Coté, condenado en Castellón a casi tres años de cárcel por intrusismo y estafa

La Voz FERROL / LA VOZ

GALICIA

ari garcía

El ferrolano realizó actos médicos en una clínica de Vinaroz sin tener la titulación

12 may 2018 . Actualizado a las 21:57 h.

La Audiencia Provincial de Castellón dictó sentencia ayer condenando al ferrolano José Manuel López Pérez, Coté, a la pena de dos años y nueve meses de prisión por los delitos de intrusismo y estafa. Impone, asimismo, tres años de prisión al titular de una clínica de Vinaroz por los mismos delitos, y un año y cuatro meses de cárcel a su esposa, como cómplice. La sala absuelve a Coté y al otro condenado de los delitos de lesiones y contra la salud pública que también se les imputaban.

La sentencia, que estima la circunstancia atenuante de dilaciones indebidas, considera probado que el dueño de la clínica posee un título en terapias naturales y desde el 2006 había hecho labores relacionadas con la homeopatía, junto con otra persona declarada en rebeldía y que sí podía ejercer la medicina en España. Según el fallo de la Audiencia de Castellón, también colaboraba la esposa del propietario, que ejercía labores de recepcionista y que circunstancialmente ayudaba a su marido en la clínica.

En la argumentación de la sentencia se da por probado que el dueño de la clínica carecía de la titulación necesaria para ejercer actos propios de la profesión médica y se aprovechó de la creencia generalizada de que sí la tenía, a lo que contribuía el hecho de que vistiese bata blanca y de que su esposa le diese el trato de doctor, por lo que realizaba diagnósticos de enfermedades, tratamientos, extracciones de sangre, autotransfusiones y pequeñas operaciones quirúrgicas, cobrando por ello.

«Un eminente doctor»

Se recoge, asimismo, que el titular de la clínica de Vinaroz se puso en contacto con Coté, por el que sentía una profunda admiración por los numerosos títulos oficiales relacionados con las ciencias de la salud que tenía reconocidos en el extranjero, y con el que también se había visto implicado en otra causa judicial de las mismas características. La sentencia continúa diciendo que, con la finalidad de mejorar la imagen de su negocio, y aun sabiendo que el ferrolano «carece y carecía de título académico de licenciado en Medicina expedido o reconocido en España», lo invitó a visitar su clínica de Vinaroz y a que tratase a algunos pacientes. Añade que lo presentaba como un «eminente doctor con experiencia internacional» y que Coté, en sus esporádicas visitas a la localidad castellonense, realizó actos médicos similares a los efectuados por el titular de la clínica. En esta línea, la Audiencia indica que las personas que acudieron a la consulta recibieron por parte de los acusados tratamientos como autovacunas, tratamientos de alergias, extracciones de sangre, fisioterapia, mesoterapia, láser, liposucciones, ultrasonidos, extirpación de quistes y otros relacionados con la estética, que, en su mayoría, resultaron ineficaces.

Pendiente de juicio

Coté, que tuvo clínicas en Viveiro y en Ferrol, está pendiente de la celebración de un juicio por intrusismo profesional después de que un juzgado ferrolano dictase auto de apertura en febrero del 2017 para que sea juzgado en la Audiencia de A Coruña.

Desolación en el seno de la asociación constituida a raíz del caso de Ferrol

La presidenta de la Asociación de Afectados por Intrusismo Médico Sanitario, Esther Fontán, manifestó ayer que los pacientes que José María López Pérez, Coté, tenía en su clínica de Ferrol están desolados por la escasa pena que le fue impuesta a Coté por la Audiencia Provincial de Castellón.

También aprovechó la ocasión para recordar que la causa abierta en Ferrol contra Coté a raíz de las denuncias presentadas por hechos de las mismas características a los que ahora acaban de dictar sentencia, todavía está pendiente de juicio, a pesar de que ocurrieron bastante antes. Esther Fontán ya manifestó su indignación cuando la Audiencia Provincial de A Coruña decidió dejar libre a Coté tras pagar una fianza de 7.500 euros en el año 2009. El ferrolano se encontraba entonces recluido en el penal de Teixeiro en prisión provisional, y la Audiencia de A Coruña lo dejó libre al considerar que no existía riesgo de fuga.