«Aquí todos los que nos salvamos volvimos a nacer el 23 de mayo»

m. otero / m. torres / j. romero VIGO / LA VOZ

GALICIA

M. Moralejo

Sesenta casas arrasadas y 37 heridos, de los que seis siguen ingresados

25 may 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

La explosión del almacén clandestino de A Torre convirtió la parroquia tudense de Paramos en un escenario devastado. En varios kilómetros a la redonda, todo tipo de construcciones han sufrido daños estructurales y muchas de ellas han sido directamente reducidas a escombros. El presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijoo, confirmó este jueves durante su visita a la zona cero que hay unas sesenta casas arrasadas. «La situación es mucho peor de lo que esperaba», confesó el mandatario. Desde primera hora de la mañana, los dueños de las construcciones afectadas se acercaron al lugar de la tragedia para comprobar cómo habían quedado sus propiedades; muchos temen que si el seguro no se hace cargo no podrán repararlas.

A los múltiples daños materiales hay que sumar los personales. Además del matrimonio fallecido -Feijoo desveló que fueron los hijos de las víctimas los que alertaron de la desaparición de sus padres-, la deflagración hirió a 37 personas, entre ellos siete niños. Muchos ya fueron dados de altas el mismo día de la explosión y otros la recibieron ayer, pero en los hospitales de Vigo todavía siguen seis pacientes ingresados, tres adultos y tres niños. Aunque no se teme por la vida de ninguno, es preocupante la situación de una menor que presenta quemaduras de diversa consideración.

Santiago Álvarez fue uno de los voluntarios que se presentó el barrio de A Torre escasos minutos después de la explosión. «Venía en coche desde Tui, llegué cuando estaba todo ardiendo», explicó. La sacudida lo cogió al volante. «Sentimos una fuerte vibración, no sabíamos qué pasaba», reconoce el joven, que siguió a la policía hasta la zona cero llegando incluso al almacén pirotécnico. Allí rescató a uno de los hijos del matrimonio fallecido. «Estaba allí sentado, con una herida en la pierna, yo no sabía si era el hijo, solo me lo llevé porque estaba al lado de la pirotecnia. Si había alguien más en la casa, no había nada que hacer», lamenta Álvarez, que trató de entrar en la vivienda derruida sin éxito después de que le comunicaran que había personas atrapadas. «Al niño le pregunté por su nombre, cuántos años tenía... Quise tratarlo con normalidad, para que no se asustara», relata el voluntario sobre la conversación que mantuvo con el hijo pequeño del matrimonio, mientras lo llevaba en brazos a los servicios de emergencias.

Uno de los que teme por el futuro de su casa es Fernando, quien tras comprobar el alcance de la explosión siente que «todos los que nos salvamos volvimos a nacer el 23 de mayo». Ahora está preocupado por su propiedad, porque la onda expansiva se llevó parte del tejado. «El desván está todo destruido, que no venga mucha lluvia porque no creo que vayamos a ser capaces de repararlo. La parte oeste la habíamos arreglado hace menos de un año», lamenta. En una situación similar están Damián Márquez y Vanesa Suero, propietarios de una tapería en la aldea. «Nos llamaron unos vecinos diciendo que estaban las casas y el negocio destrozados. Nosotros estábamos en O Porriño, ya dimos parte al seguro, a ver si nos lo arreglan», sostienen con preocupación.

El gobierno de Tui decreta tres días de luto oficial por las dos víctimas

El alcalde de Tui, Carlos Vázquez Padín, ha decretado tres días de luto por la explosión de Paramos, la mayor tragedia que ha sufrido el municipio. En la sede de la asociación cultural y vecinal de Guillarei está centralizada la atención a las personas afectadas por la deflagración. Allí están dando apoyo directo a los menores que precisan ropa y material, después de perderlo todo. El gobierno local pretende que los niños puedan volver al colegio cuanto antes. El suceso ha despertado el carácter solidario de todos los estamentos de la sociedad. Además de Feijoo y Rueda, los socialistas Carmela Silva, Abel y Gonzalo Caballero han expresado sus condolencias con las víctimas, como otros muchos cargos políticos. Al lugar de los hechos se desplazaron también Luís Villares y Ana Pontón.

El gobierno de Tui decreta tres días de luto oficial por las dos víctimas

El alcalde de Tui, Carlos Vázquez Padín, ha decretado tres días de luto por la explosión de Paramos, la mayor tragedia que ha sufrido el municipio. En la sede de la asociación cultural y vecinal de Guillarei está centralizada la atención a las personas afectadas por la deflagración. Allí están dando apoyo directo a los menores que precisan ropa y material, después de perderlo todo. El gobierno local pretende que los niños puedan volver al colegio cuanto antes. El suceso ha despertado el carácter solidario de todos los estamentos de la sociedad. Además de Feijoo y Rueda, los socialistas Carmela Silva, Abel y Gonzalo Caballero han expresado sus condolencias con las víctimas, como otros muchos cargos políticos. Al lugar de los hechos se desplazaron también Luís Villares y Ana Pontón.

La Xunta promete ayudas para realojar a las víctimas y para reconstruir casas

j. c.

El presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijoo, estuvo ayer a mediodía en el barrio de A Torre. Antes encabezó la reunión semanal de su Gobierno, en la que se acordó un decreto similar al activado con los incendios de octubre, por el que facilitarán ayudas a las familias desplazadas y aportaciones económicas para rehabilitar o reconstruir viviendas. El montante tardará en conocerse porque primero hay que evaluar los daños y después deben entrar los seguros. Aunque, si no lo hacen, «aí estará a Xunta», aseguró Feijoo.

El presidente encargó un informe sobre el estado de las pirotecnias y pidió colaboración ciudadana para denunciar casos irregulares como el de Tui. «Hai unha minoría que salta a lei», lamentó Feijoo, quien quiso transmitir a las familias afectadas el respaldo administrativo. «Hai moitas preguntas e toca ás autoridades respondelas», insistió, antes de repetir que «non imos escatimar esforzos». El objetivo de la Xunta es esclarecer lo ocurrido «e tentar que isto non volva suceder».