Los concellos ven inviable tener a punto las franjas forestales en 14 días

Juan María Capeáns Garrido
juan capeáns SANTIAGO / LA VOZ

GALICIA

El presidente de la Fegamp urge el apoyo económico de la Xunta y calcula que la norma tendrá efecto en dos años

18 may 2018 . Actualizado a las 13:07 h.

«No podemos volvernos locos con las fechas. Es inviable que el 31 de mayo de este año se cumpla la normativa, pero entre todos vamos a conseguir la limpieza de las franjas forestales de seguridad de cincuenta metros. Lo que es imposible es que los alcaldes asumamos esta presión, porque en estos momentos no tenemos ni tiempo ni recursos para hacerlo». El presidente de la Federación Galega de Municipios e Provincias (Fegamp), Alfredo García, está convencido de que dentro de dos años los vecinos y los políticos dormirán «más tranquilos», pero hasta entonces pide la complicidad de los propietarios y el respaldo administrativo de la Xunta a través de un convenio para insuflar fondos (en torno a seis millones) para acelerar los trabajos de limpieza.

El alcalde socialista de O Barco cree que no es el momento de hacer una enmienda política, sino de avanzar de la mano del Gobierno autonómico y de asumir con realismo las limitaciones que tienen buena parte de los concellos gallegos. «Los ayuntamientos tienen plantillas incompletas. Falta personal, sobre todo secretarios e interventores», que son los que deberían asumir a partir del 1 de junio la elaboración de expedientes. «La vida municipal sigue», dice García, y en algunos casos las manos no serían suficientes aunque se olvidasen de otras gestiones ordinarias para dedicarse a tiempo completo a determinar quiénes son los propietarios de las fincas que incumplen la ley.

Ourense y Pontevedra

De forma genérica, detecta especiales dificultades en las provincias de Ourense y Pontevedra, «donde todo está abandonado», y que harán falta meses para dar con herederos que ni saben que son dueños de una parcela de monte. O, lo que es peor, que no tienen el menor interés por unas fincas que en ocasiones están cerradas, lo que obliga a la Administración a solicitar un permiso judicial para intervenir de oficio. El regidor sufre en su propio municipio de O Barco las dificultades de acceder a propiedades sin dueño o de las que nadie responde, ya que previamente hay que impulsar los avisos vía boletines oficiales.

Pero la preocupación municipal transciende las cuestiones técnicas y legislativas. García cree que la intención de la Xunta de que los concellos se impliquen a fondo en la limpieza forestal, con las tensiones que genera, tiene el peligro de que se los señale en caso de actividad incendiaria. «La prevención es muy importante, pero nadie puede garantizar que no se vayan a dar nuevas situaciones dramáticas, y lo que no podemos los concellos es cargar ahora con el muerto», comenta el dirigente socialista, quien mantiene la teoría de que tanto en el problema incendiario como en otras cuestiones se les está traspasando la responsabilidad a las corporaciones locales a unos niveles de exigencia que no se cumplen en otras Administraciones. «¿O aquí tenemos todos una vivienda y un salario digno?», se pregunta.

Proactividad vecinal

Con todo, admite que la actitud de los vecinos es mucho más proactiva que en los últimos años, y los concellos han depositado su confianza en que exista un efecto contagio cuando la llegada de fondos permita visibilizar de forma más evidente los trabajos de limpieza. Mientras, García habla de un plan B que permita mantener este cambio de mentalidad y «trabajar» a partir del momento en que se den las circunstancias. Pero el 31 de mayo, insiste, «no va a ser posible».

Treinta mil núcleos afectados y multas desde cien a cien mil euros

La ley de prevención de incendios establece una franja de protección de 50 metros en torno a núcleos poblados. A menos de 15 metros de las casas no puede haber plantaciones de árboles ni maleza. Entre los 15 y los 50 metros solo puede haber frondosas caducifolias, y separadas siete metros entre sí. Eucaliptos, pinos y acacias tienen que estar más allá de esos 50 metros. Ríos, tendidos eléctricos, carreteras, autopistas, pistas forestales o vías de tren también tienen distancias mínimas.

Las nuevas normas que traen de cabeza a los alcaldes y a los propietarios de montes se pueden resumir con cierto criterio en menos de cien palabras que, en realidad, suponen un tremendo esfuerzo individual, familiar, empresarial y administrativo. Eso sí, sin contar las multas, que tienen una amplia casuística y que ven desde los cien euros hasta los cien mil, en los casos más graves.

El importe de un desbroce es difícil de calcular, porque depende del tipo de parcela, del estado en que se encuentre o de si está en pendiente o en llano. Estos factores determinarán si las tareas se pueden acometer con medios mecánicos o solo manuales. Si la parcela ha permanecido abandonada mucho tiempo, eso supondrá que la primera limpieza sea más costosa. Los datos medios estimados son que el primer año de actuación harían falta unos 1.500 euros por hectárea, que bajarían a 700 el segundo y a 350 el tercero.