Solo cuatro de cada cien turistas eligen quedarse en una casa de turismo rural

Susana Acosta
Susana Acosta REDACCIÓN / LA VOZ

GALICIA

OSCAR CELA

La Xunta elabora un plan para realizar un diagnóstico del sector y aumentar la rentabilidad

30 abr 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

En la comunidad del rural y de la dispersión geográfica, el turismo en este ámbito no acaba de despuntar, aunque sí ofrece tímidos signos de recuperación. Las cifras de ahora nada tienen que ver con las alcanzadas entre el 2010 y el 2012, cuando el sector tocó fondo y pagó los efectos de la crisis económica y del bum de las casas de turismo rural que se abrieron en Galicia hace ahora quince años. Pero sí se puede decir que se observa una tendencia al alza en cuanto a los niveles de ocupación que permite alcanzar, al menos, la media estatal, aunque ese porcentaje se quede solo en un 20 % de las 5.800 plazas que hay en toda Galicia en algo más de 500 casas rurales (527), según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE). En este puente se sitúa en un 23 %.

El turismo rural tan solo albergó en el 2017 a un 4,2 % de los viajeros que visitaron la comunidad, es decir, que de cada cien turistas solo cuatro se alojaron en un establecimiento rural. En términos globales, son 218.141 clientes frente a los más de cinco millones de turistas (5.103.883) que estuvieron el año pasado en Galicia. A pesar de que estos datos no son para tirar cohetes, sí es cierto que existe una tendencia progresiva al alza en cuanto a los niveles de ocupación desde el 2013.

Mientras que en ese año fueron 129.180 los turistas que decidieron hospedarse en una casa rural, el año pasado la cifra aumentó hasta los 217.985 viajeros, una subida del 68 % en cinco años. Además, en los dos primeros meses del 2018 ya se han superado en casi 1.400 turistas más los niveles de ocupación de enero y febrero del año pasado, lo que permite albergar esperanzas de que este año pueda ser algo mejor que el ejercicio pasado. Pero, a pesar de que la situación haya mejorado, no se puede obviar que la presencia de huéspedes en estos establecimientos sigue siendo insuficiente.

Momento clave

Ahora que el viento puede empezar a soplar a favor del turismo rural, los dueños y gerentes de las casas rurales saben que es el momento clave para subirse a la cresta de la ola, porque corren el riesgo de que el tsunami de viviendas de uso turístico los acabe engullendo. Para ello, han solicitado a la Xunta la elaboración de un plan estratégico de turismo rural, que se encuentra en estos momentos en proceso de desarrollo. Durante este mes se está llevando a cabo el trabajo de campo de recopilación de datos necesarios para realizar un análisis del sector. Lo que se pretende con este documento es tener un diagnóstico pormenorizado de la situación actual, definir los principales retos del sector y las estrategias que se deben desarrollar en los próximos años.

Precisamente, uno de los principales ejes que analizará el plan es la rentabilidad de estos establecimientos turísticos, así como los servicios que ofrecen y su calidad. También, el acceso a Internet y la movilidad, entre otros muchos aspectos a tener en cuenta.

En cuanto a los precios, el incremento de la ocupación en los meses de temporada baja, como ha ocurrido en enero o febrero de este año, ha venido también acompañada de un aumento de precios con respecto a los dos primeros meses del 2017.

Los precios, un 8 % más altos

La subida es de entre un 8 y un 9 % con respecto al mismo período del ejercicio anterior. El precio medio del pasado febrero fue de 144 euros, según datos del INE, mientras que, si se compara con el mes de agosto del 2012, el precio medio por habitación era de 119,8 euros.

Para el sector, la clave para mejorar la rentabilidad de los establecimientos, así como los niveles de ocupación, es la profesionalización. Reconocen que con el bum de aperturas de casas rurales hace quince años, muchos propietarios concibieron este negocio como una segunda fuente de ingresos que les servía también para mantener su patrimonio, en lugar de concebir esta oportunidad como un negocio al que poder sacarle toda la rentabilidad posible.

Una actividad que puede diversificar la economía del rural y reducir la despoblación

El Foro Económico de Galicia presentó hace unas semanas su diagnóstico sobre el sector a través del informe Turismo rural: diagnose e propostas, coordinado por Miguel Rodríguez y Elisa Alén, que considera que el sector puede jugar un papel determinante en la diversificación económica del rural y disminuir el impacto demográfico, así como ofrecer valores culturales. Según esta plataforma en la que colaboran empresas y universidades, las casas rurales deben complementar la oferta de alojamiento con una experiencia turística que incluya otros servicios y productos como la gastronomía, la enología o el patrimonio.

Además, apuntan a la «falta de profesionalización» en la «caída progresiva de los niveles de ocupación». Sobre este último aspecto, la Federación Galega de Turismo Rural (Fegatur), quiso puntualizar que, si bien reconoce que los niveles de ocupación son bajos, mantiene que hay un repunte en los últimos años: «La verdadera situación es la que indica el INE. No estamos bien, pero estamos mejor que hace cinco años. Lo hemos pasado mal durante la crisis, pero estamos mejorando año tras año. De hecho estoy de acuerdo en parte con lo que publica el Foro Económico, que desde el 2010 al 2012 hemos tenido malas cifras, pero eso ya es pasado», asegura Cesáreo González, presidente de Fegatur.