El pirotécnico de Tui atribuye a su padre ya fallecido el zulo con 1.100 kilos de explosivos

JAVIER ROMERO / MÓNICA TORRES TUI / LA VOZ

GALICIA

XOAN CARLOS GIL

La jueza que lo dejó libre hace una semana ordenó ayer su ingreso en prisión sin fianza

30 may 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Francisco González Lameiro pasó ayer a disposición judicial en Tui por segunda vez en cinco días. De ahí fue trasladado, por orden del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 1, a la prisión de A Lama para ingresar en régimen provisional, acusado de riesgo catastrófico, dos homicidios imprudentes, daños imprudentes, lesiones imprudentes y tenencia ilícita de explosivos. La jueza, en el auto de encarcelamiento firmado ayer, deja claro que la situación del máximo responsable de la explosión del pasado miércoles en Tui se agravó considerablemente tras la localización, el fin de semana, de dos nuevos almacenes clandestinos con más material explosivo. Los mismos zulos que él negó que existieran por más que la jueza le insistió en el primer interrogatorio.

«Las circunstancias que motivaron su puesta en libertad mediante auto del 25 de mayo del 2018 se han modificado sustancialmente ante los hechos ocurridos posteriormente con la localización de dos depósitos de materia pirotécnica sin ningún tipo de licencia. Se trata de instalaciones rudimentarias próximas a zonas pobladas. Claramente son dos depósitos ilegales en cuyo interior se ha encontrado material explosivo reciente para ser utilizado y manipulado. Pues los bidones que contenían tales sustancias contaban con indicadores tales como “enero 2018” o “febrero 2018”», dice el auto de prisión.

Periodistas de La Voz localizaron el sábado (y alertaron a la Guardia Civil) un segundo galpón oculto -el primero es el que explotó el miércoles- a 150 metros de la empresa legal de González Lameiro, Pirotecnia La Gallega. «En su interior se encontraron tres bidones de cartón conteniendo diferentes tipos de artefactos pirotécnicos ya terminados y listos para ser utilizados, los cuales contenían un total de 90 kilogramos de pólvora pirotécnica, arrojando un peso de 120 kilogramos, así como 474 de sustancia pulverulenta de color gris, aparentemente pólvora pirotécnica a granel, que resultaron ser diferentes tipos de pólvora».

Así lo plasmó la jueza en su escrito tras oír al acusado. Él aseguró que no alertó de la existencia de este almacén, tras la explosión que causó dos muertes, 37 heridos y cientos de casas dañadas, al considerar que dicho galpón está muy cerca de su empresa y que él considera ambas propiedades como una sola por la cercanía entre ambas. También aseguró que tres cuartas partes del material requisado no son suyas, aunque tampoco facilitó la identidad del supuesto propietario. Pero la parte más notable de la declaración aún estaba por llegar. Y lo hizo al abordarse la localización del tercer almacén oculto, también encontrado por La Voz.

La jueza, en el auto, vuelve a dejar constancia de otro reguero de ilegalidades, en este caso con más cantidad de materias primas para fabricar pirotecnia: «El 27 de mayo se localizó material explosivo en instalaciones de un antiguo criadero de angulas, en cuyo interior se encontraron productos pirotécnicos terminados (74 candelas romanas y 6 morteros, todos de diferentes calibres), así como 1.151 kilogramos de materia prima empleada para la confección de material pirotécnico». Francisco González aseguró a la jueza y al fiscal que desconocía la existencia de semejante polvorín, y responsabilizó a su padre, ya fallecido, que fundó la empresa que él heredó y regenta desde hace tres décadas, de almacenar dichos productos en un galpón que era de su progenitor y que Francisco también heredó. El investigado añadió que su padre tuvo allí un criadero de angulas con un socio del que no ha trascendido la identidad. Reiteró que él lleva tiempo sin ir por allí, y que por eso tenía que ser de su padre, que debió de olvidarse de notificar semejante polvorín a su familia. Es más, el detenido añadió que muchos de los productos localizados están obsoletos desde hace años.

Los tédax de la Guardia Civil serán los encargados de dar o quitar la razón al acusado. Ya concluyeron el informe inicial que describe las causas de la explosión mortal del miércoles, en la que, además de material pirotécnico, «había 200 litros de gasoil y gasolina para uso agrícola», según expuso el acusado. A mayores, la Guardia Civil añade: «Se ha puesto de manifiesto que la posible causa de la explosión sea una manipulación incorrecta del material, unida a un defectuoso mantenimiento». La jueza, al valorar la acusación global contra González Lameiro, concluye que «ha quebrantado cualquier colaboración con la Justicia» por mentir en cuanta declaración hizo, ya sea policial o judicial.

«A miña conciencia era que estaba a comprar fogos de artificio procedentes da Cañiza», asegura el alcalde de Tui

La contratación del espectáculo pirotécnico de las fiestas patronales de Tui de este año a la pirotecnia con orden de clausura ha desatado una gran polémica en el municipio. Pirotecnia La Gallega, propiedad del investigado y con más de medio siglo de actividad, ha sido la que siempre ha surtido de fuegos de artificio los festejos de San Telmo. Pero la sentencia que anuló las licencias de obra mayor para legalizar los seis almacenes y la de actividad, concedida en el 2013, implicaban la demolición de esa parte del taller, por una resolución firme del Tribunal Superior de Xustiza del 2015, que ratificó la adoptada en primera instancia. El anterior alcalde, Enrique Cabaleiro, sostiene que él clausuró la actividad y encargó el proyecto de demolición que tiene el Concello desde septiembre. El actual alcalde, Carlos Vázquez Padín, considera que «lo novedoso sería no haber hecho el contrato con la misma pirotecnia de siempre».

Respecto a que estaba pendiente una demolición, que aún no se ejecutó, y un incumplimiento de sentencia por lo que se le impuso una multa coercitiva, él aduce que la sanción fue recurrida porque llegó 13 días después de tomar posesión y que firmó la compra pensando que el material procedía de otros almacenes. «A miña conciencia nese momento dicía que estaba a comprar os fogos no almacén da Cañiza, xa que no expediente consta o mataselos deste lugar e doutros catro emprazamentos», indicó ayer. El regidor defendió su actuación insistiendo en que, pese a que la documentación se encabeza con la sede de Baldráns, el sello de la empresa es de A Cañiza y se aporta esa licencia municipal. «Entendía que os fogos non se fabricaban aquí porque os informes da Policía Local dicían que non había actividade na pirotecnia», añadió. Destacó que la sentencia se debe a un problema de retranqueo, no de seguridad, y que no fue lo que explotó, sino que fue un almacén ilegal. Padín ha paralizado el pago de los casi 10.000 euros a la pirotecnia: «Porque prefiro incorrer nunha falta administrativa que dicirlles aos veciños que lle dou os cartos. Creo que non temos ningunha responsabilidade. Só a ten quen tiña almacéns ilegais».