El nuevo roce entre sindicatos y Xunta aleja la solución al paro en la Justicia

Xurxo Melchor
xurxo melchor SANTIAGO / LA VOZ

GALICIA

CESAR QUIAN

El Gobierno gallego y los funcionarios se acusan mutuamente de no querer negociar

14 abr 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

La huelga indefinida que paraliza por completo la Justicia en Galicia se acerca a su jornada número 70 y si esta semana pareció apreciarse una posibilidad de solución, cualquier atisbo de acuerdo se frustró ayer por completo. La Xunta cumplió su advertencia y no se reunió con los sindicatos por considerar que no tienen ninguna intención de negociar para poner fin a un conflicto que está causando graves perjuicios a los ciudadanos, con la suspensión de miles de juicios y otros trámites de especial trascendencia, como por ejemplo bodas civiles.

Tras dos semanas de bloqueo de las negociaciones, los sindicatos movieron ficha y decidieron convocar por su cuenta una reunión con la Consellería de Xustiza que tendría que haberse celebrado en la mañana ayer. El vicepresidente, Alfonso Rueda, afirmó días antes que no entrarían en más subastas y que harían valer la última oferta económica presentada al comité de huelga, que llegaba a los 133 euros más al mes para el cuerpo de gestores y bajaba a 108 y 105 euros en el caso de los de tramitadores y de auxilio. La exigencia de los trabajadores sigue siendo ahora mismo de 180 euros más al mes para cada empleado, sea de la categoría que sea.

La respuesta de los sindicatos fue un escrito en la tarde del jueves en el que desafiaban a la Xunta al indicar que la reunión tan solo debía «circunscribirse á explicación por parte da Xunta da oferta de 300 euros realizada polo conselleiro Rueda a través de distintos medios de comunicación». En ese mismo tono provocativo, los representantes de los trabajadores de Justicia aseguraban que si la oferta era de 300 euros más al mes, firmaban de inmediato.

La Xunta interpretó el desafío como una evidencia de que los sindicatos no querían negociar, porque es bien sabido que esos 300 euros más al mes de los que habla el vicepresidente Rueda son la suma de la oferta del Gobierno gallego y de los compromisos ya aprobados por Madrid para subir el salario a todos los funcionarios estatales, como son los de Justicia.

El comité de huelga, pese a que la Xunta había anunciado que no acudiría a la reunión, se presentó a las 11 horas en la sede del Ejecutivo gallego en San Caetano, pero no pudieron entrar en las instalaciones. Los sindicatos aseguran que la Administración sigue una «estrategia de desgaste» y no negocia pese a los perjuicios que el paro está provocando a la ciudadanía.

El nuevo enfrentamiento entre las partes aleja la posibilidad de que el conflicto se encauce, un escenario en el que confiaban algunos representantes de los abogados, que afirman que la situación de algunos de ellos alcanza ya «tintes dramáticos».

Hartos de la huelga en los bares próximos a los juzgados

Una de la tarde de ayer. Solo tres clientes ocupan dos mesas y un taburete de la barra de la cafetería Mirabeles, a escasos metros del edificio judicial de A Parda, en Pontevedra. En condiciones normales estaría llena. «La huelga está influyendo negativamente», admite Susana Pérez Castro. «Hay mucha menos clientela», acota Yaiza Beascoechea. Ambas están al frente del negocio. «Si enero y febrero ya son complicados, imagínate ahora. Parece agosto [mes inhábil en los juzgados], que aquí por la mañana ya no se trabaja».

Susana Pérez Castro, de la cafetería Mirabeles, sufre un descenso de clientela en Pontevdra
Susana Pérez Castro, de la cafetería Mirabeles, sufre un descenso de clientela en Pontevdra LÓPEZ PENIDE

Está en una zona que ha crecido en los últimos años, pero la clientela que acude al bar por las tardes no compensa. «Cuando se hace caja es por la mañana. Hay clientes desde que abres hasta que cierras», incide Susana. Calcula que ganan cinco veces menos que antes.

La huelga también se siente cerca de los juzgados de Ribeira. Teresa Martínez regenta la cafetería Arcos. Ha notado el golpe: «Polas mañás non hai apenas ambiente. Cando o xulgado traballa ves máis movemento, sobre todo de avogados, clientes e funcionarios... Paran antes de entrar ou despois a tomar un café. Hai traballo continuo». La suerte de esta hostelera es un parque infantil que atrae a muchos padres y que le permite aguantar: «Aínda así nótase bastante, porque se fai mal tempo contas con eses clientes, que son habituais». Su esperanza, que la huelga termine cuanto antes.

Teresa Martínez, del Bar Arcos, detrás de la barra sirviendo cerca de los Juzgados de Ribeira
Teresa Martínez, del Bar Arcos, detrás de la barra sirviendo cerca de los Juzgados de Ribeira CARMELA QUEIJEIRO

La cafetería Iris, situada en la calle Coruña de Vigo, atiende por las mañanas a funcionarios de los juzgados y de Hacienda. Uno de los encargados de la barra, Juan Gutiérrez, dice que a causa de la huelga «la afluencia bajó, pero no mucho, un 10 o un 20 %. Siguen viniendo por la mañana a tomar café». A las mesas siguen acudiendo los camisetas azules.

Juan Gutiérrez, de la cafetería Iris en la calle Coruña, próxima a los Juzgados de Vigo
Juan Gutiérrez, de la cafetería Iris en la calle Coruña, próxima a los Juzgados de Vigo PITA

En Santiago, funcionarios, jueces, fiscales y abogados toman el café en El Olivo. La bajada de clientela es evidente: «Claro que lo hemos notado, antes había momentos en los que no dábamos abasto tres camareros, y ahora no», explica una de las trabajadoras. No obstante, este local tiene clientes de sobra, porque está justo al lado de un ambulatorio, de la sede de la Cruz Roja y de unas oficinas de la Xunta. La huelga, por tanto, no compromete su viabilidad, aunque sí ha modificado su trabajo diario.

Notan mucho la huelga en el café Tribunal, un establecimiento situado a pocos metros del edificio judicial de Ourense. Abierto en abril del 2017, la caja de las últimas semanas se ha visto recortada en un 60 %, asegura Gonzalo Carballeda, gerente del local desde octubre. «A situación é difícil. O custo da folga está sendo moi importante para nós. A clientela da mañá son fundamentalmente profesionais e persoas que van facer xestións. Se non hai xuízos, se hai menos vodas, ou non hai, descende o movemento e temos menos recadación. Estámolo notando moito», dice Carballeda, que ha colaborado con acciones promovidas por los sindicatos, cediendo parte del local o aportando el café en dos desayunos solidarios.

Con información de Xurxo Melchor, E. V. Pita, López Penide, Álvaro Sevilla y Pepe Seoane.