Para calor, Leiro; y para frío, Calvos

Susana Acosta
Susana acosta REDACCIÓN / LA VOZ

GALICIA

MARTINA MISER

La mínima en el 2017 fue de -14,4 grados centígrados y la máxima absoluta, de 42

23 abr 2018 . Actualizado a las 11:00 h.

Además de ser un año seco, el 2017 también ha sido muy cálido. Durante los meses de verano se registraron varias olas de calor que permitieron que se alcanzasen 42 grados de máxima en Leiro. Ourense tiene fama de ser la provincia con las temperaturas más altas en verano, pero también con las más bajas en invierno. Y en este caso se cumple el tópico porque los lugares donde más calor hizo durante el pasado año han sido Leiro, A Arnoia y Ourense, al registrar más de 23 grados de media en las horas centrales del día.

También las zonas más frías son de la provincia de Ourense. La media de las temperaturas diurnas en Cabeza de Manzaneda fue tan solo de 10,7 grados, 11,8 grados en A Veiga y 12,9, en Carballeda de Valdeorras. En cambio, las noches más cálidas se dieron en la fachada Atlántica, como en Vigo, con 13,4 grados de media durante todo el año, en Ribeira, con 12,7 grados y en A Coruña, con 12,4 grados. En cuanto a las noches más frías, la provincia de Ourense sigue liderando el ránking. Calvos de Randín registró de media 2,3 grados, Baltar, 3,9 y Manzaneda, 4,2.

La máxima más elevada de todo el año se registró también en el municipio ourensano de Leiro, que está tan solo a cien kilómetros de Calvos, el lugar más frío. Fue el 21 de agosto cuando la estación que MeteoGalicia tiene en esta localidad marcó 42 grados. A Arnoia se quedó el día anterior en 41,9 grados. También el municipio lucense de Pantón registró la tercera temperatura más alta del año con 41,4 grados.

En cambio, las temperaturas más bajas del año se registraron en Calvos de Randín, en Ourense, donde el mercurio llegó a marcar 14,4 grados bajo cero el 19 de enero. Ese mismo día, en Baltar también se registraron 12,4 grados bajo cero y 11,1 grados negativos en Verín. Estas marcas coincidieron con la primera ola de frío del año que trajo una masa de aire siberiano muy seca, que dejó cielos despejados durante el día y fortísimas heladas por la noche.