El volantazo político de Feijoo cumple dos años sin derrapes

Juan María Capeáns Garrido
Juan Capeáns SANTIAGO / LA VOZ

GALICIA

Santi M. Amil

El desplome del PPdeG en el 2015 propició el ascenso de Tellado, que ya suma dos mayorías con el presidente

08 may 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Hay dos fechas grabadas con dolor en la historia de los populares gallegos: el 19 de junio del 2005, cuando Fraga perdió la mayoría absoluta, y la noche del 24 de mayo del 2015, en la que el PPdeG sufrió en las urnas un duro revés que lo obligó a entregar una insólita cuota de poder provincial y municipal a su rival de siempre, el PSdeG, y a las pujantes mareas locales. La respuesta a la primera catástrofe se llamó Alberto Núñez Feijoo. La segunda remontada, de completarse en el 2019, habría que atribuírsela a Miguel Tellado (Ferrol, 1974).

El presidente del partido y de la Xunta comenzó a renovar su «contrato con Galicia» el 8 de mayo del 2016, cuando sorprendió en el congreso autonómico de Ourense sustituyendo a Alfonso Rueda en la secretaría general por el todavía desconocido portavoz, que llegó al cargo como recambio forzado de Paula Prado. Tellado se fogueaba entonces como azote político en las tertulias tras haber trabajado de fontanero para Beatriz Mato y José Manuel Rey, los dos conselleiros a los que va a recurrir ahora para recuperar A Coruña y Ferrol. Estas dos urbes, junto a Santiago, son sus principales obsesiones, a las que da rienda suelta cada viernes en una rueda de prensa a la que siempre llega con alguna ocurrencia dialéctica y comentarios mordaces susurrados en la yugular del adversario, incluyendo monólogos demoledores contra Abel Caballero.

Cambio de formas y de fondo

Pero quedarse en el análisis de las formas solo ocultaría el cambio de fondo que impulsó Feijoo, que colocó a un parlamentario sin responsabilidades de Gobierno -de momento- a mandar en la pista de coches de choque de la política orgánica de Galicia. Tellado ha respondido sin un solo derrape y con una hoja de servicio impactante. A las pocas semanas de hacerse con el volante, los populares gallegos le dieron aire a Rajoy alcanzando en las generales de junio del 2016 un 41 % de los votos y 12 diputados, cuando solo un año antes se habían quedado en el 37 % y 10 escaños, por los 13 de la oposición. Su otro hito fue la tercera mayoría de Feijoo, la única en toda España, forjada con un peculiar modelo muy presidencialista y con el partido volando muy bajo, casi en modo invisible. Las siglas se escondieron, pero a nadie se le escapa que la gigante maquinaria dirigida por el ferrolano funcionó a todo filispín.