Rajoy anuncia la autovía alternativa al tramo Vigo-O Porriño de la A-55

Serxio Barral Álvarez
Serxio Barral PONTEVEDRA / LA VOZ

GALICIA

Pablo Carballo / Senén Rouco

Era uno de los proyectos que pedía la Xunta y contará con una inversión de 337 millones

03 abr 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Finalmente, la Xunta se saldrá con la suya y habrá una carretera de alta capacidad alternativa al peligroso tramo de curvas en la A-55 a su paso por el concello de Mos, en la autovía Vigo-O Porriño. El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, anunció ayer que la construcción de un trazado alternativo -que será la extensión hasta Vigo de la A-52, que comunica las Rías Baixas con la Meseta- se incluirá en el Plan Extraordinario de Inversión en Carreteras, un nuevo mecanismo de financiación de infraestructuras viarias que conlleva una inversión de 5.000 millones de euros para actuar sobre 2.000 kilómetros de carreteras en todo el Estado.

El hecho de que se incluya esta obra en dicho plan supone que se garantiza su licitación antes del año 2021. «La idea -apuntó ayer Rajoy- es construir una infraestructura alternativa a la A-55 concebida para captar un tráfico diario de más de 36.000 vehículos entre Vigo y Tui, y mejorar con ello la seguridad viaria en la zona». El asunto no es baladí, ya que el actual trazado presenta curvas con radios muy reducidos en una fuerte pendiente de hasta el 7 % de desnivel, pues lo que se hizo en los ochenta fue duplicar la carretera N-120.

La Xunta había reclamado al Ministerio de Fomento que asumiera esta nueva infraestructura, y el anuncio ayer de Rajoy colmó esta expectativa. La obra proyectada tendrá una longitud aproximada de unos diez kilómetros y un presupuesto superior a los 337 millones de euros. Dará continuidad a la A-52, que actualmente discurre entre Benavente y O Porriño, e incluirá un túnel bajo el alto de Puxeiros. El trazado, a diferencia de lo que ocurre en la actualidad con la sucesión de curvas cerradas en una zona de elevado desnivel, tendrá «unas características y parámetros más homogéneos», según se indicó desde Fomento. Fuentes del ministerio también apuntaron que, al tratarse de una continuación de la A-52, estará libre de peaje.

Rajoy hizo el anuncio en el transcurso de una visita a las obras del primer tramo de la circunvalación de Pontevedra, la autovía A-57. Actualmente está en marcha un tramo de 6,5 kilómetros entre Vilaboa y A Ermida (Pontevedra) que tiene un coste de 74,5 millones de euros y estará rematado a lo largo del 2019. El propio presidente anunció que en este segundo trimestre del año se aprobará provisionalmente y se someterá a exposición pública el trazado del segundo tramo (A Ermida-Pilarteiros, de 5 kilómetros y con un presupuesto estimado de 80 millones de euros); y quedará pendiente el tramo que cerrará esta circunvalación, entre Pilarteiros y Curro, que servirá de conexión con la AP-9.

Con un nivel de ejecución del 77 %, el AVE a Galicia «es una alta realidad»

«Todos queremos que el AVE llegue a Galicia cuanto antes». Así se despachó ayer Rajoy en Pontevedra para asegurar que ya se han ejecutado 3.400 de los 4.400 millones de euros previstos para que la conexión de alta velocidad ferroviaria quede lista, y afirmó que, «actualmente, más del 77 % de la línea de alta velocidad es ya una alta realidad».

Mariano Rajoy reiteró el compromiso de «finalizar las obras del corredor el año que viene», y destacó que antes de que remate este ejercicio estará concluido el tramo entre Zamora y Pedralba de la Pradería, con lo que la ansiada conexión con la Meseta estará más cerca.

En su intervención en Pontevedra -en la que estuvo acompañado, entre otros, por el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijoo, y por el ministro de Fomento, Íñigo de la Serna-, Rajoy también anunció el acuerdo alcanzado entre Puertos del Estado y el Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (ADIF) para cofinanciar al 50 % los 140 millones de euros en que está presupuestado el acceso ferroviario al puerto exterior de A Coruña, en punta Langosteira.

Golpe en una mano

Con el acto de ayer en Pontevedra, Rajoy puso fin a su estancia vacacional en Sanxenxo, adonde llegó el pasado miércoles. Fue su único acto público en estos seis días, y compareció ante la prensa con dos dedos de la mano derecha vendados. Cuando se le preguntó por ello, respondió: «Fue un golpe. No se lo diga a nadie, fui yo solo». Fue la única pregunta que respondió el presidente en la jornada de ayer.