Tres organizaciones se reparten en Galicia los grandes envíos de cocaína colombiana

Javier Romero Doniz
JAVIER ROMERO VIGO / LA VOZ

GALICIA

ANDREAS ARNOLD | efe

Los carteles ofrecen cada vez más facilidades para que la droga llegue a Europa

09 abr 2018 . Actualizado a las 09:57 h.

El lucrativo pastel del narcotráfico en Galicia es cosa de tres organizaciones criminales. Tienen la infraestructura y la confianza necesaria para trabajar con los carteles colombianos importando alijos de cocaína, y sus responsables ocupan la posición más elevada de una pirámide en la que, a medida que se desciende, aparece una amplia red de personas con un solo objetivo: dar salida en Europa a la mercancía que se produce al otro lado del Atlántico. La reciente y enésima caída de Sito Miñanco no trastocó demasiado el mercado en Galicia, aunque sí supuso un duro golpe para los cárteles colombianos. Ellos consideran al arousano «un personaje casi mesiánico», revelan en el Grupo de Respuesta Especializada contra el Crimen Organizado (Greco).

De las tres grandes organizaciones gallegas en activo, dos tienen un peso mayor y arrastran años de enfrentamientos abiertos con las fuerzas del orden. La tercera presenta algo menos de entidad pero cuenta con las herramientas necesarias para hacer el trabajo. En todo caso, ya sea la Policía Nacional, la Guardia Civil o Vigilancia Aduanera, todas las partes coinciden al describir la elevada velocidad a la que se mueve este negocio. Situación que provoca la entrada en escena de nuevos actores con ganas de hacerse ricos de la noche a la mañana y de los que no se tenía conocimiento.

Las tres organizaciones citadas, cuyos responsables nunca fueron condenados, siguen en el punto de mira. Pero también otras que, con la dosis de ambición necesaria, pueden trepar en el negocio sin demasiado esfuerzo. Incluso sin salir de España. Los carteles colombianos llevan décadas asentados en el país y solo necesitan que alguien les ponga un barco en alta mar para recoger la mercancía o elija el puerto y el método para meter la droga en un contenedor. El Greco incluso pone como ejemplo a la organización atribuida a Sito Miñanco en su último arresto «Cualquiera de los detenidos con Miñanco puede seguir por su cuenta en un par de meses. Llevan años en el negocio, lo conocen, tienen los contactos y es lo que mejor hacen. Además, los colombianos están instalados aquí y solo necesitan que alguien asuma el transporte, el resto es cosa suya».

Un ejemplo de lo expuesto por el Greco se vivió el año pasado en Galicia en el marco de la operación Ciclón marino. La Policía Nacional requisó 5,5 toneladas de coca en un barco que estaba apunto de cruzar el canal de Panamá. Los detenidos en Galicia como presuntos organizadores del envío eran varios primos de Vigo a los que inicialmente no se consideraba capaces de orquestar una operación valorada en 250 millones de euros. Otro hecho, este positivo, es que la sucesión de operaciones policiales de éxito en los últimos años preocupa en exceso a las organizaciones colombianas, que han aumentado su producción con el ánimo de llenar todavía más las calles de Europa de esta droga.

«Las plantaciones no pueden fumigarse y no hay carreteras para meter maquinaria, solo queda arrancarlas a mano»

MARTINA MISER

Eloy Quirós regresó el viernes a Galicia para recibir el premio anual de la Fundación Galega contra o Narcotráfico. Un reconocimiento a su trayectoria, muy ligada a las Rías Baixas por esta lacra, que junto al crimen organizado son sus especializaciones. En el 2016 fue nombrado comisario general de la Policía Judicial, cargo que ejerce desde Madrid con un ojo siempre puesto en Galicia.

-La producción de coca en Colombia no deja de crecer y España tiene todas las papeletas para recibir todavía más alijos, ¿son conscientes?

-El problema es que las plantaciones no pueden fumigarse y no hay carreteras para meter maquinaria, solo queda arrancarlas a mano. Pero ojo, hablamos de miles y miles de hectáreas de plantíos que están en montañas o en la selva, y meter ahí la maquinaria no es fácil, más bien todo lo contrario. Incluso arrancar manualmente las plantas es peligroso. Ya hubo dos casos de policías que estaban haciendo ese trabajo sin saber que había bombas enterradas en el suelo. Uno de los agentes murió. Yo estuve el año pasado en Colombia y pude conocer de primera mano el problema que tienen que resolver, que es muy complejo.

-Pasan los años pero los nombres de los narcos, en muchos casos, se repiten.

-Es increíble, ¿verdad? Los mismos nombres se repiten. El de Sito Miñanco es el más conocido, pero otras muchas personas, que ya fueron arrestadas una o varias veces en el pasado, acaban volviendo a caer por no dejar el negocio y seguir en la punta de lanza. Lo más importante que ha hecho la Policía Nacional en todo este tiempo ha sido identificar a estos capos, investigarlos y detenerlos. Luego fueron condenados, pero hoy siguen trabajando y es necesario actuar nuevamente sobre ellos.

-A pesar de la reincidencia de algunos individuos, ¿podemos hablar ya de tercera generación?

-Hay grupos que en el pasado eran machacas de los primeros narcos y ahora trabajan por su cuenta, han crecido mucho. Incluso algunos de esa segunda generación han caído, por lo que no es de extrañar que la gente que empezó trabajando con estas personas, lo sigan haciendo por su cuenta. Esos son los llamados a formar la tercera generación para organizar los alijos que están por venir.

-¿Europa es consciente del trabajo que se hace en España para frenar la entrada de droga, ya sea de Colombia o Maruecos?

-Muy consciente, tanto que no olvidan que somos el primer muro de contención del continente, ya sea desde África o Sudamérica.

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