Una legislación para evitar sustos como el de Tui

Carlos Punzón
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GALICIA

La Voz / Laura Placer

Las empresas del sector afirman vivir bajo una extensa reglamentación para reducir al mínimo los fallos humanos

28 may 2018 . Actualizado a las 11:53 h.

La legislación sobre pirotecnia en España lo regula prácticamente todo. Desde el grado de inclinación con el que un lanzador debe disparar un cohete hasta el nombre de los artefactos fabricados (hay 28 admitidos), el material de las sillas donde se sientan los operarios que los fabrican o cómo deben de ser la ropa, el suelo, la ventilación o la canalización eléctrica de los talleres. «Estamos muy controlados, incluso es excesiva la normativa», mantiene Argimiro Albores, presidente de los empresarios pirotécnicos de Galicia, quien no resta posibilidades estadísticas a que se produzcan accidentes. «Somos humanos y trabajamos con material sensible, pero las garantías de seguridad son muy muy altas», recalca.

La normativa se actualiza de media cada tres años. La última vez fue en el 2015 y su incumplimiento puede acarrear multas de hasta 601.000 euros para casos de incumplimiento graves. Las delegaciones provinciales del Ministerio de Energía y la Guardia Civil se turnan para controlar entre tres y cuatro veces al año cada pirotecnia dada de alta, aunque la normativa obligue a un único control cada doce meses.

fábricas

Parcelas aisladas. Legalmente es imposible que una parcela como la que registró el siniestro de Tui pueda albergar ni talleres ni almacenes o depósitos de pirotecnia. La cercanía a las viviendas tiraría abajo cualquier petición de licencia, pero además no cumplía con las más mínimas garantías de seguridad.

Las fábricas tienen que contar con un local de fabricación dedicado solo a esa tarea, al menos un depósito de productos terminados y otro almacén, como poco, para albergar los materiales de fabricación. Si la empresa confecciona además artefactos para espectáculos de pirotecnia, tendrá que contar con uno o varios locales específicos más para montar los dispositivos.

distribución

Según la parcela. No hay una regla fija para situar todas las dependencias de una pirotecnia. Cuando se solicita la licencia de actividad al Ministerio de Energía, este, a través de fórmulas matemáticas, dictamina a tenor del espacio las distancias entre casetas en función de la peligrosidad de la actividad que se vaya a realizar en cada una de ellas, del material a almacenar y del volumen de producción. Las casetas con mayor riesgo tienen que contar en su exterior, ante una posible onda expansiva, con muros de contención rellenados con arena de igual tamaño que la edificación y un metro de ancho.

Cerramiento

Hasta con concertinas. El recinto de una pirotecnia tiene que contar con un frente de 50 metros libres y limpios de obstáculos. Una valla de dos metros de alto, sin elementos que permitan su escalada, tiene que recorrer toda la finca. La normativa especifica incluso que los últimos 50 centímetros del vallado deben estar formados por tres filas de alambre de espino inclinadas al exterior o con concertinas dobles, como las que separan los límites fronterizos de Ceuta y Melilla.

almacenes

Tres tipos. Siempre hechos de ladrillo, pueden estar dispuestos en superficie y acoger hasta 25.000 kilos de productos terminados si están dentro del recinto de la fábrica y 5.000 si están fuera de la planta. Pueden construirse semienterrados, con todas su caras cubiertas de tierra y albergar 50.000 kilos o 10.000 si se ubica en otro emplazamiento. En domicilios particulares solo se pueden almacenar hasta 10 kilos de los artefactos cuyo lanzamiento no esté reservado solo a profesionales.

seguridad

Las 24 horas. Las alarmas de la planta están conectadas a las dependencias de la Guardia Civil más próxima. Tiene que contar con vigilancia en persona o con medios técnicos las 24 horas del día.

No se permite elaborar material en las plantas si hay riesgo de tormenta eléctrica en las inmediaciones.

Está prohibido vender más de 10 kilos de dispositivos pirotécnicos a una misma persona.

Solo se puede entrar en una pirotecnia con el permiso de la dirección de la empresa, y siempre advertidos de que se hace bajo propia responsabilidad.

transporte

Parte previo. Debe ser notificado a la Guardia Civil cualquier transporte de artefactos que vayan a ser utilizados en fiestas. El vehículo debe evitar el paso por centros urbanos y lugares de atascos frecuentes.

Solo la prevención de incendios forestales implica a la Xunta con el sector pirotécnico

La reglamentación del sector pirotécnico es exclusiva del Gobierno central, del Ministerio de Energía, en concreto, y del de Interior a través de la Guardia Civil, en lo que se refiere a seguridad ciudadana. Los ayuntamientos pueden actuar en materia de cumplimiento de las normas urbanísticas, e incluso activar procesos si estima peligrosidad hacia otras edificaciones.

A la Administración autonómica le queda solo actuar contra el lanzamiento de material pirotécnico si supone un riesgo que pueda generar un incendio forestal.

La Xunta establece que en zonas forestales o a menos de 400 metros de distancia del monte, aunque son los concellos los que dan el permiso de lanzamiento de cohetes y otros artefactos, deberá comunicarse esa decisión al distrito forestal de la zona con un margen mínimo de 48 horas. Si la fiesta y los lanzamientos se programan a mayor distancia, solo hará falta el visto bueno municipal.

En caso de que se haya anunciado un día de riesgo extremo de incendio forestal, se consideran revocados todos los permisos.

La patronal señala sin embargo que las memorias de la Fiscalía apuntan que de cada 1.100 incendios forestales se atribuyen 34 a artefactos pirotécnicos, «pero incluyendo los que lanzan no profesionales», señala su representación legal, que mantiene que en muchos casos los incendiarios aprovechan que hay lanzamientos para actuar en paralelo.