Galicia formará a 50 paisajistas con su primer grado interuniversitario

Tamara Montero
Tamara montero SANTIAGO / LA VOZ

GALICIA

CESAR QUIAN

Dieciocho áreas de la UDC y la USC están implicadas en la nueva carrera

11 may 2018 . Actualizado a las 11:03 h.

Creó un oasis en medio de una jungla de asfalto. 340 hectáreas que cada año visitan 37 millones de personas. Creó en 1857 un paisaje grabado en las retinas del mundo entero. Un nombre internacional: Central Park. Y así se convirtió en el primero de muchos. En el primer arquitecto del paisaje. De aquello hace mucho, pero aunque los siglos pasan, la profesión permanece. Cambia, se amplía, descubre nuevos campos. Y se extiende. Si desde los años 50 en diferentes países hay una profesión de arquitecto del paisaje, el próximo curso Galicia estrenará el grado de Paisaxe, que por primera vez fusiona en una carrera potencial de dos universidades: dieciocho áreas de conocimiento de tres facultades -Arquitectura de A Coruña, la Politécnica de Lugo y Xeografía de Santiago- trabajan en coordinación para dotar por primera vez de una formación integral y multidisciplinar para una profesión que, a pesar de que todavía no está regulada en España, cada vez tiene más demanda.

La primera cuestión es casi de Perogrullo. ¿Pero qué es un paisajista? En realidad, es muchas cosas. Se dedica a la planificación, el diseño y la gestión del paisaje para el uso humano. Se dedica también a la protección y a la conservación del paisaje y a su valorización. Y con el paso de los años los horizontes se han ido expandiendo. Si en los 50 la visión era más urbana, ahora se centra en la regeneración, en la restauración. En trabajar a una escala más urbanística.

Un paisajista es muchas cosas. Es una persona que tiene una visión integral, multidisciplinar, que sabe abordar el trabajo y a qué otros especialistas debe recurrir: edafólogos, geógrafos, botánicos... Es la visión amplia, global, de un proyecto.

50 plazas y dos sedes

El primer grado interuniversitario de Galicia se estrena con 50 plazas. Los dos primeros años serán de formación básica, técnica y más vinculada a las áreas que manejan el Campus Terra y Xeografía de la USC: botánica, edafología, geografía... Por eso el centro neurálgico será Lugo. En tercero, los estudiantes se trasladarán a A Coruña. Allí verán los campos más cercanos a la arquitectura: la construcción, el proyecto, la planificación. Lo explican en la Alameda compostelana Cristina García Fontán e Isabel Iglesias, las dos coordinadoras del grado. Experiencia no les falta. Llevan muchos años haciéndose cargo del máster en Paisaxe que ahora ha desembocado en una formación de cuatro años.

«Cuando la Fundación Juana de Vega pensó en las dos universidades, arrancamos con un máster para profesionales, de dos años, los fines de semana» recuerda Isabel Iglesias mientras el viento arrulla los árboles del Paseo Central. Después, ese máster se convirtió en uno oficial, de un año. La experiencia les fue enseñando el camino: la disparidad de perfiles complicaba trasladar una formación multidisciplinar. Un día muy concreto llegó el momento que estaban esperando: el empujón para crear un grado. «Fue cuando le dieron el premio Wonenburger a Isabel Aguirre y ella dijo que ya que estaban premiando a una paisajista estaría bien que se iniciase un grado de paisaje». Lo hizo en presencia de los rectores y del presidente de la Xunta. Y la maquinaria empezó a andar.

«El interés lo hay, la demanda también existe por parte de la Administración y de las empresas, que también necesitan gente que domine este tipo de trabajos», explica Isabel Iglesias mientras Cristina García Fontán asiente. Lo que no hay en España todavía es una profesión reglada. «La asociación española de paisajistas y varias escuelas, entre ellas la nuestra, llevan muchos años en negociaciones con los ministerios para que se convierta en reglada». No hay que empezar de cero, pero sí andar un trecho del camino.

¿Es que no hay interés social en esta profesión? «Aquí ha habido gente interesada y trabajando en ello», dice Iglesias. Pero quizá hasta el momento esos trabajos tenían un enfoque más parcial, de diferentes profesiones. El objetivo es ahora proporcionar a los profesionales una visión de conjunto y que luego puedan dirigir su carrera a diferentes especialidades. Puede centrarse más en la investigación. Quizá les interese más el medio natural, o la planificación urbana. Pero es una profesión en boga. «También la legislación comunitaria y la evolución de la UE nos ha empujado. Si el paisaje se está trabajando en toda Europa, tenemos que entrar».

«Hay poca consideración con las grandes infraestructuras, son heridas en el paisaje»

Como con todo, en la gestión del paisaje en Galicia ha habido aciertos y fallos. Uno de los que destacan tanto Cristina García Fontán como Isabel Iglesias es la recuperación de la zona en la que operó la térmica de As Pontes, tanto en mejora de aguas ácidas como de humedales, la recreación de masas de bosques y las plantaciones no específicas.

Después está lo no tan bueno. «En general, en Galicia la planificación de las ciudades, del verde urbano, de las áreas urbanas e incluso del medio rural no se ha hecho con una perspectiva de conjunto», lamenta Iglesias. Falta «esa visión sistémica, porque el verde es un sistema, tiene que ver con la conexión de la biodiversidad, con la creación de corredores». ¿Un buen ejemplo? Los sistemas verdes de Santiago. La visión sistémica y el cuidado medioambiental son claves en la profesión de paisajista, que también tiene un nicho en la gestión del agua.

Y luego, las grandes infraestructuras, como las autopistas. «Hay muy poca consideración con esos elementos, que son grandes heridas en el paisaje». A la explicación de García Fontán contribuye Isabel Iglesias. «Falta que la gente se sensibilice en ese aspecto» y esas llagas paisajísticas no pasen desapercibidas.