Hay un aviso en las cuatro provincias por rachas que van a oscilar entre los setenta y los noventa kilómetros por hora
03 abr 2018 . Actualizado a las 09:51 h.La nueva borrasca que afecta este martes a Galicia finalmente no ha sido bautizada. «Para que reciba nombre, los vientos deben superar el umbral de aviso naranja en una zona suficientemente amplia. Es cierto que hay un aviso naranja aunque únicamente en la Mariña lucense», comenta Francisco Infante, delegado en Galicia de la Agencia Estatal de Meteorología. Pero que llegue sin nombre no significa que no vaya a tener un impacto importante en la comunidad. La borrasca, cuya presión mínima central descenderá hasta los 979 milibares, se va a situar al noroeste de la comunidad y desde ahí dejará fuertes vientos. Hay un aviso en las cuatro provincias por rachas que van a oscilar entre los setenta y los noventa kilómetros por hora. En la costa norte podrían superar incluso los cien.
Será también una jornada muy lluviosa, especialmente en la provincia de Pontevedra, donde hay un aviso amarillo por acumulaciones de hasta cincuenta litros por metro cuadrado en doce horas. Además, la situación marítima vuelve a complicarse. La presencia de una borrasca tan próxima a la costa gallega permitirá que el mar de fondo llegue con fuerza y con olas que van a alcanzar como mínimo los siete metros de altura. «El miércoles y el jueves hay una tregua, con un tiempo más seco pero el viernes entra una nueva borrasca», apunta. Las condiciones previstas para esta semana, inestables y cambiantes, son habituales durante la primavera, al menos en las primeras semanas. Sin embargo, lo que muchos gallegos quieren saber ahora mismo es cuándo la estación ofrecerá su otra cara, la de sol y altas temperaturas. Esa pregunta sigue sin respuesta. «Hay una incertidumbre muy alta con los modelos probabilísticos. No somos capaces de ver nada a partir de seis días. Las condiciones que hemos tenido durante el último mes, con la entrada de aire frío por la rotura del vórtice polar, están introduciendo mucho ruido y provocando que sea mucho más complicado realizar una previsión meteorológica a medio plazo en Galicia», reconoce Infante.
