La reina Sofía celebra en Padre Rubinos los cien años de la institución benéfica

Rodri García A CORUÑA / LA VOZ

GALICIA

La entidad coruñesa atiende a cerca de 16.000 familias y en el acto, bendecido por el papa, estrenó himno

20 abr 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

«Evitar la mendicidad callejera». Ese era el objetivo del Patronato de la Caridad constituido en A Coruña que hizo este jueves un siglo y acabaría siendo el instituto benéfico social Padre Rubinos. La reina emérita Sofía, presidenta del comité de honor del centenario, asistió a los actos, que arrancaron con una visita a la escuela infantil del centro, en la que estudian 95 alumnos de 0 a 3 años. Unos 40 de estos escolares interpretaron una canción infantil, antes de que la comitiva acompañara a la reina en el descubrimiento de la placa conmemorativa y, a continuación, a un salón de actos que abarrotaban representantes de todos los estamentos sociales, locales y autonómicos, además del secretario de Estado de Asuntos Sociales e Igualdad, Mario Garcés.

Eduardo Aceña, que empezó trabajando como voluntario de Padre Rubinos y desde hace 17 años es su presidente, recordó la historia de la institución y señaló la «dignidad de la persona» como el centro de los servicios que prestan, del que se beneficiaron durante el último año 16.000 familias. También agradeció las ayudas con las que entidades públicas y privadas, «además de muchas personas de forma anónima», contribuyen a que solo en el albergue fueran atendidas 1.561 personas durante el año pasado y el número de comidas distribuidas superara las 125.000. Aceña agradeció especialmente la contribución de la Fundación Amancio Ortega para la construcción de las instalaciones y de la Fundación Barrié, para concluir expresando el «orgullo y satisfacción» por la presencia de la reina.

«A solidariedade vai no ADN desta cidade», aseguró el alcalde, Xulio Ferreiro, mientras el presidente de la Xunta, Núñez Feijoo, calificaba como «náufragos de la vida» a las personas atendidas en Padre Rubinos y por ello comparó la entidad con la torre de Hércules, ya que «os coruñeses ven na institución un novo faro que emite unha luz de solidariedade». Recordó asimismo las palabras del jesuita Antonio Rubinos, que da nombre al centro, cuando decía que la institución era una «casa abierta día y noche para recibir a todos, sin más instancias ni documentos que la propia necesidad e indigencia, que en muchos casos no admite trámites ni dilaciones».

El abad de la colegiata, José María Fuciños, entregó la bendición del papa Francisco a Padre Rubinos, recogida por su presidente, después de recordar el interés del pontífice por las periferias y los marginados.

Para cerrar el acto oficial, la Real Banda de Gaitas de Ourense, con la cantante Lucía Pérez, estrenó el himno de Padre Rubinos. Es una obra que fue compuesta por el director de dicha banda, Xosé Lois Foxo, quien entregó una partitura a la reina, y la letra es la del poema Os emigrados, escrito por Xosé Rubinos, también jesuita y que formó parte de la Real Academia Galega.

Acabado el acto, la reina visitó parte de las instalaciones, mientras que en el exterior de estas se manifestaba el personal de Justicia que está en huelga, y en varias ventanas de la barriada había banderas españolas.