Dos años de prisión por obligar con castigos físicos a su esposa y a su hijo a convertirse al islam

alberto mahía A CORUÑA / LA VOZ

GALICIA

oscar cela

Las víctimas, coruñesas, «sufrieron maltratos físicos, emocionales y psicológicos»

11 may 2018 . Actualizado a las 10:34 h.

El ahora condenado, nacido en Marruecos hace 37 años, contrajo matrimonio con una coruñesa en el 2003. Ya desde el inicio, según cuenta la sentencia que lo castiga a dos años de prisión y a diez de alejamiento, «fueron frecuentes los problemas debido al carácter violento del acusado». Pero ella, «en la creencia de que la actitud del esposo cambiaría, fue sobrellevando la situación» pese al maltrato físico y psíquico al que la sometía diariamente, tanto a ella como al hijo que tuvieron en común.

El hombre estaba obsesionado con que las víctimas «abrazasen el islam». Obligaba a su mujer e hijo a cumplir con los deberes religiosos. En el escrito de acusación de la Fiscalía se destacaba que en la época del Ramadán los sometía a una estricta disciplina. A veces a golpes.

Intimidación y aislamiento

A su esposa le decía de todo. «Su conducta en el hogar era totalmente destructiva», recuerda la sentencia, con vejaciones, intimidaciones y aislamiento como medio para someterlos y reforzar su dominio sobre ellos, que logró» hasta que la mujer, «al percibir que el comportamiento y las conductas impositivas del varón cada vez eran más violentas y recaían sobre el menor», decidió presentar denuncia. Fue el 19 de diciembre del 2015 cuando llegó la gota que colmó el vaso.

Según la sentencia, el acusado se levantó a las dos de la tarde de aquel día y lo primero que hizo fue dedicarle todo tipo de insultos a su entonces esposa. Le dijo que la iba a matar, que él iría a la cárcel, pero ella, al cementerio. Todo en presencia del hijo, al que metió en la cocina para que comiera con él mientras echaba a la mujer. Como el pequeño, ante la tensión, le dijo que no tenía hambre, le dio una bofetada. Luego se dirigió al salón, donde estaba ella, le escupió en la cara y la empujó al suelo. Mientras, el niño corrió a refugiarse en la habitación.

Entonces, la mujer intentó llamar a la policía, pero el hombre le destrozó el móvil contra el suelo y la encerró en el baño, momento en que ella intentó pasar una nota de auxilio a su vecina a través de la ventana, cosa que no logró. Minutos después la dejó salir del baño y él se fue de casa, cerrando desde fuera creyendo que su esposa no tenía otro juego de llaves. La mujer cogió al niño y huyó. A él lo detuvieron y fue llevado a prisión.