Las instalaciones clandestinas facturan en Galicia tanto como las legales: 9 millones de euros al año

Carlos Punzón
c. punzón VIGO / LA VOZ

GALICIA

Doniz

Se estima que hasta el 40 % de los lanzamientos se hacen con producciones realizadas por talleres clandestinos

26 may 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Galicia es la tercera potencia del mundo en fabricación de artefactos pirotécnicos, según las cuentas de la patronal del sector. Solo China y la Comunidad Valenciana superan el volumen de fabricación gallego, destaca el empresariado, pero no toda la producción se hace conforme a la normativa que regula la creación, almacenamiento, transporte y disparo de los artículos festivos.

La Asociación Galega de Industrias Pirotécnicas estima que hasta el 40 % de los lanzamientos se hacen con producciones realizadas por talleres clandestinos ubicados en la comunidad gallega. Y otro porcentaje notable procede de producciones traídas de Portugal y de Castilla y León, que son disparadas por personas a las que las fábricas de origen habilitan como lanzadores profesionales pero que montan, guardan y transportan los artículos pirotécnicos sin cumplir la normativa actualizada en el 2015.

La patronal del sector calcula que sus quince empresas y las dos que están fuera de la organización (como el caso de la Tui) facturan al año nueve millones de euros, y los talleres y distribuidores no controlados, una cantidad similar. «Ofrecen espectáculos o disparos a mitad de precio y se llevan así infinidad de ellos», explica Pablo Abellón, representante legal de la asociación.

La patronal estima que es fácil seguir la pista de los productores y lanzadores clandestinos: «basta con pedir la documentación en todas las fiestas y celebraciones, pero la Guardia Civil solo controla los eventos en los que hemos notificado nuestra presencia, y mientras le entregamos la documentación puedes escuchar los fuegos en el pueblo siguiente llevados a cabo por empresas clandestinas, pero pese a que lo denunciamos nunca se ha hecho nada. A nosotros nos controlan, y a los clandestinos, nada. Es desalentador», critica Abellón.

La patronal reclama a las comisiones de fiestas que se abstengan de contratar con pirotecnias que no soliciten a los ayuntamientos permiso de lanzamiento (obligatorio cuando se emplean más de 10 kilos); que no acrediten a los lanzadores como profesionales o aprendices con carné específico; no presenten sus pólizas de seguros de responsabilidad civil; los correspondientes certificados de la Seguridad Social de los empleados; no aporten planes de seguridad, o no cuenten con vehículos especiales para mercancías peligrosas.

«Están trayendo en una misma furgoneta todo el material que se va a lanzar durante todas las fiestas, mientras que las pirotecnias legales solo pueden transportar los artículos que vayan a activar en cada disparo, teniendo que volver al almacén para cargar lo que se va a utilizar en el siguiente, y los conductores tienen que estar habilitados como expertos en transporte de mercancías peligrosas, y el vehículo también. Los suyos quedan al sol, sin más, y cargados hasta arriba», advierte el abogado de los pirotécnicos.

Las empresas se sienten «perseguidas, y más cuando ocurren casos como el de Tui», dice el presidente de la asociación, Argimiro Albores. «Y tampoco tenemos que ver con los incendios forestales. Nunca se ha condenado a un pirotécnico por eso, pese a haber sido imputados».

280.000 gallegos conviven con talleres, y 386.000, con almacenes de material del sector

Los accidentes, la dificultades para cumplir con la reglamentación del sector, y la falta de continuidad en muchos casos en un negocio fundamentalmente familiar, han reducido el potencial del negocio pirotécnico en Galicia en el último cuarto de siglo. En 1993 había dadas de alta 43 empresas pirotécnicas en la comunidad. Hoy son solo 17 las que continúan con el negocio.

Están establecidas en 17 localidades: Boiro, Brión, Coles, A Estrada, A Laracha, Meis, Neda, Nigrán, Outeiro de Rei, Oza-Cesuras, Paderne, Santiago, Silleda, Vedra, Verín, Vilagarcía y Tui, aunque en este último caso la actividad de la pirotecnia La Gallega había sido clausurada por criterios urbanísticos por el Ayuntamiento de Tui, lo que según la patronal del sector no obstaculizó que su responsable siguiese ofertando sus servicios y acumulando material en la nave que dio origen al siniestro. En total son 280.258 los gallegos que conviven con la producción de material de artificio en sus municipios, pero otras 386.581 personas más cuentan en sus localidades con almacenes, depósitos o puntos de venta al por mayor de artefactos pirotécnicos.