no solo en el PP, también entre los líderes socialistas autonómicos, de que este nuevo frente relegue al resto de comunidades. «Estaremos vigilantes», advirtió ya el vicepresidente de la Xunta Alfonso Rueda, que ha sido el encargado de representar a Galicia en Madrid en diferentes reuniones con intereses autonómicos.

demografía

Galicia pierde a su representante. Conectado con la financiación autonómica está el problema demográfico. Existía un compromiso del Gobierno de Rajoy de presentar un plan estratégico para afrontar uno de los grandes desafíos de Galicia, España y Europa, pero los frutos, de momento, eran más bien pobres. El PP creó una nueva figura, la del Comisionado para el reto demográfico, y al frente estaba la ourensana Edelmira Barreira, que ahora abandonará el cargo sin que esté claro que vaya a ser ocupado.

HILO DIRECTO EN MADRID

Conexiones gallegas. A la espera de que Pedro Sánchez conforme sus cuadros de altos cargos, en los que podría contar en diferentes niveles con la cantera gallega, hay otros que abandonarán con seguridad sus despachos en los próximos días y que suponían un hilo directo para políticos autonómicos y locales. Se irán, entre otros, Javier Dorado, director general de Juventud; Ildefonso de la Campa, director general de Migraciones; o Irene Garrido, secretaria de Estado de Economía y Apoyo a la Empresa. Además, habrá cambios más o menos rápidos en otros puestos destacados como la Delegación del Gobierno y las autoridades portuarias, sin olvidar, por supuesto, de Rajoy, que era la segunda autoridad del país.